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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Cronología general

De Enciclopedia Católica

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Cronología general (girego, chronos, tiempo; logos, discurso), la ciencia de la medición del tiempo, tiene dos ramas: (1) cronología matemática, que determina las unidades que se emplean para medir el tiempo, y (2) cronología histórica, de la que tratamos aquí, y la cual fija en el curso general del tiempo la posición de cualquier evento particular, o, como se le llama generalmente, su fecha. Es así para la historia lo que la latitud y la longitud son para la geografía. El primer requisito en cualquier sistema de cronología histórica es una era, es decir un punto de tiempo fijo, la distancia desde la que se indicará la posición de todos los demás. El término era, cuya derivación no se conoce con certeza, parece haber sido utilizada por primera vez en Francia y España para denotar un número o una regla. Puesto que la necesidad de un sistema de cronología definido fue reconocida por primera vez por la humanidad, se han utilizado muchas y variadas eras en diferentes épocas y por diferentes naciones. Para fines prácticos, es más importante entender las que afectan a la historia cristiana.

Era Cristiana

La primera de las eras cristianas es la que ha sido adoptada por todos los pueblos civilizados y conocida como la era cristiana, vulgar o común. Ésta fue introducida hacia el año 527 por Dionisio el Exiguo, un monje escita residente en Roma, que fijó su punto de partida en el año 753 desde la fundación de Roma, en cuyo año, según sus cálculos, ocurrió el nacimiento de Cristo. Al hacer de este año el primero de su era, contó los años siguientes en curso regular a partir de él, y los llamó años "del Señor", y ahora se designa tal fecha como A. D. (es decir, Anno Domini). Al año anterior al año 1 d.C. se le llama A.C. (Ante Christum). Hay que tener en cuenta que no hay un año O interviniendo, como algunos han imaginado, entre a.C. y d.C.

Muchos suponen que el cálculo de Dionisio estaba incorrecto, y que el nacimiento de Cristo realmente ocurrió tres años antes del fijado por él, o, en el año 750 de Roma, que él llama 3 a.C. Sin embargo, el primer año de la era cristiana fijado, con razón o sin ella, por Dionisio es irrelevante para efectos de la cronología. Su sistema fue adoptado, solo gradualmente, primero en Italia y luego en otras partes de la cristiandad. Inglaterra parece haber estado entre las primeras regiones que hicieron uso de él, bajo la influencia de los misioneros romanos, ya que se encuentra en los estatutos sajones del siglo VII. En la Galia hizo su aparición sólo en el VIII, y su uso no se generalizó en Europa hasta después del año 1000; por consiguiente en francés el término millésime se usaba con frecuencia para indicar una fecha d.C. En España, aunque conocido ya para el siglo VII, el uso de la era cristiana, como veremos más adelante, no se generalizó hasta después de la mitad del siglo XIV.

Cronología pre-cristiana

De los sistemas cronológicos previamente en uso, será suficiente describir brevemente algunos. Los griegos databan los eventos por Olympiads, o los períodos de cuatro años que mediaban entre las celebraciones sucesivas de los juegos olímpicos, y este modo de cálculo, después de haber sido ampliamente adoptado en Roma, continuó siendo utilizado con frecuencia en los primeros siglos del cristianismo. Las olimpiadas comenzaron a partir de 776 a.C., y en consecuencia el año 1 d.C. fue el cuarto año de la olimpiada número 194.

Los romanos a menudo contaban los años desde la fundación tradicional de su ciudad (ab urbe conditâ--A.U.C. ), fecha que, como se ha dicho, coincidió con el año 753 a.C. Ellos también a menudo designaban los años por los nombres de los cónsules en funciones (por ejemplo Consule Planco). A veces los romanos databan por años post-consulares (es decir, tanto tiempo después del consulado de un hombre bien conocido). Naturalmente, los años de reinado de los emperadores romanos dentro de poco suplantaron los de los cónsules, cuyo poder en los últimos tiempos era meramente nominal; y a partir de los emperadores, este método de fechado fue imitado por los Papas, reyes y otros gobernantes, con o sin la adición del año d.C. Se convirtió en hecho universal en la Edad Media, y subsiste en documentos, tanto eclesiásticos como civiles, hasta nuestros días.

Años de reinado

Los años pontificios de los Papas son históricamente importantes (vea lista cronológica en el artículo Papas). Hay que tener cuidado, por supuesto, en el caso de tales fechas, al observar desde qué punto de tiempo se calcula cada reinado. En una monarquía electiva como el papado hay necesariamente un intervalo entre los reinados sucesivos, el cual es a veces considerable. Por otra parte, el conteo es a veces desde la elección de un pontífice, a veces desde su coronación.

Al determinar las fechas por los años de reinado de otros soberanos hay por supuesto varios puntos a los que se debe prestar atención. Limitándonos a la historia de Inglaterra, los reyes anteriores después de la conquista normanda databan sus reinados sólo desde su coronación, o alguna otra exposición pública de soberanía, de modo que a veces había un intervalo de días o incluso semanas entre el cierre de un reinado y el comienzo del siguiente. Sólo a partir de la accesión de Ricardo II (22 de junio de 1377) fue que comenzó que el reinado de un monarca comenzara con la muerte o la deposición de su predecesor. Incluso con posterioridad a esto, se contaba a veces desde el mismo día en que el monarca precedente dejó de reinar, a veces desde el siguiente día. No fue hasta el primer año de la reina Isabel que se decretó que la anterior debía ser la norma. En algunos casos particulares el asunto era aún más complicado. El rey Juan fechó su reinado a partir de su coronación, 27 de mayo de 1199, pero al ser ese día la Fiesta de la Ascensión, sus años se contaron desde la ocurrencia de este festival hasta el próximo, y fueron consecuencia de longitud variable. Eduardo I dató desde el mediodía, 20 de noviembre de 1272, y en consecuencia, este día en cada año de su reinado era en parte en un año de reinado y en parte en otro.

En las guerras civiles de York y Lancaster, Enrique VI y Eduardo IV ignoraron igualmente el período durante el cual su rival asumió o recuperó el poder, y contaron sus años en adelante continuamente desde el momento en que subieron al trono. Aunque Carlos II comenzó a reinar de facto sólo en la Restauración (29 de mayo de 1660), contó sus años, de jure, desde la ejecución de su padre el 30 de enero de 1648-9, haciendo caso omiso de la Commonwealth y el Protectorado. La reina María Tudor contó su reinado desde la muerte de Eduardo VI (6 de julio de 1553), pero debido a que el intervalo hasta el 19 de julio del mismo año fue ocupado por el reinado abortivo de Lady Jane Grey, los documentos públicos a su nombre comienzan sólo con la última fecha . Guillermo III y María II comenzaron a reinar el 13 de febrero de 1688-9, como "Guillermo y María". María murió el 28 de diciembre 1694, cuando el nombre se modificó a "Guillermo" solo, pero no se hizo el cambio en el cómputo de los años de reinado. Durante el año, durante mucho tiempo fue usual que se especificaran las fechas con referencia a alguna fiesta muy conocida en el calendario eclesiástico, como, por ejemplo, "el viernes antes de Pentecostés" o "el día de San Juan Bautista".

Indicciones

Comienzo del año

La reforma gregoriana

Período juliano

Otras eras

Días del mes y de la semana

La centuria

Ejemplos

Fuente: Gerard, John. "General Chronology." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. 24 Dec. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/03738a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina