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Miércoles, 27 de noviembre de 2024

Severiano

De Enciclopedia Católica

Revisión de 20:08 27 dic 2008 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones) (Página nueva: Obispo de Gabala en Siria, floreció en los siglos IV y V. No nos ha llegado nada respecto a su vida antes de su consagración episcopal. Sus contemporáneos lo consider...)

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Obispo de Gabala en Siria, floreció en los siglos IV y V. No nos ha llegado nada respecto a su vida antes de su consagración episcopal. Sus contemporáneos lo consideraban un gran predicador, y era conocido como el autor de comentarios bíblicos y sermones: "vir in divinis Scripturis eruditus et in homiilis declamator admirabilis fuit" (Genadio, "De script. eccles.", XXI, en P.L., LVIII, 1073). La posteridad ha conservado su nombre debido al prominente pero lamentable rol que jugó en la deposición y destierro de San Juan Crisóstomo. Alentado por el gran éxito retórico y financiero obtenido en Constantinopla por su conciudadano sirio Antíoco, obispo de Ptolemais, Severiano vino a la capital alrededor del año 400 equipado con una serie de sermones griegos. Crisóstomo lo invitó a predicar y él tuvo mucho éxito en ganar la aprobación de sus oyentes, a pesar de su fuerte acento sirio, (Sozomeno, “Hist. Eccl.”, VIII, X). Debido a las relaciones tirantes entre Crisóstomo y la emperatriz Eudoxia, Severiano tuvo que decidirse por una de las dos partes, y como él se dejaba dominar por intereses personales, pronto su decisión estuvo hecha. Sin embargo, el confiado Crisóstomo, cuando asuntos eclesiásticos requirieron un viaje a la Provincia de Asia en 401, nombró a su invitado como su representante en funciones litúrgicas. Severiano tomó ventaja de la ausencia de Crisóstomo y muy pronto se involucró en un conflicto abierto con Serapión, archidiácono y administrador de la propiedad eclesiástica y el palacio episcopal, quien permanecía fiel a Crisóstomo. El resultante escándalo y excitación general fueron tan grandes que a su regreso (401) Crisóstomo le pidió a Severiano que regresara de nuevo a su diócesis (Sócrates, “Hist. Eccl.”, VI, XI; la versión más larga, ibid. En P.G., LXVII, 731). Ahora Eudoxia intervino personalmente, y a su pedido Crisóstomo le permitió a Severiano volver a Constantinopla. En este lugar Crisóstomo pronunció en presencia de Severiano un discurso a la gente (P.G., LII, 423 sqq.; la respuesta de Severiano, ibid., 425 ss.; cf. Sócrates, Historia de la Iglesia, VI.11; Sozomeno, Historia de la Iglesia VIII.10).

La paz así efectuada no duró mucho. Severiano comenzó de nuevo sus intrigas, y en el Sínodo del Roble fue uno de los más activos oponentes a Crisóstomo. También firmó la sátira contra Crisóstomo que Teófilo de Alejandría le envió al Papa Inocencio (Paladio, “Dialogus”, III, en P.G., XLVII, 14). Incluso se aventuró a proclamar a su gente desde el púlpito el éxito de su partido inmediatamente después del primer destierro de Crisóstomo y a proclamar la remoción del arzobispo un castigo justo por su orgullo. Solo una rápida huída le salvó de la violencia a manos del enfurecido populacho (Sozomeno, VIII, XVIII). Poco después del regreso de Crisóstomo de su primer exilio, encontramos a Severiano con Acacio de Beroea y Antíoco de Ptolemais a la cabeza de la facción opuesta al arzobispo. Fue este partido el que en la noche del Domingo de Pascua, 404, incitó al ataque sobre los catecúmenos y clérigos de Crisóstomo, y finalmente se dirigieron al emperador personalmente para procurar el destierro final de su odiado oponente (Paladio, III, IX, loc. Cit., 14, 31 ss.). A la muerte de Flaviano (404), el amigo de Crisóstomo, este mismo triunvirato se fue a Antioquía y, desafiando la justicia y el derecho, consagró como obispo de Antioquía, de forma poco honrada, a Porfirio (el opositor de Crisóstomo) (Palladius, XVI, loc. cit., 54). Así termina el rol de Severiano en la historia eclesiástica. Se conoce tan poco de la última parte de su vida, como de la primera. Según Genadio (loc. Cit.) él murió durante el reinado de Teodosio II (408-50).

ESCRITOS:

(1) Sermones. De éstos existen los siguientes: "Orationes sex in mundi creationem" (P.G., LVI, 429-500); "Oratio de serpente, quem Moyses in cruce suspendit" (ibid., 500-516); "In illud Abrahae dictum: Pone manum tuam sub femur meum, Gen., xxiv, 2" (ibid., 553-64); "De ficu arefacta" (ibid., LIX, 585-90); "Contra Judaeos" (ibid., LXI, 793-802, cf. LXV, 29 sqq.); "De sigillis librorum" (ibid., LXIII, 531-44); "In Dei apparitionem" (ibid., LXV, 26); "De pace" (ibid. LII, 425-28), completado por A. Papadopulos, Analekta hierosolymitikes stachyologias, I (St. Petersburg, 1891), 15-26; "De nativitate Christi", editado bajo el nombre de Crisóstomo por Savile, VII, 307, pero atribuido a Severiano por Teodoreto (Eranistes, III, en P.G., LXIII, 308); quince homilías en una traducción armenia antigua, editada por J. B. Aucher, "Severiani . . . homiliae nunc primum editae ex antiqua versione armena in latinum sermonem translatae" (Venecia, 1827), de la cual la núm. 7 es la homilía "In Abrahae dictum: Gen., 24,2", núm. 13 "De ficu arefacta", y núm. 10 la homilía de San Basilio sobre el bautismo (P.G., XXXI, 423-44). El Codex Ambrosiano de Milán, c. 77 sup. (VII-VIII saec.) contiene ochenta y ocho "sermones sancti Severiani"; el "Homilarium Lacense" (Berlin Cod. lat.341) tiene discursos de San Pedro Crisólogo bajo el nombre de "Severianus episcopus".

(2) Todos los comentarios de Severiano se perdieron; él había compuesto algunos sobre el Génesis, Éxodo, Deuteronomio, Job, las Epístolas a los Romanos, gálatas, 1 Corintios, 2 Tesalonicenses y los Colonsenses (cf. Cosmas Indicopleustes, "Topographica christ.", I, VI, X, en P.G., LXXXVIII, 373, 417; Genadio, "De script. eccles.", XXI).


Bibliografía: LUDWIG, Der his joh Chrysostomus in seinem Verhaltniss zum byzantin. Hof (Braunsberg, 1883), 51 sqq.; TILLEMONT, Memoires, XI (1706), 170-77. 587-89; FABRICIUS HARLES, Bibliotheca graeca, X, 507-11. Fuente: Baur, Chrysostom. "Severian." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/13742b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina