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Viernes, 3 de mayo de 2024

Conocimiento

De Enciclopedia Católica

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Introducción

Al ser un hecho primitivo de conciencia, el conocimiento, estrictamente hablando, no puede ser definido; pero la conciencia directa y espontánea de conocer puede hacerse más clara al señalar sus características esenciales y distintivas. Primero será útil considerar brevemente los usos corrientes del verbo “conocer”. Decir que conozco a cierto hombre puede simplemente significar que me lo han presentado, y que lo puedo reconocer cuando lo vea de nuevo. Esto implica la permanencia de la imagen mental que me capacita para distinguir a este hombre de los demás. Algunas veces, también, se denota más que una mera familiaridad con los rasgos externos. Conocer a un hombre puede significar conocer su carácter, sus cualidades internas y profundas, y de ahí esperar que actúe de cierta manera bajo ciertas circunstancias. La persona que afirma que conoce que una ocurrencia es un hecho quiere decir que está tan seguro de ello como para no tener ninguna duda respecto a su realidad. Un alumno conoce su lección cuando la domina y puede recitarla, y éste, según sea el caso, requiere ya sea mera retención de memoria, o también, en adición a esta retención, la obra intelectual de entendimiento. Se conoce una ciencia cuando se entienden sus principios, métodos y conclusiones, y se coordinan y explican los varios hechos y leyes referentes a ella. Estos variados significados se pueden reducir a dos clases: una se refiere principalmente al conocimiento sensorial y al reconocimiento de experiencias particulares; el otro se refiere principalmente al entendimiento de leyes y principios generales. Esta distinción se expresa en muchos lenguajes por el uso de dos diferentes verbos--- por gnônai y eidénai , en griego; por cognoscere y scire, en latín, y por sus derivados en las lenguas romances; en alemán por kennen y wissen.

Elementos Esenciales del Conocimiento

(1) Conocimiento es esencialmente la conciencia de un objeto, es decir, de alguna cosa, hecho o principio perteneciente al orden físico, mental o metafísico, que se puede alcanzar de algún modo por las facultades cognitivas. Un evento, una substancia material, una persona, un teorema geométrico, un proceso mental, la inmortalidad del alma, la existencia de la naturaleza y atributos de Dios, pueden ser muchos de los objetos de conocimiento. Así el conocimiento implica la antítesis de un sujeto cognoscente y un objeto conocido. Siempre posee un carácter objetivo y cualquier proceso que pueda ser considerado como meramente subjetivo no es un proceso cognitivo. Cualquier intento de reducir el objeto a una experiencia puramente subjetiva podría resultar sólo en la destrucción del hecho de conocimiento mismo, lo cual implica el objeto, o no ser, tan claramente como lo hace el sujeto, o ser.

(2) El conocimiento supone un juicio implícito o explícito. La aprehensión, es decir, la concepción mental de un objeto presente simple, es generalmente contada entre los procesos cognitivos, aun así, en sí misma, no es conocimiento en el sentido estricto, sino sólo su punto de partida. Propiamente hablando, sólo conocemos cuando comparamos, identificamos, discriminamos, conectamos; y estos procesos, equivalentes a juicios, se hallan implícitamente incluso en el sentido de percepción ordinario. Inmediatamente se llega a unos pocos juicios, pero por mucho el mayor número requiere paciente investigación. La mente no es sólo pasiva en conocer, no es un espejo o plato sensible en el cual se retratan los objetos; es también activa al buscar las condiciones y causas, y en construir ciencia a partir de los materiales que recibe de la experiencia. Así que la observación y el pensamiento son dos factores esenciales del conocimiento.

(3) Verdad y certeza son condiciones del conocimiento. Una persona puede confundir el error con la verdad y dar su asentimiento sin reservas a una declaración falsa. Puede estar entonces bajo la irresistible ilusión de que conoce, y subjetivamente el proceso es el mismo que el del conocimiento, pero le falta una condición esencial, conformidad del pensamiento con la realidad, de modo que sólo hay la apariencia de conocimiento. Por otro lado, en la medida en que una seria duda permanezca en su mente, la persona no puede decir que conoce. “Pienso tal cosa” está lejos de denotar “conozco tal cosa”; el conocimiento no es una mera opinión o asentimiento probable. La distinción entre conocimiento y creencia es más difícil de esbozar, debido principalmente al significado vago de la última. Algunas veces creencia se refiere al asentimiento sin certeza, y denota la actitud de la mente especialmente respecto a asuntos que no están gobernados por leyes estrictas y uniformes como las del mundo físico, sino que dependen de muchos factores y circunstancias complejos, como sucede en los asuntos humanos. Conozco que el agua se congelará cuando llegue a cierta temperatura; creo que una persona es apta para cierto oficio, o que la reforma endosada por un partido político será más beneficiosa que la defendida por los otros.

Algunas veces, también, tanto creencia como conocimiento implican certeza, y denotan estados de afirmación mental de la verdad. Pero en la creencia la evidencia es más obscura y confusa que en el conocimiento, ya sea porque las bases en que descansa el asentimiento no son claras, o porque la evidencia no es personal, sino basada en el testimonio de testigos, o porque, en adición a la evidencia objetiva que produce el asentimiento, hay condiciones subjetivas que lo predisponen. La creencia parece depender de muchas grandes influencias, emociones, intereses, ambiente, etc., además de las razones convincentes por las que el asentimiento es dado a la verdad. La fe se basa en el testimonio de alguien más---Dios o el hombre según hablemos de fe divina o fe humana. Si la autoridad sobre la que descansa tiene todas las garantías requeridas, la fe da certeza del hecho, el conocimiento de que es verdad; pero en sí misma, no da la evidencia intrínseca de por qué es así.

Clases de Conocimiento

(1) Es imposible que todo el conocimiento que la persona ha adquirido esté presente de una sola vez en la conciencia. La mayor parte, de hecho todos con excepción de unos pocos pensamientos realmente presentes en la mente, están almacenados en forma de disposiciones latentes que permiten a la mente llamarlos cuando los necesite. De ahí que podemos distinguir el conocimiento actual del habitual. Este último se extiende a todo lo que esté en la memoria y es capaz de ser llamado a voluntad. Esta capacidad de ser llamado puede requerir varias experiencias; una ciencia no es siempre conocida después que se ha dominado una vez, pues incluso entonces se puede olvidar. Por conocimiento habitual se entiende el conocimiento listo para venir a la conciencia, y es claro que puede tener diferentes grados de perfección.

(2) Ya hemos señalado la distinción entre conocimiento como reconocimiento y conocimiento como entendimiento. En la misma conexión se puede mencionar la distinción entre conocimiento particular, o conocimiento de hechos e individuos, y conocimiento general, o conocimiento de leyes y clases. El primero trata con lo concreto, el último con lo abstracto.

(3) Según el proceso con que sea adquirido, el conocimiento es intuitivo e inmediato o discursivo y mediato. El primero viene de la percepción sensorial directa, o la intuición mental directa de la verdad de una proposición, basada por así decirlo en sus propios méritos. La última consiste en el reconocimiento de la verdad de una proposición al ver su conexión con otra que ya se sabe que es cierta. La proposición evidente es de tal naturaleza para ser inmediatamente clara a la mente. Nadie que entienda los términos puede fallar en conocer que dos más dos son cuatro, o que el todo es mayor que cualquier de sus partes. Pero la mayoría del conocimiento humano se adquiere progresivamente. El conocimiento inductivo comienza con hechos palmarios, y asciende a leyes y causas. El conocimiento deductivo procede de proposiciones evidentes generales para descubrir su aplicación general. En ambos casos el proceso puede ser largo, difícil y complejo. Uno puede conformarse con concepción negativa y evidencia analógica, y como resultado, el conocimiento será menos claro, menos certero y más sujeto a error (vea deducción, inducción).

El Problema del Conocimiento

Fuente: Dubray, Charles. "Knowledge." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/08673a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina