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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Papa San Sixto II»

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El Papa San Sixto I (en los documentos más antiguos se usa "Xystus" para los primeros tres papas con ese nombre), sucedió a San Alejandro y fue sucedido por San Telesforo. Según el “Catálogo Liberiano” de papas, fue la cabeza de la Iglesia durante el reino de Adrián "a conulatu Nigri et Aproniani usque Vero III et Ambibulo", es decir, desde 117 hasta 126. En su “Chronicon” Eusebio usó un catalogo de papas distinto al que usó en su “Historia ecclesiastica”; en su “Chronicon” dice que Sixto I ocupó la posición de papa de 114 a 124, mientras que en su “Historia” menciona que fue papa de 114 a 128. Todas las autoridades concuerdan en que la duración de su papado fue de cerca de diez años. Era Romano por nacimiento, y su padre se llamaba Pastor. Según el "Liber Pontificalis" (ed. Duchesne, I, 128), pasó las tres ordenanzas siguientes: (1) que no se le permita a nadie excepto por los sacerdotes tocar los Vasos Sagrados (2) que los obispos que han sido convocados a la Santa Sede, no sean recibidos por su diócesis hasta que presenten las Cartas Apostólicas (3) que después del prefacio en la Misa, el sacerdote recite el Sanctus junto con los fieles. El “Catálogo Feliciano” de papas y las varias martirologías lo titulan de mártir. Se celebra su fiesta el 6 de Abril. Fue enterrado en el Vaticano junto a la tumba de San Pedro, y se dice que sus reliquias fueron transferidas a Alatri en 1132, aunque O Jozzi ("Il corpo di S. Sisto I., papa e martire rivendicato alla basilica Vaticana", Roma, 1900) sostiene que todavía están en la Basílica Vaticana. Butler (Vidas de los Santos, 6 de Abril) dice que Clemente X le dio algunas de sus reliquias al Cardenal de Retz, quien las puso en la Abadía de San Miguel en Lorraine. El Xystus a quien se conmemora en el Canon de la Misa es Xystus II, no Xystus I.
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(XYSTUS).  
Acta SS., April, I, 531-4; Liber Pontificatis, ed. DUCHESNE, I (Paris, 1886), 128; MARINI, Cenni storici popolari sopra S. Sisto I, papa e martire, e suo culto in Aletri (Foligno, 1884); DE PERSIIS, Del pontificato di S. Sisto I, papa e martire, della translazione delle sue reliquie da Roma ecc., memorie (Alatri, 1884); BARMBY in Dict. Christ. Biog., s. v. Sixtus (2) I.  
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MICHAEL OTT
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Fue elegido (v. [[Elecciones Papales]]) el 31 de agosto de 257, martirizado en [[Roma]] el 6 de agosto de 258.  Se desconoce su origen.  El “[[Liber Pontificalis]]” dice que él era griego de nacimiento, pero esto es probablemente un error, que se originó de la falsa asunción de que el era idéntico con el filósofo griego del mismo nombre, el cual fue el autor de las llamadas “Sentencias “ de Sixto.  Durante el pontificado de su predecesor, [[San Esteban I]], había surgido una agria disputa entre [[Roma]] y las Iglesias africana y asiática, relativo al rebautismo de los herejes, la cual había amenazado con terminar en una completa ruptura entre Roma y las Iglesias de [[África]] y [[Asia Menor]] (v. [[San Cipriano]]).  Sixto II, al cual Poncio  (Vita Cyprian, cap. XIV) llama un [[sacerdote]] bueno y pacífico (bonus et pacificus sacerdos), era más conciliador que San Esteban y restauró las relaciones amistosas con estas Iglesias, aunque, como su predecesor, él mantuvo el uso romano de no rebautizar a los herejes (v. [[herejía]]).
Transcrito por Scott Anthony Hibbs
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Traducido por Valeria Ibarra
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Poco antes del pontificado de Sixto II el [[Emperador Valeriano]] emitió su primer edicto de [[persecución]], el cual obligaba a los cristianos (v. [[cristianismo]]) a participar en el culto nacional de los dioses paganos (v. [[paganismo]]) y les prohibía reunirse en los cementerios, amenazando con el exilio o la muerte a cualquiera que desobedeciera la orden.  De algún modo u otro, Sixto II se las ingenió para realizar sus funciones como principal [[pastor]] de los cristianos sin ser molestado por aquellos que estaban a cargo de la ejecución del edicto imperial.  Pero durante los primeros días de agosto de 258, el emperador emitió un nuevo y mucho más cruel edicto contra los cristianos, cuyo contenido ha sido preservado en una carta de San Cipriano a Suceso, el obispo de Abbir Germaniciana (Ep. LXXX).  Ordenaba que se matara sumariamente a los obispos, sacerdotes y [[diáconos]] ("episcopi et presbyteri et diacones incontinenti animadvertantur").  Sixto II fue uno de los primeros en caer víctima de esta sanción imperial ("Xistum in cimiterio animadversum sciatis VIII. id. Augusti et cum eo diacones quattuor"—Cipriano, Ep. LXXX).  Para poder escapar a la vigilancia de los oficiales imperiales él reunió a sus [[fieles]] el 6 de agosto en uno de los cementerios menos conocidos, el de Prætextatus, al lado izquierdo de la Vía Apia, cercanamente opuesto al cementerio de San Calixto.  Cuando estaba sentado en su silla en el acto de dirigirse a su rebaño, fue momentáneamente arrestado por una banda de soldados.  Hay alguna [[duda]] sobre si él fue decapitado inmediatamente, o si fue llevado antes a un tribunal para recibir su sentencia y luego llevado de nuevo al cementerio para su ejecución.  Esta última opinión parece ser la más probable.
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La inscripción que el [[Papa San Dámaso I]] (366-84) colocó en su [[tumba]] en el cementerio de San Calixto puede ser interpretada en ambos sentidos.  La inscripción completa se halla en las obras de San Dámaso  (P.L., XIII, 383-4, donde se supone erróneamente que hubiese un epitafio para el [[Papa San Esteban I]]), y unos pocos fragmentos de ella fueron descubiertos en la tumba misma por de Rossi  (Inscr. Christ., II, 108).  El  “Liber Pontificalis” menciona que él fue llevado para ofrecer sacrificio a los dioses ("ductus ut sacrificaret demoniis"—I, 155).  San Cipriano establece en la carta antedicha, la cual fue escrita por lo menos un mes después del martirio de Sixto, que “los prefectos de la Ciudad estaban diariamente apremiando la persecución para que, si eran traídos ante ellos, fueran castigados y su [[propiedad]] fuese confiscada”.  Es probablemente una mera leyenda la patética reunión entre San Sixto II y [[San Lorenzo]], cuando el primero era llevado a la ejecución, de la cual se hace mención en las no auténticas “Actas de San Lorenzo” así como por [[San Ambrosio]] (Officiorum, lib. I, c. XLI, and lib. II, c. XXVIII)  y el poeta Prudencio (Peristephanon, II).  Completamente contrario a la [[verdad]] es la declaración de Prudencio (ibid., líneas 23-26) de que Sixto II sufrió el martirio en la cruz, a menos que por tropo no natural el poeta usara la palabra específica cruz  ("Jam Xystus adfixus cruci") para el martirio en general, como sugieren Duchesne y Allard (ver abajo).  Cuatro diáconos, Januario, Vicencio, Magno y Estéfano fueron aprehendidos con Sixto y decapitados junto con él en el mismo cementerio.  Otros dos diáconos, Felicísimo y Agapito, sufrieron el martirio el mismo día.  La [[fiesta]] de San Sixto II y estos seis diáconos se celebra el 6 de agosto, el día de su martirio.  Los restos de Sixto fueron trasladados por los cristianos a la cripta papal en el vecino cementerio de San Calixto.  Detrás de su tumba se guardó en una urna la silla ensangrentada en la cual había sido decapitado.  Un oratorio (Oratorium Xysti) fue erigido sobre el cementerio de St. Prætextatus, en el lugar donde fue martirizado, y era visitada todavía por [[peregrinos]] en los siglos VII y VIII.
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Por algún tiempo se creyó que Sixto II había sido el autor de las llamadas “Sentencias” o “Anillo de Sixto”, originalmente escritas por un filósofo pitagórico y revisadas en el siglo II por un cristiano.  Este [[error]] surgió porque en su introducción a una traducción al [[latín]] de estas “Sentencias” Rufino las atribuye a Sixto de Roma, [[obispo]] y [[mártir]].  Es cierto que el Papa Sixto II no es su autor.  (vea Conybeare, "El Anillo del Papa Sixto ahora traducida al inglés, con un comentario crítico e histórico”, Londres, 1910). Harnack (Texte und Untersuchungen zur altchrist. Literatur, XIII, XX) le atribuye a él el tratado "Ad Novatianum", pero su opini[on ha sido generalmente rechazada (vea Rombold en "Theol. Quartalschrift", LXXII, Tübingen, 1900).  Algunas de sus cartas están impresas en P.L., V, 79-100.  Una carta recién descubierta fue publicada por Conybeare en "English Hist. Review", Londes, 1910.
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Fuente:  Acta SS., Aug., II, 124-42; DUCHESNE, Liber Pontificalis, I, 155-6; BARMBY in Dict. Christ. Biog., s.v. Xystus; ROHAULT DE FLEURY, Les Saints de la messe, III (Paris, 1893): HEALY, La Persecución Valeriana (Boston y New York, 1905); 176-9; ALLARD, Les dernières persecutions du troisième siècle (Paris, 1907), 80-92, 343-349; DE ROSSI, Roma Sotteranea, II (Rome; 1864-77), 87-97; WILPERT, Die Päpstgraber und die Cäciliengruft in der Katakombe des hl. Callistus, supplement to De Rossi's Roma Sotteranea (Freiburg im Br., 1909).
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Ott, Michael. "Pope St. Sixtus II." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912.  <http://www.newadvent.org/cathen/14031c.htm>.
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Transcrito por Kenneth M. Caldwell. 
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Traducido por Luz María Hernández Medina.

Revisión de 16:42 19 oct 2008

(XYSTUS).

Fue elegido (v. Elecciones Papales) el 31 de agosto de 257, martirizado en Roma el 6 de agosto de 258. Se desconoce su origen. El “Liber Pontificalis” dice que él era griego de nacimiento, pero esto es probablemente un error, que se originó de la falsa asunción de que el era idéntico con el filósofo griego del mismo nombre, el cual fue el autor de las llamadas “Sentencias “ de Sixto. Durante el pontificado de su predecesor, San Esteban I, había surgido una agria disputa entre Roma y las Iglesias africana y asiática, relativo al rebautismo de los herejes, la cual había amenazado con terminar en una completa ruptura entre Roma y las Iglesias de África y Asia Menor (v. San Cipriano). Sixto II, al cual Poncio (Vita Cyprian, cap. XIV) llama un sacerdote bueno y pacífico (bonus et pacificus sacerdos), era más conciliador que San Esteban y restauró las relaciones amistosas con estas Iglesias, aunque, como su predecesor, él mantuvo el uso romano de no rebautizar a los herejes (v. herejía).

Poco antes del pontificado de Sixto II el Emperador Valeriano emitió su primer edicto de persecución, el cual obligaba a los cristianos (v. cristianismo) a participar en el culto nacional de los dioses paganos (v. paganismo) y les prohibía reunirse en los cementerios, amenazando con el exilio o la muerte a cualquiera que desobedeciera la orden. De algún modo u otro, Sixto II se las ingenió para realizar sus funciones como principal pastor de los cristianos sin ser molestado por aquellos que estaban a cargo de la ejecución del edicto imperial. Pero durante los primeros días de agosto de 258, el emperador emitió un nuevo y mucho más cruel edicto contra los cristianos, cuyo contenido ha sido preservado en una carta de San Cipriano a Suceso, el obispo de Abbir Germaniciana (Ep. LXXX). Ordenaba que se matara sumariamente a los obispos, sacerdotes y diáconos ("episcopi et presbyteri et diacones incontinenti animadvertantur"). Sixto II fue uno de los primeros en caer víctima de esta sanción imperial ("Xistum in cimiterio animadversum sciatis VIII. id. Augusti et cum eo diacones quattuor"—Cipriano, Ep. LXXX). Para poder escapar a la vigilancia de los oficiales imperiales él reunió a sus fieles el 6 de agosto en uno de los cementerios menos conocidos, el de Prætextatus, al lado izquierdo de la Vía Apia, cercanamente opuesto al cementerio de San Calixto. Cuando estaba sentado en su silla en el acto de dirigirse a su rebaño, fue momentáneamente arrestado por una banda de soldados. Hay alguna duda sobre si él fue decapitado inmediatamente, o si fue llevado antes a un tribunal para recibir su sentencia y luego llevado de nuevo al cementerio para su ejecución. Esta última opinión parece ser la más probable.

La inscripción que el Papa San Dámaso I (366-84) colocó en su tumba en el cementerio de San Calixto puede ser interpretada en ambos sentidos. La inscripción completa se halla en las obras de San Dámaso (P.L., XIII, 383-4, donde se supone erróneamente que hubiese un epitafio para el Papa San Esteban I), y unos pocos fragmentos de ella fueron descubiertos en la tumba misma por de Rossi (Inscr. Christ., II, 108). El “Liber Pontificalis” menciona que él fue llevado para ofrecer sacrificio a los dioses ("ductus ut sacrificaret demoniis"—I, 155). San Cipriano establece en la carta antedicha, la cual fue escrita por lo menos un mes después del martirio de Sixto, que “los prefectos de la Ciudad estaban diariamente apremiando la persecución para que, si eran traídos ante ellos, fueran castigados y su propiedad fuese confiscada”. Es probablemente una mera leyenda la patética reunión entre San Sixto II y San Lorenzo, cuando el primero era llevado a la ejecución, de la cual se hace mención en las no auténticas “Actas de San Lorenzo” así como por San Ambrosio (Officiorum, lib. I, c. XLI, and lib. II, c. XXVIII) y el poeta Prudencio (Peristephanon, II). Completamente contrario a la verdad es la declaración de Prudencio (ibid., líneas 23-26) de que Sixto II sufrió el martirio en la cruz, a menos que por tropo no natural el poeta usara la palabra específica cruz ("Jam Xystus adfixus cruci") para el martirio en general, como sugieren Duchesne y Allard (ver abajo). Cuatro diáconos, Januario, Vicencio, Magno y Estéfano fueron aprehendidos con Sixto y decapitados junto con él en el mismo cementerio. Otros dos diáconos, Felicísimo y Agapito, sufrieron el martirio el mismo día. La fiesta de San Sixto II y estos seis diáconos se celebra el 6 de agosto, el día de su martirio. Los restos de Sixto fueron trasladados por los cristianos a la cripta papal en el vecino cementerio de San Calixto. Detrás de su tumba se guardó en una urna la silla ensangrentada en la cual había sido decapitado. Un oratorio (Oratorium Xysti) fue erigido sobre el cementerio de St. Prætextatus, en el lugar donde fue martirizado, y era visitada todavía por peregrinos en los siglos VII y VIII.

Por algún tiempo se creyó que Sixto II había sido el autor de las llamadas “Sentencias” o “Anillo de Sixto”, originalmente escritas por un filósofo pitagórico y revisadas en el siglo II por un cristiano. Este error surgió porque en su introducción a una traducción al latín de estas “Sentencias” Rufino las atribuye a Sixto de Roma, obispo y mártir. Es cierto que el Papa Sixto II no es su autor. (vea Conybeare, "El Anillo del Papa Sixto ahora traducida al inglés, con un comentario crítico e histórico”, Londres, 1910). Harnack (Texte und Untersuchungen zur altchrist. Literatur, XIII, XX) le atribuye a él el tratado "Ad Novatianum", pero su opini[on ha sido generalmente rechazada (vea Rombold en "Theol. Quartalschrift", LXXII, Tübingen, 1900). Algunas de sus cartas están impresas en P.L., V, 79-100. Una carta recién descubierta fue publicada por Conybeare en "English Hist. Review", Londes, 1910.

Fuente: Acta SS., Aug., II, 124-42; DUCHESNE, Liber Pontificalis, I, 155-6; BARMBY in Dict. Christ. Biog., s.v. Xystus; ROHAULT DE FLEURY, Les Saints de la messe, III (Paris, 1893): HEALY, La Persecución Valeriana (Boston y New York, 1905); 176-9; ALLARD, Les dernières persecutions du troisième siècle (Paris, 1907), 80-92, 343-349; DE ROSSI, Roma Sotteranea, II (Rome; 1864-77), 87-97; WILPERT, Die Päpstgraber und die Cäciliengruft in der Katakombe des hl. Callistus, supplement to De Rossi's Roma Sotteranea (Freiburg im Br., 1909).

Ott, Michael. "Pope St. Sixtus II." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/14031c.htm>. Transcrito por Kenneth M. Caldwell. Traducido por Luz María Hernández Medina.