Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Lunes, 25 de noviembre de 2024

Panes de proposición

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

Hebreo, "pan de la presencia (de Yahveh)" (Éxodo 35,13; 39,35, etc.), también llamado "pan sagrado" (1 Sam. 21,6), "filas de panes" (1 Crón. 9,32; 23,29), "pan continuo" (Núm. 4,7), o simplemente "pan" (versión hebrea, Ex. 11,23). En el texto griego tenemos varias interpretaciones, y la más frecuente es ’ártoi tês prothéseos, "panes de proposición" (Éxodo|Ex. 35,13; 39,35, etc., etc.) el cual la Vulgata Latina adopta en su traducción uniforme panes propositionis, de dónde la expresión inglesa "panes de proposición", como se halla en las versiones de Douay y Reims (Ex. 35,13, etc.; Mt. 12,4; Mc. 2,26; Lc. 6,4). Las versiones protestantes tienen “pan de proposición” (cf. Schaubrot de versiones alemanes), con la nota marginal “pan de la presencia”.

En el relato de la huída de David de Saúl, como se halla en 1 Sam. 21,6, se dice que David fue a Nob, al sumo sacerdote Ajimélek, a quien pidió unos pocos panes de proposición para él y sus compañeros. David le aseguró que los hombres estaban legalmente limpios, el sumo sacerdote les dio “pan consagrado: porque no había pan allí, excepto los panes de proposición, que habían sido retirados de delante del Señor, para colocar pan reciente.” Los panes de proposición mencionados aquí formaban la ofrenda sacrificial más importante prescrita por la Legislación de Moisés. Eran preparados de la harina más fina, pasada a través de siete cedazos, dos décimas de un efod cada uno (cerca de cuatro quintos de una medida), y sin levadura (Lev. 24,5; Flavio Josefo, "Antiq.", III, 6:6; 10:7).

Según la tradición judía los sacerdotes nombrados cada semana lo preparaban en un cuarto especial. En 1 Crón. 9,32 leemos que algunos de los hijos de Quehat (quehatitas) estaban encargados de preparar y hornear los panes. La Biblia no de información de cuál era la forma o figura de los panes individuales, pero, según el Mishna (Men., XI, 4; Yad, Tamid, V. 9), eran de diez dedos de largo, cinco de ancho y con bordes u orillas dobladas hacia arriba de siete dedos de largo. Doce de estas hogazas eran arregladas en dos filas, de seis panes cada una, y mientras estaban todavía calientes se colocaban en la “mesa de la proposición” (Núm. 4,7) o “la mesa pura” (Lev. 24,6) hecha de madera de acacia y recubierta de oro. Las dimensiones de la mesa eran dos codos (tres pies) de largo, un codo de ancho y codo y medio de alto (Ex. 25,23. Cf. 1 Ry. 7,48; 1 Crón. 28,16; 2 Crón. 4,19; 13,11). La mesa con las hogazas de pan se colocaba luego en el tabernáculo o templo ante el Arca de la Alianza, para permanecer allí por “siempre” en la presencia del Señor (Ex. 25,30; Núm. 4,7).

Según el Talmud, los panes no se debían tocar uno al otro, y para prevenir el contacto, se colocaban entre ellos veintiocho tubos dorados cóncavos, que permitían el paso del aire libremente entre las hogazas. Junto con los panes de proposición, entre las dos filas o, según otros, sobre ellas, había dos vasijas de oro llenas de incienso y, según la Versión de los Setenta, también sal (Lev. 24,7; Sifra, 263, 1). Las doce hogazas de pan debían ser sustituidas todos los Sabbath (sábados); se colocarían panes frescos y calientes que sustituirían a los viejos, que pertenecerían a “Aarón y sus hijos, y lo comerán en el lugar sagrado” (Lev. 24,8.9. Cf. 1 Crón. 23,29; Mt. 12,4 etc.). Según el Talmud cuatro sacerdotes removían las hogazas viejas con el incienso cada sábado, y otros cuatro traían las hogazas frescas con nuevo incienso. Los panes viejos eran divididos entre los sacerdotes entrantes y salientes, y los debían consumir dentro de los sagrados precintos del santuario. Se quemaba el incienso viejo. El gasto de preparar los panes era sufragado por el tesorero del Templo (1 Crón. 9,26.32). Simbólicamente los doce panes representaban la vida superior de las doce tribus de Israel. El pan era el símbolo ordinario de la vida porque estaban siempre en la presencia de Yahveh y destinados a aquellos especialmente consagrados a su servicio. El incienso era símbolo de la alabanza debida a Yahveh.


Bibliografía: EDERSHEIM,El Templo y sus Servicios (Londres, 1874), 152-57; KENNEDY en HASTINGS, Diccionario de la Biblia, s.v. Shewbread; LESÉTRE en VIGOROUX, Diccionario de la Biblia, IV, 1957; GEFFERT en Enciclopedia Judía, s.v. Shewbread.

Fuente: Albert, Francis X.E. "Loaves of Proposition." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/09317b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina