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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Dagón

De Enciclopedia Católica

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Deidad filistea. Es comúnmente admitido que el nombre Dagón es una forma diminutiva, por lo tanto un término cariñoso, derivado de la raíz semítica dag, y significa, en consecuencia, "pez pequeño." Por consiguiente, el nombre indica un dios en forma de pez. La Biblia también sugiere esto cuando habla del Dagón idolatrado en el templo de Asdod (1 Sam. 5,1-7); de acuerdo con la interpretación más probable del “tronco de Dagón” (v. 5), tenía cara y manos, y una parte de su cuerpo se asemejaba a un pez. Del texto recibido de los Setenta parecería que tenía incluso pies, aunque la edición de Swete da aquí una lectura diferente; de todos modos, en la traducción griega esta frase muestra todas las apariencias de una glosa. La descripción en la Biblia coincide con la que puede verse en las monedas de varias ciudades filisteas o fenicias, en cuya mayoría se representa a Dagón como una figura compuesta, la parte superior del cuerpo es humana y la inferior es de pez. De ello se puede muy bien inferir que Dagón era un dios pez, hecho que no sorprende en lo más mínimo, puesto que parece haber sido la deidad principal de ciudades marítimas, tales como, Asdod, Gaza (los primeros lugares que se supone están enterrados bajo los montículos de arena que corren a lo largo de la orilla del mar), Ascalón y Arvad. En los monumentos--- también muy probablemente en el culto popular---Dagón esta asociado a veces con una deidad femenina con la mitad en forma de pez, Derceto o Atargatis, a menudo identificada como Astarté.

Sin embargo, algunos estudiosos dejan a un lado estas evidencias y consideran a Dagón como el dios de la agricultura. Basan su opinión en la siguiente afirmación de Filo Biblio: "Dagón, es decir, maíz' [la palabra hebrea para espiga es dagan]. Dagón, después de descubrir el trigo y el arado, fue llamado Zeus del arado" (2,16). El mismo escritor nos dice (en Eusebio, Prep. Evang. I, 6) que, según una antigua leyenda fenicia, Dagón era uno de los cuatro hijos nacidos del matrimonio de Anú, el señor de los cielos, con su hermana, la tierra. Por otra parte, en un sello que tiene ciertas señales simbólicas, entre las cuales hay una mazorca de maíz, puede leerse el nombre de Baal-Dagón escrito en caracteres fenicios, pero no la imagen de un pez. Está abierto a debate si estos argumentos preponderan sobre aquellos a favor de la otra opinión; hasta el punto que la etimología adoptado por Filo Biblio pueda deberse posiblemente a una equivocación en el nombre. También pudiera admitirse, quizás, que en el transcurso del tiempo, se desarrolló a lo largo de la costa mediterránea una doble concepción y representación de Dagón como resultado de la supuesta doble derivación del nombre. De todos modos, todos los estudiosos concurren en que el nombre y el culto a Dagón se importaron de Babilonia.

Las Tablas de Tell el-Amarna (cerca de 1480-1459 a.C.) qué han aportado los nombres de Yamir-Dagan y Dagan-takala, gobernantes de Ascalón, dan testimonio de la antigüedad del culto a Dagón entre los habitantes de Palestina. Sabemos por la Biblia que la deidad tenía templos en Gaza (Jc. 16,21.23) y Asdod (1 Sam. 5,1-7); podemos presumir que también existieron santuarios en otras ciudades filisteas. El culto a Dagón parece haberse extendido incluso más allá de los confines de su confederación. El testimonio de los monumentos es positivo para la ciudad fenicia de Arvad; además, el Libro de Josué menciona dos pueblos llamados Bet Dagón, uno en el territorio de Judá (Jos. 15,41), y el otro en la frontera de Aser (Jos. 19,27); Josefo también habla de un Dagón "más allá de Jericó" (Antiq. Jud., XIII, VIII, 1; De bell. Jud. I, II, 3). Todos estos nombres son anteriores a la conquista israelita, y, a menos que los derivemos de dagan, dan testimonio de una amplia difusión del culto a Dagón a lo largo de Palestina. Este culto se mantuvo, por lo menos en ciertas ciudades filisteas, hasta los últimos siglos antes de Cristo---este fue el caso de Asdod; el templo de Dagón que estaba allí fue quemado por Jonatán Macabeo (1 Mac. 10,84; 11,4).

Al contrario de los baales que, entre los cananeos, eran deidades esencialmente locales, parece que los filisteos consideraban a Dagón como un dios nacional (1 Crón. 10,10). A él atribuyeron su éxito en la guerra; le dieron gracias con grandes sacrificios, ante él se regocijaron por la captura de Sansón (Jc. 16,23); a su templo llevaron los trofeos de sus victorias, el Arca (1 Sam. 5,1.2), la armadura, y la cabeza de Saúl (1 Sam. 31,9-10; 1 Crón. 10,10). Un semi relieve de bronce de hechura asirio-fenicia también sugeriría que Dagón jugaba un papel prominente en las doctrinas respecto a la muerte y la vida futura. Respecto a los ritos de su culto, se puede recoger poco de los documentos o de la Escritura. Los acuerdos detallados para devolver el Arca (1 Sam. 5;6) pueden haber sido inspirados más por las circunstancias que por cualquier ceremonia del culto a Dagón. Sólo conocemos por los autores antiguos que, por razones religiosas, la mayoría de la gente siria se abstenía de comer pescado, práctica que uno se inclina naturalmente a relacionar con el culto a un dios pez.


Fuente: Souvay, Charles. "Dagon." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04602c.htm>.

Trducido por Félix Carbó Alonso. L H M.