Diferencia entre revisiones de «Paulo Orosio»
De Enciclopedia Católica
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− | Para familiarizarse mejor con estos asuntos relacionados al alma y su origen, Orosio, con una calurosa recomendación de San Agustín (Epist. CLXVI), se fue a Palestina, a donde [[San Jerónimo]]. [[Pelagio y | + | Para familiarizarse mejor con estos asuntos relacionados al alma y su origen, Orosio, con una calurosa recomendación de San Agustín (Epist. CLXVI), se fue a Palestina, a donde [[San Jerónimo]]. [[Pelagio y Pelagianismo|Pelagio]] estaba en ese entonces tratando de diseminar sus [[Falsedad|falsas]] doctrinas en Palestina, y Orosio le ayudó a San Jerónimo y otros en su lucha contra esta [[herejía]]. En 415 el [[obispo]] Juan de Jerusalén, quien estaba inclinado a las enseñanzas de [[Orígenes y Origenismo | Orígenes]] e influenciado por Pelagio, convocó a los [[presbítero]]s de su iglesia a un [[concilio]] en [[Jerusalén]]. En ese concilio Orosio atacó fuertemente las enseñanzas de Pelagio. Pero, como Pelagio declaraba que él creía imposible que el [[hombre]] pudiera llegar a la perfección y evitar el [[pecado]] sin la ayuda de [[Dios]], Juan no lo condenó, pero decidió que sus oponentes debían exponer sus argumentos ante el [[Papa San Inocencio I]]. A consecuencia de su oposición a Pelagio, Orosio llegó a tener discordia con el obispo Juan, que lo acusaba de haber afirmado que no es posible para el hombre evitar el pecado, aún con la ayuda de la gracia de Dios. En respuesta a esta acusación, Orosio escribió su "Liber apologeticus contra Pelagium de Arbitrii libertate" (P.L. XXXI, 1173-1212, y ed. Zangemeister, "Orosii opera" en "Corpus script. eccl. lat.", V, Vienna, 1882), en la cual da un relato detallado del Concilio de Jerusalén en el año 415, y un tratamiento claro y correcto a los dos principales asuntos contra Pelagio: la capacidad del [[libre albedrío]] del [[hombre]], y la [[perfección cristiana]] al hacer la voluntad de Dios en la tierra. |
En la primavera del 416 Orosio dejó Palestina y regresó donde San Agustín en África, y de ahí a su hogar. Le llevó a San Agustín una carta de San Jerónimo (Epist. CXXXIV), así como escritos de los dos obispos galicanos Hero y Lázaro, quienes estaban en Palestina luchando contra el pelagianismo (cf. San Agustín, Epist. CLXXV). También trajo de Jerusalén las recién descubiertas [[reliquias]] de [[San Esteban]] protomártir y una carta en latín de Luciano, que las había descubierto ([[Genadio]], "De Viris Illustr.", XXXI, XLVI, XLVII, ed. Czapla, Münster, 1898, 87-89, 104). Luego de una corta estadía con Agustín en Hipona, Orosio comenzó su viaje a casa, pero al llegar a Minorca, y al oír sobre las [[guerra]]s y devastaciones de los [[vándalos]] en [[España]], regresó a África. Las reliquias de San Esteban, que había dejado en [[Minorca]], se convirtieron en objeto de gran [[Dulía|veneración]], que se dispersó por Galia y España. Sobre la [[conversión]] de los [[Judaísmo|judíos]] a través de estas reliquias, cf. Severus, "De virtutibus ad conversionem Judaeorum en Minoricensi Insula factis", P.L. XLI, 821-32. | En la primavera del 416 Orosio dejó Palestina y regresó donde San Agustín en África, y de ahí a su hogar. Le llevó a San Agustín una carta de San Jerónimo (Epist. CXXXIV), así como escritos de los dos obispos galicanos Hero y Lázaro, quienes estaban en Palestina luchando contra el pelagianismo (cf. San Agustín, Epist. CLXXV). También trajo de Jerusalén las recién descubiertas [[reliquias]] de [[San Esteban]] protomártir y una carta en latín de Luciano, que las había descubierto ([[Genadio]], "De Viris Illustr.", XXXI, XLVI, XLVII, ed. Czapla, Münster, 1898, 87-89, 104). Luego de una corta estadía con Agustín en Hipona, Orosio comenzó su viaje a casa, pero al llegar a Minorca, y al oír sobre las [[guerra]]s y devastaciones de los [[vándalos]] en [[España]], regresó a África. Las reliquias de San Esteban, que había dejado en [[Minorca]], se convirtieron en objeto de gran [[Dulía|veneración]], que se dispersó por Galia y España. Sobre la [[conversión]] de los [[Judaísmo|judíos]] a través de estas reliquias, cf. Severus, "De virtutibus ad conversionem Judaeorum en Minoricensi Insula factis", P.L. XLI, 821-32. |
Última revisión de 11:38 2 ago 2010
Historiador y apologista cristiano; nació probablemente en Bracara, ahora Braga, en Portugal, entre 380 a 390; las fechas de su nacimiento y muerte no se conocen con precisión. Su primer nombre se conoce sólo desde el siglo VIII. Se consagró a Dios desde temprana edad, fue ordenado y se fue a África en 413 ó 414. No se sabe por qué razón dejó su país natal; él sólo nos dice que dejó su patria “sine voluntate, sine necesitate, sine consensu” (Commonitorium, I). Acudió a San Agustín, en Hipona, para preguntarle sobre ciertos puntos de doctrina, respecto al alma y su origen, atacado por los priscilianistas. En el año 414 preparó para San Agustín el "Commonitorium de errore Priscillianistarum et Origenistarum" (P.L. XXXI, 1211-16; también, ed. Schepss, en "Priscilliani quae supersunt", en "Corpus script. eccl. lat.", Viena, 1889, XVIII, 149 ss.) al cual San Agustín replica con su "Ad Orosium contra Priscillianistas et Origenistas".
Para familiarizarse mejor con estos asuntos relacionados al alma y su origen, Orosio, con una calurosa recomendación de San Agustín (Epist. CLXVI), se fue a Palestina, a donde San Jerónimo. Pelagio estaba en ese entonces tratando de diseminar sus falsas doctrinas en Palestina, y Orosio le ayudó a San Jerónimo y otros en su lucha contra esta herejía. En 415 el obispo Juan de Jerusalén, quien estaba inclinado a las enseñanzas de Orígenes e influenciado por Pelagio, convocó a los presbíteros de su iglesia a un concilio en Jerusalén. En ese concilio Orosio atacó fuertemente las enseñanzas de Pelagio. Pero, como Pelagio declaraba que él creía imposible que el hombre pudiera llegar a la perfección y evitar el pecado sin la ayuda de Dios, Juan no lo condenó, pero decidió que sus oponentes debían exponer sus argumentos ante el Papa San Inocencio I. A consecuencia de su oposición a Pelagio, Orosio llegó a tener discordia con el obispo Juan, que lo acusaba de haber afirmado que no es posible para el hombre evitar el pecado, aún con la ayuda de la gracia de Dios. En respuesta a esta acusación, Orosio escribió su "Liber apologeticus contra Pelagium de Arbitrii libertate" (P.L. XXXI, 1173-1212, y ed. Zangemeister, "Orosii opera" en "Corpus script. eccl. lat.", V, Vienna, 1882), en la cual da un relato detallado del Concilio de Jerusalén en el año 415, y un tratamiento claro y correcto a los dos principales asuntos contra Pelagio: la capacidad del libre albedrío del hombre, y la perfección cristiana al hacer la voluntad de Dios en la tierra.
En la primavera del 416 Orosio dejó Palestina y regresó donde San Agustín en África, y de ahí a su hogar. Le llevó a San Agustín una carta de San Jerónimo (Epist. CXXXIV), así como escritos de los dos obispos galicanos Hero y Lázaro, quienes estaban en Palestina luchando contra el pelagianismo (cf. San Agustín, Epist. CLXXV). También trajo de Jerusalén las recién descubiertas reliquias de San Esteban protomártir y una carta en latín de Luciano, que las había descubierto (Genadio, "De Viris Illustr.", XXXI, XLVI, XLVII, ed. Czapla, Münster, 1898, 87-89, 104). Luego de una corta estadía con Agustín en Hipona, Orosio comenzó su viaje a casa, pero al llegar a Minorca, y al oír sobre las guerras y devastaciones de los vándalos en España, regresó a África. Las reliquias de San Esteban, que había dejado en Minorca, se convirtieron en objeto de gran veneración, que se dispersó por Galia y España. Sobre la conversión de los judíos a través de estas reliquias, cf. Severus, "De virtutibus ad conversionem Judaeorum en Minoricensi Insula factis", P.L. XLI, 821-32.
Orosio regresó a África y por sugerencia de San Agustín escribió la primera Historia Universal Cristiana: "Historiarum adversus paganos libri septem" (P.L. XXXI, 663-1174; ed. Zangemeister, en "Corpus script. eccl. lat.", V, Viena, 1882), considerada ser un suplemento a la “Ciudad de Dios”, especialmente el tercer libro, en el cual San Agustín prueba que el Imperio Romano sufrió tantas calamidades antes como después de que recibió el cristianismo, combatiendo el argumento pagano de que el abandono de sus deidades los había llevado a las calamidades. San Agustín deseaba desarrollar dicha prueba en una obra especial a través del período completo de la historia humana de todos los pueblos de la antigüedad conocidos, con la idea fundamental de que Dios determina los destinos de las naciones. Según su opinión, dos imperios principales habían gobernado el mundo: Babilonia en Oriente y Roma en Occidente. Roma recibió su herencia de Babilonia a través de los intermediarios macedonios y los imperios cartagineses. Así él sostiene que hubo cuatro grandes imperios en la historia---una visión ampliamente aceptada en la Edad Media.
El primer libro describe brevemente el globo, y traza su historia desde el Diluvio hasta la fundación de Roma; el segundo da la historia de Roma hasta el saqueo de la ciudad por los galos, la de Persia a Ciro, y la de Grecia hasta la Batalla de Cunaxa; el tercero trata principalmente sobre el Imperio Macedonio bajo Alejandro y sus sucesores, así como de la historia contemporánea de Roma; el cuarto presenta la historia de Roma hasta la destrucción de Cartago; los últimos tres libros tratan sobre historia romana solamente, desde la destrucción de Cartago al propio tiempo del autor. La obra, completada en 418, muestra signos de alguna prisa. Además de las Sagradas Escrituras y la Crónica de Eusebio revisadas por San Jerónimo, usa como fuentes a Livy, Eutropio, César, Suetonio, Floro y San Justino. Describe todas las calamidades sufridas por los pueblos, siguiendo su objetivo apologético. La obra es valiosa, aunque superficial y fragmentaria; contiene información contemporánea sobre el período después del 378 d.C. Se usó mayormente en la Edad Media como un compendio, y todavía existen cerca de 200 copias en manuscrito. Alfredo el Grande la tradujo al anglosajón (ed. H. Sweet, Londres, 1843).
Bibliografía: DE MOERNER, De Orosii vita eiusque historiarum libris 7 adv. paganos (Berlín, 1844); MÉJEAN, Paul Orose et son apologétique contre les païens (Strasbourg, 1882); EBERT, Allg. Geschichte der Literatur des Mittelalters im Abendland I (Leipzig, 1889), 337-44; BARDENHEWER, Patrology, tr. SHAHAN (San Luis, 1908); POTTHAST, Bibl. historica medii aevi, II (Berlín, 1896), 882-3.
Fuente: Kirsch, Johann Peter. "Paulus Orosius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11322a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina