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Jueves, 26 de diciembre de 2024

Monasterios Dobles

De Enciclopedia Católica

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Los monasteries dobles fueron casas religiosas que constaban de comunidades de hombres y mujeres, que vivían en establecimientos contiguos, unidas bajo el gobierno de un superior y que usaban una iglesia en común para sus oficios litúrgicos. La razón de tal arreglo era que las necesidades espirituales de las monjas podían ser atendidas por los sacerdotes de la comunidad masculina, quienes estaban asociados con ellas más estrechamente de lo que habría sido posible en el caso de monasterios completamente separados e independientes. El sistema nació casi al mismo tiempo que el monacato mismo, y al igual que él, tuvo su origen en Oriente. Comunidades de mujeres se reunían alrededor de fundadores religiosos en Egipto y en otros lugares, y de la vida de San Pacomio aprendemos muchos detalles sobre las monjas bajo su gobierno y su relación con las comunidades masculinas fundadas por él.

Los monasterios dobles, de los que se pueden citar como ejemplos los de San Basilio y su hermana Macrina, fueron aparentemente numerosos en todo Oriente durante los primeros siglos del monacato. No se puede afirmar con certeza cuándo el sistema llegó a Occidente, pero parece probable que su introducción en la Galia pueda atribuirse aproximadamente a la influencia de Casiano, que tanto hizo para reconciliar el monacato oriental con las ideas occidentales. San Cesáreo de Arles, San Aureliano, su sucesor, y Santa Radegundis, de Poitiers, fundaron monasterios dobles en el siglo VI, y más tarde San Columbano y sus seguidores propagaron ampliamente el sistema. Remiremont, Jouarre, Brie, Chelles, Andelys y Soissons fueron otros ejemplos bien conocidos de los siglos VII y VIII. Desde Galia la idea se extendió a Bélgica y Alemania, y también a España, donde se dice que fue introducida por San Fructuoso a mediados del siglo VII. Según Yepes, en España había en total más de doscientos monasterios dobles.

Irlanda presenta solo un ejemplo conocido, Kildare, pero probablemente hubo otros además, de los cuales se han perdido todos los rastros. En Inglaterra, la mayoría de las primeras fundaciones fueron dobles; algunos escritores han atribuido esto erróneamente al hecho de que muchas de las monjas anglosajonas fueron educadas en la Galia, donde el sistema estaba entonces en boga; pero parece más correcto atribuirlo a la influencia religiosa de los misioneros de Iona, ya que el primer monasterio doble en Inglaterra fue el de Santa Hilda en Whitby, establecido bajo la dirección de San Aidan, y no hay evidencia que demuestre que San Aidan o Santa Hilda conocían la doble organización en uso en otros lugares. Whitby fue fundada en el siglo VII y en poco tiempo Inglaterra se cubrió con establecimientos duales similares, de los cuales Coldingham, Ely, Sheppey, Minster, Wimborne y Barking son ejemplos destacados. En Italia, el único otro país además de los ya mencionados donde se sabe que existieron monasterios dobles, no eran numerosos, pero San Gregorio dice que se encontraban en Cerdeña (Ep. XI), y San Beda menciona uno en Roma (Hist. Eccl., IV, i).

Las invasiones danesas de los siglos IX y X destruyeron los monasterios dobles de Inglaterra y, cuando fueron restaurados, fue para un solo sexo, en lugar de para una comunidad dual. El sistema parece haberse extinguido también en otros países aproximadamente al mismo tiempo, y no fue revivido hasta finales del siglo XI cuando Roberto de Arbrisel inauguró su reforma en Fontevrault y le dio a la idea una nueva vida. No es de extrañar que en ocasiones se abusara de un sistema así y, por tanto, siempre fue objeto de solicitud y de una legislación estricta por parte de la autoridad eclesiástica. Muchos decretos sinodales y conciliares reconocieron sus peligros y ordenaron la más estricta vigilancia de todas las comunicaciones entre monjes y monjas. Con frecuencia se prohibía una proximidad demasiado cercana a los edificios y se tomaron todas las precauciones para evitar cualquier ocasión de escándalo. Muy probablemente fue este escaso favor mostrado por la Iglesia hacia él lo que provocó el declive gradual del sistema hacia el siglo X. (N. de la T.: El Segundo Concilio de Nicea (787) en su vigésimo segundo canon prohibió los monasterios dobles.)

En muchos monasterios dobles, la regla suprema estaba en manos de la abadesa, y tanto los monjes como las monjas estaban sujetos a su autoridad. Este fue especialmente el caso en Inglaterra, por ejemplo, en la Abadía de Whitby de Santa Hilda y en Ely de Santa Eteldreda, aunque en otros lugares, pero más raramente, era el abad quien gobernaba tanto a hombres como a mujeres, y a veces, más raramente aún, cada comunidad tenía su propio superior independiente del otro. Se suele afirmar que la justificación de la posición anómala de una mujer que actúa como superior de una comunidad de hombres se origina en las palabras de Cristo en la Cruz: "Mujer, ahí tienes a tu hijo; Hijo, ahí tienes a tu madre"; y se insiste aún más en que la maternidad es una forma de autoridad derivada de la naturaleza, mientras que la paterna es meramente legal.

Pero, cualquiera que sea su origen, la Iglesia revivió y sancionó deliberadamente la regla suprema de una abadesa sobre hombres y mujeres en dos de las tres órdenes medievales que consistían de monasterios dobles. En Fontevrault (fundada en 1099) y con las brigidinas (1346), la abadesa era la superiora de monjes y monjas, aunque con los gilbertinos (1146) era el prior quien gobernaba sobre ambos. En los primeros monasterios dobles, tanto los monjes como las monjas observaban la misma regla mutatis mutandis; este ejemplo fue seguido por Fontevrault y las brigidinas; la regla de los primeros era la benedictina, mientras que los segundos observaban la regla de Santa Brígida. Pero con los gilbertinos, mientras que la regla de las monjas era substancialmente benedictina, los monjes adoptaron la de los canónigos agustinos. (Vea BRIGIDINAS, FONTEVRAULT, GILBERTINOS.)

Se conoce muy poco sobre los edificios de los primeros monasterios dobles, excepto que la iglesia generalmente se encontraba entre los dos establecimientos conventuales, para que fuera accesible desde ambos. De las excavaciones realizadas en el sitio del Priorato de Watton, una casa de gilbertinos en Yorkshire, parece que la separación de las monjas y los canónigos se efectuaba por medio de un muro sustancial, de varios pies de alto, que atravesaba la iglesia a lo largo, y es probable que una disposición similar se adoptó en otros monasterios dobles. No existen tales comunidades en la actualidad en la Iglesia Occidental.


Fuente: Alston, George Cyprian. "Double Monasteries." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10, págs. 452-453. New York: Robert Appleton Company, 1911. 28 agosto 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/10452a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina