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Jueves, 18 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «Papa Cornelio»

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Martir (251 a 253).
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[[Mártir]] (251 a 253).  
  
Podemos aceptar la afirmación del catálogo Liberiano que el reino dos años, tres meses, y diez días, Lipsius, Lightfoot, y Harnack han demostrado que esta lista es de primera clase en autoridad para esta fecha. Su predecesor Fabián, fue puesto como muerto por Decius, el 20 de Enero, de 250. Alrededor de los comienzos de Marzo, 251 la persecución disminuyo, permitiendo la ausencia del emperador, contra el cual dos rivales aparecieron. Fue posible ensamblar dieciséis obispos en Roma, y Cornelio fue elegido aun contra su deseo.(Cipriano, Ep. Lv, 24), “Por el juicio de Dios y de Cristo, por el testimonio de casi todo el clero, por el voto de la gente presente, por el consentimiento de los sacerdotes mas viejos y de los buenos hombres, al momento cuando ninguno había hecho nada antes de el, cuando el lugar de Fabián, que es el lugar de Pedro, y el escalón a la silla sacerdotal vacante”. “ Que fortaleza de animo en esa aceptación del episcopado, que fuerza de mente, que firmeza de fe, de el que tome asiento en esa intrépida silla sacerdotal, al momento cuando la tiranía, en su odio a los obispos estuvo haciendo amenazas inconfesables, cuando escucho con mas paciencia que el príncipe rival fue lanzado contra el, que el obispo de Dios fue comisionado a Roma (Ibíd., 9).
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Podemos aceptar la afirmación del catálogo liberiano que su pontificado duró dos años, tres meses y diez días, pues Lipsio, Lightfoot, y Harnack han demostrado que esta lista es una autoridad de primera clase para esta fecha. Su predecesor, el [[Papa San Fabián]], fue ejecutado por [[Decio]] el 20 de enero de 250. Alrededor de los comienzos de marzo de 251 la [[persecución]] disminuyó debido a la ausencia del emperador, contra quien aparecieron dos rivales. Fue posible reunir a dieciséis obispos en [[Roma]], y Cornelio fue elegido aun contra su deseo.(Cipriano, Ep. LV, 24), “Por el juicio de [[Dios]] y de [[Cristo]], por el testimonio de casi todo el [[clero]], por el voto de la gente presente, por el consentimiento de los [[sacerdotes]] ancianos y de los hombres buenos, en un [[tiempo]] cuando ninguno había sido nombrado antes que él, cuando el lugar de Fabián, que es el lugar de Pedro, y el escalón a la silla sacerdotal estaba vacante”. “Qué [[fortaleza]] en su aceptación del episcopado, qué fuerza de mente, qué firmeza de [[fe]], que él tomó su asiento intrépidamente en esa silla sacerdotal, al momento cuando la tiranía en su [[odio]] a los obispos hacía amenazas atroces, cuando escuchó con mucha paciencia que un príncipe rival se estaba levantando contra él, que el obispo de Dios fue nombrado a Roma (Ibíd., 9). Pregunta [[San Cipriano]]:  “¿no debe él ser contado entre los gloriosos confesores y mártires quienes se mantuvieron tanto tiempo esperando la espada o la cruz o la estaca o cualquier otra tortura?”.  
  
Si el no, pregunta San Cipriano, para ser nombrado entre los gloriosos confesores y mártires quienes esperaron sentados la espada o la cruz o la estaca o cualquier otra tortura?.
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Unas pocas semanas más tarde el [[sacerdote]] romano [[Novaciano]], se hizo [[antipapa]], y la [[cristiandad]] completa fue convulsionada por el [[cisma]] en Roma.  Pero la adhesión de San Cipriano le aseguraba a Cornelio los cien obispos de África, y la influencia de [[San Dionisio]] el Grande, [[obispo]] de [[Alejandría]], trajo al Oriente dentro de pocos meses a una decisión correcta.  En [[Italia]] misma el [[Papa]] reunió un [[sínodo]] de sesenta obispos (ver [[Novaciano]]). Fabio, Obispo de [[Antioquia]], pareció haber vacilado. Tres cartas a él de Cornelio fueron conocidas por [[Eusebio]], quien dio extractos de una de ellas (Historia de la Iglesia, VI.43), en la cual el Papa enumera con considerable amargura las fallas en la elección y conducta de Novaciano. Incidentalmente nos enteramos que en la Iglesia Romana había cuarenta y seis sacerdotes, siete [[diáconos]], siete [[sub-diáconos]], cuarenta y dos [[acólitos]], cincuenta y dos ostiarios y más de mil quinientas [[viudas]] y [[personas]] en la miseria. A partir de esto Burnet estimó el número de cristianos (v. [[cristianismo]]) en Roma en cincuenta mil, y así también Gibbons; pero Benson y Harnack piensan que esta cifra posiblemente sea muy alta.  El Papa Fabián había hecho siete regiones; y parece que cada una tenía un diácono, un sub-diácono y seis acólitos.  Nos han llegado dos de las cartas de Cornelio a Cipriano, junto con nueve de Cipriano al Papa.  Monseñor Merrati mostró que en el texto verdadero las cartas de Cornelio están en el “latín vulgar” coloquial del día, y no en el más clásico estilo seguido por el ex orador Cipriano y el instruido filósofo (v. [[filosofía]]) Novaciano. Cornelio sancionó las leves medidas propuestas por San Cipriano y aceptadas por el Concilio de Cartago de 251 para la restauración a la comunión, luego de varias formas de penitencia, de aquellos quienes han caído durante la [[persecución]] de [[Decio]]. (ver Cipriano).  
  
A pocas semanas mas tarde el párroco Romano Novatian, se hizo antipapa , y el mundo cristiano total fue convulsionado por el cisma en Roma. Pero la adhesión de San Cipriano aseguraba a Cornelio de cientos de obispos de África, y la influencia de San Dionisio el Grande, Obispo de Alejandría, trayendo a Oriente dentro de pocos meses una decisión correcta. En Italia, el Papa junto a un sínodo de sesenta obispos (ver Novatian). Fabius, Obispo de Antioquia, parece estar vacilante. Tres cartas a el de Cornelio fueron conocidas de Eusebio, quien dio extractos de una de ellas (Hist. Eccl., VI, xliii), en la cual el Papa detalla las faltas en la elección de Novatian y se conduce con considerable amargura. Incidentalmente nos enteramos que en la Iglesia Romana eran cuarenta y seis sacerdotes, siete diáconos, siete sub diáconos, cuarenta y dos acólitos, cincuenta y dos ostiarios, y mas de mil quinientos viudas y personas en distres. De esta estimación de Burnet del numero de Cristianos en Roma a cincuenta mil, de Gibbons; pero Benson y Harnack piensan que esta figura posiblemente sea muy grande. El Papa Fabián hizo siete regiones; aparece en cada una un diacono, un sub diacono y seis acólitos.
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A comienzos de 252 estalló de pronto una nueva persecución. Cornelio fue exilado a Centumcellæ (Ciudad Vieja). No hubo defecciones entre los cristianos romanos; todos fueron confesores. El Papa “guió a sus hermanos a la confesión”, escribió Cipriano (Ep. LX, ad Corn.), con una manifiesta referencia a la confesión de San Pedro. “Con un solo corazón y una sola voz la totalidad de la Iglesia romana confesó. Luego se vio, muy querido hermano, esa fe que los benditos apóstoles elogiaron en ustedes (Rom. 1,8); aun entonces él previó  en espíritu tu gloriosa fortaleza y tu firme fuerza.”  En junio Cornelio murió como mártir, como lo llama repetidamene San Cipriano.  El catalogo liberiano tiene ibi cum gloriâ dormicionem accepit, y esto puede significar que el murió debido a los  rigores de su destierro, sin embargo mas tarde dice que él fue decapitado. [[San Jerónimo]] dice que Cornelio y Cipriano sufrieron en el mismo día en diferentes años, y su descuidado comentario fue luego generalmente seguido. La [[fiesta]] de San Cipriano era de hecho celebrada en Roma en la [[tumba]] de Cornelio, para el siglo IV “Depositio Martirum” tiene “ XVIII kl octob Cypriani Africæ Romæ celebratur in Callisti". San Cornelio no fue sepultado en la [[capilla]] de los Papas, sino en una  [[catacumba]] adyacente, posiblemente una de la rama del noble Cornelii. Su inscripción esta en latín: Cornelio* MARTYR*, mientras que  las de Fabián y Lucio están en griego (Northcote and Brownlow, "Roma sotteranea", I, VI). Su fiesta fue fijada con la de San Cipriano el 14 de septiembre, posiblemente el día de su traslado de Centumcellæ a las catacumbas.  
  
De las cartas de Cornelio a Cipriano dos han sido traídas a nosotros, junto a nueve de Cipriano al Papa. Monseñor Merrati mostró que el texto verdadero de las cartas de Cornelio son en el coloquial “latín vulgar” del día, y no en el mas clásico estilo afectado por el ex orador Cipriano y el instruido filosofo Novatian. Cornelio sanciona las leves medidas propuestas por San Cipriano y aceptadas por su Consejo Cartaginés de 251 para la restauración de la Comunión, luego de varias formas de penitencia, de aquellos quienes han caído durante la persecución Deciana.(ver Cipriano).
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Fuente:  Las dos cartas en latín fueron encontradas en todas las ediciones de Cipriano. El mejor texto en MERCATI, D'alcuni muori sussidi per la critica del texto di S. Cipriano (Roma, 1899). Ellos se pueden encontrar con los fragmentos en COUSTANT, Epp. Rom. Pontt. y en ROUTH, Reliquæ Sacræ. Hay una carta espuria San Cipriano en el apéndice de sus trabajos, otra a Lupicino de Viena, y dos mas fueron falsificadas por Pseudo Isidoro. Todas estas se encuentran en las colecciones de [[concilios]] y en MIGNE. NELKE atribuye a Cornelio el pseudo cipriánico Ad Novatianum.  Die Chronol. der Correspondenz Cyprians (Thorn, 1902); pero es de un contemporáneo desconocido.  Sobre Cornelio ver TILLEMONT, III; Acta SS. 14 Sept.; BENSON, Cipriano (Londres, 1897). Las Actas de San Cornelio carecen de valor.  
  
Al comienzo de 252 una nueva persecución súbitamente estallo. Cornelio fue exilado a Centumcellæ (Ciudad Vieja). No hubo deserciones entre los Cristianos Romanos; todos fueron confidentes. El Papa “dejo sus hermanos en confesión”, escribió Cipriano (Ep. lx, ad Corn.), con una manifiesta referencia a la confesión de San Pedro. “Con un corazón y una voz el total de la Iglesia Romana confiesa. Luego, hemos visto estimados Hermanos, que esta fe con la cual los bendecidos Apóstoles predican en ustedes (Rom., i, 8); aun prevén en espíritu su gloriosa fortaleza de animo y su firme fuerza.”En Junio Cornelio muere como mártir, como San Cipriano repetidamente le dijo. El catalogo liberiano tiene ibi cum gloriâ dormicionem accepit, y esto puede significar que el murió del rigor de su confinamiento, sin embargo mas tarde dice reconocer que el fue decapitado. San Jerónimo dice que Cornelio y Cipriano sufrieron en el mismo día en diferentes años, y su descuidado comentario fue luego generalmente seguido. La fiesta de San Cipriano fue de hecho puesta en Roma en la tumba de Cornelio, para el cuarto siglo “Depositio Martirum” tiene “ XVIII kl octob Cypriani Africæ Romæ celebratur in Callisti". San Cornelio no fue sepultado en las capillas de Papas, pero en catacumbas adyacentes, posiblemente de la rama del noble Cornelio. Su inscripción esta en latín: Cornelio* MARTYR* así como la de Fabián y Lucius están en griego (Northcote and Brownlow, "Roma sotteranea", I, vi). Su fiesta fue puesta con la de San Cipriano el 14 de Setiembre, posiblemente el día de su traslado de Centumcellæ a la catacumbas.
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Chapman, John. "Pope Cornelius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04375c.htm>.
 
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Transcripto por W G Kofron. Traducido por Juan Ramón Cifre.
Las dos cartas en latín fueron encontradas en todas las ediciones de Cypriano. El mejor texto en MERCATI, , D'alcuni muori sussidi per la critica del texto di S. Cipriano (Roma, 1899). Ellos se encontraran con los fragmentos en COUSTANT, Epp. Rom. Pontt. Y en ROUTH, Reliquæ Sacræ. Esta es una espuria carta a San Cipriano en el apéndice de sus trabajos, otra a Lupicinus de Viena, y dos mas fueron fraguadas por Pseudo Isidoro. Todas estas se encontraran en las colecciones de consejos y en MIGNE. El Pseudo Ciprianistico Ad Novatianum es atribuido a Cornelio por NELKE, , Die Chronol. der Correspondenz Cyprians (Thorn, 1902); pero esto es por un contemporáneo desconocido. En Cornelio ver TILLEMONT, III; Acta SS. 14 Sept.; BENSON, Cyprian (Londres, 1897). El Acta of San Cornelio carece de valor.
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Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.
 
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JOHN CHAPMAN
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Transcripto por WGKofron
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Con agradecimientos de Fr. John Hilkert, Akron, Ohio.
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Traducido por Juan Ramon Cifre
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Última revisión de 07:52 3 oct 2008

Mártir (251 a 253).

Podemos aceptar la afirmación del catálogo liberiano que su pontificado duró dos años, tres meses y diez días, pues Lipsio, Lightfoot, y Harnack han demostrado que esta lista es una autoridad de primera clase para esta fecha. Su predecesor, el Papa San Fabián, fue ejecutado por Decio el 20 de enero de 250. Alrededor de los comienzos de marzo de 251 la persecución disminuyó debido a la ausencia del emperador, contra quien aparecieron dos rivales. Fue posible reunir a dieciséis obispos en Roma, y Cornelio fue elegido aun contra su deseo.(Cipriano, Ep. LV, 24), “Por el juicio de Dios y de Cristo, por el testimonio de casi todo el clero, por el voto de la gente presente, por el consentimiento de los sacerdotes ancianos y de los hombres buenos, en un tiempo cuando ninguno había sido nombrado antes que él, cuando el lugar de Fabián, que es el lugar de Pedro, y el escalón a la silla sacerdotal estaba vacante”. “Qué fortaleza en su aceptación del episcopado, qué fuerza de mente, qué firmeza de fe, que él tomó su asiento intrépidamente en esa silla sacerdotal, al momento cuando la tiranía en su odio a los obispos hacía amenazas atroces, cuando escuchó con mucha paciencia que un príncipe rival se estaba levantando contra él, que el obispo de Dios fue nombrado a Roma (Ibíd., 9). Pregunta San Cipriano: “¿no debe él ser contado entre los gloriosos confesores y mártires quienes se mantuvieron tanto tiempo esperando la espada o la cruz o la estaca o cualquier otra tortura?”.

Unas pocas semanas más tarde el sacerdote romano Novaciano, se hizo antipapa, y la cristiandad completa fue convulsionada por el cisma en Roma. Pero la adhesión de San Cipriano le aseguraba a Cornelio los cien obispos de África, y la influencia de San Dionisio el Grande, obispo de Alejandría, trajo al Oriente dentro de pocos meses a una decisión correcta. En Italia misma el Papa reunió un sínodo de sesenta obispos (ver Novaciano). Fabio, Obispo de Antioquia, pareció haber vacilado. Tres cartas a él de Cornelio fueron conocidas por Eusebio, quien dio extractos de una de ellas (Historia de la Iglesia, VI.43), en la cual el Papa enumera con considerable amargura las fallas en la elección y conducta de Novaciano. Incidentalmente nos enteramos que en la Iglesia Romana había cuarenta y seis sacerdotes, siete diáconos, siete sub-diáconos, cuarenta y dos acólitos, cincuenta y dos ostiarios y más de mil quinientas viudas y personas en la miseria. A partir de esto Burnet estimó el número de cristianos (v. cristianismo) en Roma en cincuenta mil, y así también Gibbons; pero Benson y Harnack piensan que esta cifra posiblemente sea muy alta. El Papa Fabián había hecho siete regiones; y parece que cada una tenía un diácono, un sub-diácono y seis acólitos. Nos han llegado dos de las cartas de Cornelio a Cipriano, junto con nueve de Cipriano al Papa. Monseñor Merrati mostró que en el texto verdadero las cartas de Cornelio están en el “latín vulgar” coloquial del día, y no en el más clásico estilo seguido por el ex orador Cipriano y el instruido filósofo (v. filosofía) Novaciano. Cornelio sancionó las leves medidas propuestas por San Cipriano y aceptadas por el Concilio de Cartago de 251 para la restauración a la comunión, luego de varias formas de penitencia, de aquellos quienes han caído durante la persecución de Decio. (ver Cipriano).

A comienzos de 252 estalló de pronto una nueva persecución. Cornelio fue exilado a Centumcellæ (Ciudad Vieja). No hubo defecciones entre los cristianos romanos; todos fueron confesores. El Papa “guió a sus hermanos a la confesión”, escribió Cipriano (Ep. LX, ad Corn.), con una manifiesta referencia a la confesión de San Pedro. “Con un solo corazón y una sola voz la totalidad de la Iglesia romana confesó. Luego se vio, muy querido hermano, esa fe que los benditos apóstoles elogiaron en ustedes (Rom. 1,8); aun entonces él previó en espíritu tu gloriosa fortaleza y tu firme fuerza.” En junio Cornelio murió como mártir, como lo llama repetidamene San Cipriano. El catalogo liberiano tiene ibi cum gloriâ dormicionem accepit, y esto puede significar que el murió debido a los rigores de su destierro, sin embargo mas tarde dice que él fue decapitado. San Jerónimo dice que Cornelio y Cipriano sufrieron en el mismo día en diferentes años, y su descuidado comentario fue luego generalmente seguido. La fiesta de San Cipriano era de hecho celebrada en Roma en la tumba de Cornelio, para el siglo IV “Depositio Martirum” tiene “ XVIII kl octob Cypriani Africæ Romæ celebratur in Callisti". San Cornelio no fue sepultado en la capilla de los Papas, sino en una catacumba adyacente, posiblemente una de la rama del noble Cornelii. Su inscripción esta en latín: Cornelio* MARTYR*, mientras que las de Fabián y Lucio están en griego (Northcote and Brownlow, "Roma sotteranea", I, VI). Su fiesta fue fijada con la de San Cipriano el 14 de septiembre, posiblemente el día de su traslado de Centumcellæ a las catacumbas.

Fuente: Las dos cartas en latín fueron encontradas en todas las ediciones de Cipriano. El mejor texto en MERCATI, D'alcuni muori sussidi per la critica del texto di S. Cipriano (Roma, 1899). Ellos se pueden encontrar con los fragmentos en COUSTANT, Epp. Rom. Pontt. y en ROUTH, Reliquæ Sacræ. Hay una carta espuria San Cipriano en el apéndice de sus trabajos, otra a Lupicino de Viena, y dos mas fueron falsificadas por Pseudo Isidoro. Todas estas se encuentran en las colecciones de concilios y en MIGNE. NELKE atribuye a Cornelio el pseudo cipriánico Ad Novatianum. Die Chronol. der Correspondenz Cyprians (Thorn, 1902); pero es de un contemporáneo desconocido. Sobre Cornelio ver TILLEMONT, III; Acta SS. 14 Sept.; BENSON, Cipriano (Londres, 1897). Las Actas de San Cornelio carecen de valor.

Chapman, John. "Pope Cornelius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04375c.htm>. Transcripto por W G Kofron. Traducido por Juan Ramón Cifre. Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.