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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Santa Mónica»

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Viuda; hija de padres cristianos nacida en Tagaste, África del Norte, en 333; murió en Ostia, cerca a Roma, en 387. Se sabe muy poco acerca de su niñez. Se sabe que se caso a temprana edad con Patritius que para ese entonces mantenía el rango de oficial en Tagaste. Él al igual que muchos en su epoca, era un pagano en el que para él la religion no era más que un simple nombre. Se le recuerda con un carácter violento además de haber poseido malos habitos. Por consiguiente, la vida matrimonial de Monica era lejana a la felicidad, más aun cuando la madre de Patritius parece haber abusado de ella teniendola a su disposición para lo que se le antojase. Había, como se ve, un vacio inmenso al lo que relacion de marido y mujer se refiere. La habitual costumbre de Monica en sus rezos y oraciones hábitos molestaban a Patritius, pero se dice que siempre la sostuvo con una especie de reverencia. Monica no era la única matrona de Tagaste cuya vida de casados era infeliz, pero, por su dulzor y paciencia, fue capaz de ejercer un verdadero apostolado entre mujeres de su ciudad natal; sabían del sufrimiento que arrastraba Monica, tanto asi que algunas se identificaron con ella, sus palabras y ejemplos tuvieron su efecto en proporcion.
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Santa Mónica:  [[Viuda]], hija de [[padres]] cristianos (v. [[cristianismo]]), nació en [[Tagaste]], África del Norte, en 333; murió en Ostia, cerca de [[Roma]] en 387. Se sabe muy poco acerca de su niñez. Se casó siendo muy joven con Patricio,  quien ocupaba una posición oficial en Tagaste.   Él era pagano (v. [[paganismo]]) y, al igual que para muchos en su época, su religión no era más que un simple nombre. Era de temperamento violento (v. [[violencia]])  y parece haber tenido hábitos libertinos. Por consiguiente, la vida matrimonial de Mónica estaba muy lejos de ser feliz (v. [[felicidad]]), más aun cuando la madre de Patricio parece haber tenido el mismo temple que su hijo. Había, por supuesto, un abismo entre marido y mujer; las obras de caridad (v. [[limosnas y dar limosnas]]) y las [[oraciones]]  de Mónica le molestaban, pero se dice que siempre la trataba con una especie de reverencia.   Mónica no era la única matrona en Tagaste cuya vida de casada era infeliz, pero, por su dulzura y paciencia, ejerció un auténtico apostolado entre las mujeres y madres de su ciudad natal; sabían que el sufrimiento de Mónica era  igual al de  ellas, y sus palabras y ejemplos tuvieron un efecto proporcionado.  
  
Tres niños nacieron de este matrimonio, Agustín el mayor, Navigius el segundo, y una hija, Perpetua. Monica había sido incapaz de asegurar el bautismo para sus niños, y su pena fue grande cuando Agustín cayó enfermo; en su angustia suplicó a Patritius para permitirle el bautizo; estuvo de acuerdo, pero a medida que el muchacho se recuperaba, este, retuiro dicho consentimiento. La ansiedad de Monica estuvo centrada en Agustín; era caprichoso y, como él mismo nos dice, perezoso. Fue enviado a Madaura, a la escuela y Monica literalmente luchó con Dios por el alma de su hijo. Un gran consuelo le fue concedido en compensación, quizás por todo lo que ella experimentó con Agustín - Patritius convirtio en Cristiano. Mientras tanto, Agustín había sido enviado a Cartago, para procesar sus estudios, y aquí fue donde se puede decir que cayo en la penumbra del pecado. Patritius murió poco después de la recepción que se hizo en la Iglesia y Monicaresuelto, después de esto Mónica decidió no volver a casarse. En el Cartago Agustín se había hecho un Maniqueo y a su vuelta a casa ventiló ciertas proposiciones heréticas,  ella, sin saber que hacer lo ahuyentó de su mesa, pero tuvo una extraña visión  en la que la había impulsado a recordarlo. Era en este tiempo que ella fue a ver a un cierto obispo santo, cuyo nombre no aparece dado, pero fue quien la consoló con ahora palabras reconocidas a nivel mundial famosas, "el niño de aquellas lágrimas nunca fallecerá."
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Tres hijos nacieron de este [[matrimonio]], [[Agustín]] el mayor, Navigio el segundo, y una hija, Perpetua. Mónica no había podido conseguir el [[bautismo]] para sus hijos, y su pena fue grande cuando Agustín cayó enfermo; en su angustia suplicó a Patricio que  permitiera el bautismo; él estuvo de acuerdo, pero a medida que el niño se recuperaba, retiró dicho [[consentimiento]].   Toda  ansiedad de Mónica ahora se  concentró en Agustín; era desobediente y, como él mismo nos dice, perezoso. Fue enviado a la [[escuela]] en [[Madaura]], y Mónica literalmente luchó con [[Dios]] por el [[alma]] de su hijo. Se le concedió un gran consuelo---en [[compensación]], quizás, por todo lo que sufrió con Agustín---Patricio se convirtió al [[cristianismo]]. Mientras tanto Agustín había sido enviado a proseguir sus estudios en [[Cartago]], y allí cometió  [[pecados]] graves.   Patricio murió poco después de su ingreso a la [[Iglesia]] y Mónica decidió no volver a casarse. En Cartago Agustín se había hecho un maniqueo (v. [[maniqueísmo]] y cuando, al regresar a casa, ventiló ciertas proposiciones heréticas (v. [[herejía]]),  ella lo alejó de su mesa, pero tuvo una extraña [[visión]] que la impulsó  a hacerlo regresar. Fue  durante este tiempo que ella fue a ver a un cierto [[obispo]] [[santo]], cuyo nombre no se sabe, quien la consoló con las ahora famosas palabras: "no se perderá el hijo de tantas  lágrimas."
  
No hay historia más patética en los anuales de los Santos que la de Monica, en la cual se la recuerda en una angustiada persecución de su caprichoso hijo a Roma, aún asi, este habia desaparecido furtivamente; cuando recien llegó ella a Roma, él ya había iniciado su ruta a Milano, pero ella iguialmente lo siguio. Aquí ella encontró San Ambrosio y por él ella, en una última instancia tenía la alegría de ver el desarrollo de Agustín, después de diecisiete años de resistencia. La madre y el hijo tuvieron seis meses de verdadera paz en Cassiacum, tiempo en el que finalmente Agustín fue bautizado en la iglesia de San Juan el Bautista en Milano. Sin embargom los reclamos de Africa hicieron que estos zarparan pasando primero por Cività Vecchia y Ostia donde la muerte encontro a Monica dándose a conocer asi las páginas más finas de sus "Confesiones”, que se escribieron como el resultado de la emoción que entonces experimento Agustin Agustín.
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No hay historia más patética en los anales de los santos que la de Mónica, persiguiendo a su hijo rebelde a Roma, a dónde él se había ido a hurtadillas;   cuando ella llegó, ya él se había ido a [[Milán]], a donde ella lo siguió. Aquí ella encontró a [[San Ambrosio]] y,  gracias a  él, por fin ella  recibió la [[alegría]] de ver a Agustín ceder, después de diecisiete años de resistencia. La madre y el hijo tuvieron seis meses de verdadera (v. [[verdad]]) paz en Casiaco, poco [[tiempo]] después Agustín fue bautizado en la iglesia de [[San Juan Bautista]] en Milán. Sin embargo, [[África]] los reclamaba, emprendieron su viaje,  se detuvieron  en  Cività Vecchia y en [[Ostia]].  Aquí la muerte sorprendió a Mónica,  y  las páginas más bellas de sus [[Confesiones]] fueron escritas como  resultado de la emoción que experimentó Agustín.
  
Santa Monica fue enterrada en Ostia, y al principio parece haber sido casi olvidada, aunque su cuerpo fuera movido durante el sexto siglo a una cripta ocultada en la iglesia de San Aureus. Ya en el decimotercer siglo, sin embargo, el culto de Santa Monica comenzó a extenderse y un banquete en su honor fue realizado cada el 4 de mayo. En 1430 Martin V ordenó que las reliquias fueran traídas a Roma. Muchos milagros ocurrieron en el camino, y el cultus de Santa Monica definitivamente fue establecido. Más tarde el Arzobispo de Rouen, d'Estouteville Cardinal, construyó una iglesia en Roma en honor a San Agustín y depositó las reliquias de Santa Monica en una capilla a la izquierda del altar mayor. La Oficina de Santa Monica sin embargo no parece haber encontrado un lugar en el Breviario romano hasta poco antes del decimosexto siglo.
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Santa Mónica fue enterrada (v. [[sepultura cristiana]]) en Ostia, y al principio parece haber sido casi olvidada, aunque su cuerpo fue  movido durante el siglo VI a una [[cripta]] oculta en la iglesia de [[San Áureo]]. Ya en el siglo XIII, sin embargo, comenzó a extenderse el culto a Santa Mónica y cada 4 de mayo se realizaba una [[fiesta]] en su [[honor]]. En 1430 [[Martín V]] ordenó que las [[reliquias]] fueran traídas a Roma. Muchos [[milagros]] ocurrieron en el camino, y el culto a Santa Mónica  fue establecido definitivamente. Más tarde el [[Arzobispo]] de Rouen (v. Arquidiócesis de Rouen]]), Cardenal d'Estouteville, construyó una iglesia en Roma en honor a San Agustín y depositó las reliquias de Santa Mónica en una [[capilla]] a la izquierda del [[altar mayor]]. Sin embargo, el [[Oficio]] de Santa Mónica no parece haber encontrado un lugar en el [[breviario romano]]  antes del siglo XVI.  
  
En 1850 fue establecido en Notre Dame de Sion en París una Asociación Cristiana la cual da luz al patrocinio de Santa Monica; Su objetico era el rezo para hijos y maridos que se habían perdido dee su camino en la vida. Esta Asociación en 1856 fue levantada a la fila con el fin de rápidamente extendeder sobre todo el mundo Católico, sucursales, establecidas en Dublín, Londres, Liverpool, Sydney, y Buenos Aires. Eugenius IV había establecido una Cofradía similar mucho antes
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En 1850 se  estableció en Nuestra Señora de Sión,  París, una asociación de madres cristianas bajo el patronato de  Santa Mónica; su objetivo era la [[oración]] recíproca por los hijos y maridos descarriados. En 1856 esta Asociación fue elevada al rango de [[archicofradía]] y se extendió rápidamente por el mundo [[católico]], estableciéndose ramas en [[Dublín]], Londres, [[Liverpool]], [[Sydney]] y [[Buenos Aires]]. [[Eugenio IV]] había establecido una [[cofradía]] similar mucho tiempo atrás.
  
Bibliography. ST. AUGUSTINE, Confession, IX, reprinted in SURIUS. GUALTERUS, Canon Regular of Ostia, who was especially charged with the work of removing the relics from Ostia by Martin V, wrote a life of the saint with an account of the translation. He appended to the life a letter which used to be attributed to St. Augustine but which is undoubtedly spurious; it purports to be written to his sister Perpetua and describes their mother's death. The BOLLANDISTS decide for the contemporary character of the letter whilst denying it to St. Augustine. BARONIUS, Ann. Eccl., ad an. 389; BOUGAUD, Histoire de S. Monique.  
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Fuente:  San Agustín, Confesiones IX, reimpreso en SURIUS.   GUALTERIO, canónigo regular de Ostia, al cual Martín V  le  encargó  especialmente  la remoción de  las reliquias de Ostia, escribió una vida de la santa con un relato sobre el traslado.   A  ésta añadió como apéndice  una carta que se solía atribuir a San Agustín, pero la cual es indudablemente falsa;   aparenta haber sido dirigida  a su hermana Perpetua y describe la muerte de su madre. Los Bolandistas  se deciden por el carácter  contemporáneo de la carta,  negando así que sea de San Agustín. BARONIO, Ann. Eccl., ad an. 389; BOUGAUD, Histoire de S. Monique.  
  
HUGH T. POPE  
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HUGH T. POPETranscrito por Paul T. CrowleyTraducido por Gino De Andrea.  Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.
Transcrito por Paul T. Crowley  
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En memoria a la señora Margaret Crowley al igual que a la señora Margaret Kenworthy
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Traducido por Gino De Andrea
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Revisión de 23:56 31 ago 2008

Santa Mónica: Viuda, hija de padres cristianos (v. cristianismo), nació en Tagaste, África del Norte, en 333; murió en Ostia, cerca de Roma en 387. Se sabe muy poco acerca de su niñez. Se casó siendo muy joven con Patricio, quien ocupaba una posición oficial en Tagaste. Él era pagano (v. paganismo) y, al igual que para muchos en su época, su religión no era más que un simple nombre. Era de temperamento violento (v. violencia) y parece haber tenido hábitos libertinos. Por consiguiente, la vida matrimonial de Mónica estaba muy lejos de ser feliz (v. felicidad), más aun cuando la madre de Patricio parece haber tenido el mismo temple que su hijo. Había, por supuesto, un abismo entre marido y mujer; las obras de caridad (v. limosnas y dar limosnas) y las oraciones de Mónica le molestaban, pero se dice que siempre la trataba con una especie de reverencia. Mónica no era la única matrona en Tagaste cuya vida de casada era infeliz, pero, por su dulzura y paciencia, ejerció un auténtico apostolado entre las mujeres y madres de su ciudad natal; sabían que el sufrimiento de Mónica era igual al de ellas, y sus palabras y ejemplos tuvieron un efecto proporcionado.

Tres hijos nacieron de este matrimonio, Agustín el mayor, Navigio el segundo, y una hija, Perpetua. Mónica no había podido conseguir el bautismo para sus hijos, y su pena fue grande cuando Agustín cayó enfermo; en su angustia suplicó a Patricio que permitiera el bautismo; él estuvo de acuerdo, pero a medida que el niño se recuperaba, retiró dicho consentimiento. Toda ansiedad de Mónica ahora se concentró en Agustín; era desobediente y, como él mismo nos dice, perezoso. Fue enviado a la escuela en Madaura, y Mónica literalmente luchó con Dios por el alma de su hijo. Se le concedió un gran consuelo---en compensación, quizás, por todo lo que sufrió con Agustín---Patricio se convirtió al cristianismo. Mientras tanto Agustín había sido enviado a proseguir sus estudios en Cartago, y allí cometió pecados graves. Patricio murió poco después de su ingreso a la Iglesia y Mónica decidió no volver a casarse. En Cartago Agustín se había hecho un maniqueo (v. maniqueísmo y cuando, al regresar a casa, ventiló ciertas proposiciones heréticas (v. herejía), ella lo alejó de su mesa, pero tuvo una extraña visión que la impulsó a hacerlo regresar. Fue durante este tiempo que ella fue a ver a un cierto obispo santo, cuyo nombre no se sabe, quien la consoló con las ahora famosas palabras: "no se perderá el hijo de tantas lágrimas."

No hay historia más patética en los anales de los santos que la de Mónica, persiguiendo a su hijo rebelde a Roma, a dónde él se había ido a hurtadillas; cuando ella llegó, ya él se había ido a Milán, a donde ella lo siguió. Aquí ella encontró a San Ambrosio y, gracias a él, por fin ella recibió la alegría de ver a Agustín ceder, después de diecisiete años de resistencia. La madre y el hijo tuvieron seis meses de verdadera (v. verdad) paz en Casiaco, poco tiempo después Agustín fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista en Milán. Sin embargo, África los reclamaba, emprendieron su viaje, se detuvieron en Cività Vecchia y en Ostia. Aquí la muerte sorprendió a Mónica, y las páginas más bellas de sus Confesiones fueron escritas como resultado de la emoción que experimentó Agustín.

Santa Mónica fue enterrada (v. sepultura cristiana) en Ostia, y al principio parece haber sido casi olvidada, aunque su cuerpo fue movido durante el siglo VI a una cripta oculta en la iglesia de San Áureo. Ya en el siglo XIII, sin embargo, comenzó a extenderse el culto a Santa Mónica y cada 4 de mayo se realizaba una fiesta en su honor. En 1430 Martín V ordenó que las reliquias fueran traídas a Roma. Muchos milagros ocurrieron en el camino, y el culto a Santa Mónica fue establecido definitivamente. Más tarde el Arzobispo de Rouen (v. Arquidiócesis de Rouen]]), Cardenal d'Estouteville, construyó una iglesia en Roma en honor a San Agustín y depositó las reliquias de Santa Mónica en una capilla a la izquierda del altar mayor. Sin embargo, el Oficio de Santa Mónica no parece haber encontrado un lugar en el breviario romano antes del siglo XVI.

En 1850 se estableció en Nuestra Señora de Sión, París, una asociación de madres cristianas bajo el patronato de Santa Mónica; su objetivo era la oración recíproca por los hijos y maridos descarriados. En 1856 esta Asociación fue elevada al rango de archicofradía y se extendió rápidamente por el mundo católico, estableciéndose ramas en Dublín, Londres, Liverpool, Sydney y Buenos Aires. Eugenio IV había establecido una cofradía similar mucho tiempo atrás.

Fuente: San Agustín, Confesiones IX, reimpreso en SURIUS. GUALTERIO, canónigo regular de Ostia, al cual Martín V le encargó especialmente la remoción de las reliquias de Ostia, escribió una vida de la santa con un relato sobre el traslado. A ésta añadió como apéndice una carta que se solía atribuir a San Agustín, pero la cual es indudablemente falsa; aparenta haber sido dirigida a su hermana Perpetua y describe la muerte de su madre. Los Bolandistas se deciden por el carácter contemporáneo de la carta, negando así que sea de San Agustín. BARONIO, Ann. Eccl., ad an. 389; BOUGAUD, Histoire de S. Monique.

HUGH T. POPE. Transcrito por Paul T. Crowley. Traducido por Gino De Andrea. Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.