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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Ite Missa Est

De Enciclopedia Católica

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En el rito romano, Ite Missa Est es el versículo que canta el diácono al final de la Misa, después de las oraciones poscomuniones. Es nuestra fórmula del antiguo despido (apolysis) que aún se encuentra en todas las liturgias . Es, sin duda, una de las fórmulas romanas más antiguas, como se puede ver en su forma arcaica y difícil. Los tres Ordines Romani más antiguos la contienen. “Ordo Rom. I” dice: “Cuando termina la oración [poscomunión], uno de los diáconos designados por el archidiácono mira hacia el pontífice para recibir un signo de él y entonces dice al pueblo. Ite missa est. Ellos contestan: deo gratias (ed. Atchley, Londres, 1905, p. 144. Vea también "Ordo Rom. II", 15; "Ordo Rom. III", 18).

Los comentaristas medievales se preocuparon mucho por explicar el significado de la extraña expresión. Durando sugiere varias interpretaciones. Se ha pensado que se omite una palabra: Ite, missa est finita; o est se toma absolutamente con el significado de “existe”, “es ahora un hecho consumado”. La verdadera explicación parece estar más bien en la interpretación correcta de la palabra missa. Antes de convertirse en el nombre técnico de la Santa Liturgia en el rito romano, significaba simplemente "despido". La forma missa para missio es parecida a la de collecta (para collectio), ascensa (ascensio), etc. Así Ite missa est debe traducirse como “Váyanse, es la despedida”. (Vea Floro el Diácono, “De expositione Missæ", P.L., CIX, 72.)

En ciertos días que tienen el carácter de ayuno o penitencia, este versículo es sustituido por las palabras "Benedicamus Domino". El hecho es señalado por los liturgistas medievales (por ejemplo, Durando, IV, 57 — cf. "Micrologus", XXXIV; etc.) desde aproximadamente el siglo XI. Los tres Ordines Romani anteriores al siglo X solo conocen la forma Ite missa est. La explicación es que originalmente en tales días no se despedía a las personas, sino que permanecían en la iglesia para más oraciones después de la Misa, adecuada para los días de ayuno (por lo que Bona, "Rerum liturg, libri duo", II, XX, n.3). Esto es confirmado por una extinta costumbre medieval de cantar Benedicamus Domino al final de la Misa de medianoche en Navidad porque los laudes seguían de inmediato (Durando, op cit, IV, 57, §7). De ahí se obtuvo la idea de que Ite missa est implica una Misa festiva.

Micrologus” (XLVI) señala la regla de que sigue al Gloria in Excelsis Deo (y por lo tanto al ''Te Deum'' en el Oficio). Cualquiera de los dos versículos siempre fue respondido por la obvia respuesta Deo Gratias, lo cual implica agradecimiento por haber ofrecido el Sacrificio —ahora está completo. En Réquiems (ya que no tienen Gloria) no se dice Ite missa est. En este caso, el versículo es Requiescant in pace, cuya respuesta es amén. John Beleth (siglo XII) dice que esto surgió “sólo de una costumbre general” (“rat. Div. Offic.” En P.L., CCII, 49). Hasta aproximadamente el siglo XII, el Ite missa est realmente terminaba la liturgia, según lo implica su forma. En el primer Ordo Romano, inmediatamente después el texto continúa: "Entonces se llevan los siete candeleros ante el Pontífice... a la sacristía" (ed. Atchley, p.146). No fue sino hasta el siglo XVI (Misal de Pío V) que se reconocieron definitivamente como parte de la liturgia a recitarse en el altar las adiciones a la Misa que se habían introducido gradualmente (Placeat, bendición, último Evangelio —todas originalmente oraciones privadas).

Las despedidas correspondientes en los demás ritos occidentales son: en Milán, V. "Procedamus in pace", R. "In nomine Christi"; mozárabe, "Solemnia completa sunt in nomine D. N. I. C: votum nostrum sit acceptum cum pace." R. "Deo gratias"("Missale Mixtum", P.L., LXXXV, 120). De los ritos orientales, el de las “Constituciones Apostólicas despide al pueblo con la forma: "Vayan en paz" (Brightman, "Eastern Liturgies", p. 27). Las liturgias bizantina y antioquena finalizan con el anuncio del diácono: "Vayamos en paz." R. "En el nombre del Señor"; y luego una corta “oración de despedida” dicha por el celebrante (op. cit., 67, 397); así también el rito alejandrino (ibid., 142): mientras que los nestorianos tienen sólo una oración y bendición por el celebrante (ibid., 303).


Bibliografía: BERNOLD OF CONSTANCE en el "Micrologus" in "P.L"., CLI, 973-1022, XLVI; JOHN BELETH, "Rationale divinorum officiorum" en "P.L"., CII, 14-166, XLIX; DURANDO, "Rationale", IV, 57, y todos los comentaristas medievales: BONA, "Rerum liturgicarum libri duo," XX; BENEDICT XIV, "De S. Missæ Sacrificio", II, XXIV; GIHR, "Das heilige Messopfer" (Freiburg im Br., 1897), 714-17; DE HERDT, "Sacræ Liturgiæ praxis "(Lovaina, 1894), I, 481-83.

Fuente: Fortescue, Adrian. "Ite Missa Est." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8, págs. 253-254. Nueva York: Robert Appleton Company, 1910. 19 Jun. 2018 <http://www.newadvent.org/cathen/08253a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina.