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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Decreto»

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(Lat. decretum, del verbo decerno, I juzgar).  
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'''Decreto''' ([[Latín Eclesiástico|latín]])  ''decretum'', del verbo ''decerno'', yo juzgo). En sentido general, una orden o [[ley]]  hecha por una autoridad superior para la dirección de otros. En uso eclesiástico tiene varios significados. Cualquier [[Bulas y Breves|bula]] papal, [[Bulas y Breves|breve]], o [[Motu Proprio]] es un decreto en la medida en que estos documentos son actos legislativos del Santo Padre. En este sentido el término es un tanto antiguo. El [[Papa San Siricio]] habla (Ep. I, ad Himer., c. II) del “decreta generalia” del [[Papa Liberio]]. Las [[Congregaciones Romanas]] están facultadas para emitir decretos en asuntos que caen bajo su particular [[Jurisdicción Eclesiástica|jurisdicción]]. Cada [[Provincia Eclesiástica |provincia eclesiástica]], y también cada [[diócesis]] puede emitir decretos en sus [[sínodo]]s periódicos dentro de su esfera de autoridad. La palabra también se usa para denotar ciertas colecciones específicas de [[ley]]es de [[la Iglesia]], por ejemplo, el decreto de [[Juan Graciano |Graciano]] (Decretum Gratiani). En cuanto a los actos legislativos generales del [[Papa]], nunca hay [[duda]] sobre el alcance universal de la [[obligación]]; lo mismo puede decirse de los decretos de un [[Concilios Generales|Concilio General]], por ejemplo, aquellos del [[Concilio Vaticano I]]. El [[Concilio de Trento]] fue el primero en aplicar el término indiscriminadamente a reglas concernientes a la [[fe]] y disciplina (''decreta de fide, de reformatione''). Los decretos de las Congregaciones Romanas son ciertamente obligatorios en cada caso sometido para juicio.  
En sentido general, una orden o una ley hecha por una autoridad superior para la dirección de otros. En uso eclesiástico tiene varios significados. Cualquier discurso papal, resumen, o Motu Proprio es un decreto tanto como estos documentos son actos legislativos del Santo Padre. En este sentido el termino es un tanto antiguo. El Papa Siricio habla (Ep. i, ad Himer., c. ii) del decreta generalia del Papa Liberio. Las Congregaciones Romanas se facultan en emitir decretos en asuntos que caen bajo su particular jurisdicción. Cada provincia eclesiástica, y también cada diócesis puede emitir decretos en sus sínodos periódicas con su dominio de autoridad. La palabra también se usa para denotar ciertas especificas colecciones de leyes de la iglesia. p.e. El decreto de Gratian (Decretum Gratiani). Con respecto a los actos generales legislativos del Papa nunca hay duda al grado universal de la obligación; lo mismo puede decirse de los decretos de un Concejo General, p.e. aquellos del Concejo del Vaticano. El Concejo del Trent fueron los primeros en aplicar el termino indiscriminatoriamente a leyes concernientes a la fe y disciplina (decreta de fide, de reformatione). Los decretos de las Congregaciones Romanas (q. v.) están ciertamente vinculadas en cada caso sometidas para juicio/discernimiento. Pero existen opiniones diversas en referencia de tal juicio/discernimiento debe ser tomado como regal o ley general aplicando a todos los casos similares. La opinión general es que cuando las decisiones son una ampliación de la ley (declaratio extensiva legis) las decisiones no obligan excepto en el caso particular para el cual el decreto fue realizado. Pero si, aun sin embargo, la decisión no es una ampliación, pero meramente una explicación de la ley (declaratio comprehensiva legis), tal decreto se sujeta en casos similares. El decreto del Concejo nacional puede no ser promulgado hasta que ellos hayan recibido la aprobacion del papa. Los decretos de sínodos de provincia no tiene fuerza hasta que hayan sido aprobado por Roma. Esta aprobación es doble: ordinaria (in formâ communi), y especifica (in formâ specificâ). La anterior significa que no hay nada que necesite corrección en los decretos del sínodo, y ellos por lo tanto tienen fuerza en la provincia. Esta es la aprobación que por lo general se les da a tales decretos. Si se le da aprobación en formâ specificâ los decretos tienen la misma fuerza tales como si hubieran sido originados de la Sede Apostólica, aunque sólo tienen validez solamente en la provincia para los cuales fueron realizados. Los decretos de un Obispo diocesano se refiere con la administración y la buen orden de su diócesis. Si se realiza durando un sínodo, son leyes diocesanas, son comúnmente conocidas como "estatutos diocesanos", o "estatutos sinodales", y aplicables hasta que sean revocados por el Obispo o sus sucesores. Si los decretos son extra-sinodales, tienen fuerza solo durante la duración de vida del Obispo o hasta que el mismo las revoque. Si, Para las tales llamadas "Decretum Gelasianum" ver GELASIUS I. Para uso judicial decreta en canónico procedimiento ver Permaneder in Kirchenlexikon, III, 1442-44. (ver CONSTITUTIONS, ECCLESIASTICAL; RESCRIPTS.)
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TAUNTON, The Law of the Church (London, 1906); SMITH, Elements of Ecclesiastical Law (New York, 1886); BENEDICT XIV, De Synodo di cesanâ; BOUIX De Principiis Juris Canonici; FERRARIS Theoria et praxis regiminis di cesani.  
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Pero existen opiniones diversas sobre si el juicio será tomado como regla o ley general aplicable a todos los casos similares. La opinión general es que, cuando las decisiones son una ampliación de la ley (''declaratio extensiva legis''), las decisiones no obligan excepto en el caso particular para el cual el decreto fue emitido. Pero si, sin embargo, la decisión no es una ampliación, pero meramente una explicación de la ley (''declaratio comprehensiva legis''), tal decreto es válido en casos similares. El decreto de un [[concilio|concilio]] nacional puede no ser [[promulgación|promulgado]]) hasta que ellos hayan recibido la aprobación del [[Papa]].  Los decretos de un [[Concilio Provincial |concilio provincial]] no tienen vigencia hasta que hayan sido aprobados por [[Roma]]. Esta aprobación es doble: ordinaria (''in formâ communi''), y específica (''in formâ specificâ''). Lo anterior significa que no hay nada que necesite corrección en los decretos del [[sínodo]], y que por lo tanto tienen vigor en la provincia. Esta es la aprobación que por lo general se le da a tales decretos.  
  
DAVID DUNFORD
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Si la aprobación se da en ''formâ specificâ'', los decretos tienen la misma fuerza que si hubiesen procedido de la [[Sede Apostólica]], aunque son válidos solamente en la provincia para la cual fueron emitidos. Los decretos de un [[obispo]] diocesano tienen que ver con la administración y el buen orden de su [[diócesis]]. Si se realizan durante un sínodo]], son leyes diocesanas y comúnmente se conocen como "estatutos diocesanos", o "estatutos sinodales", y obligan hasta que sean [[revocación|revocados]] por el obispo o su sucesor. Si los decretos son extra-sinodales, tienen vigor sólo durante la duración de vida del obispo o hasta que él mismo los revoque. Para el llamado "Decretum Gelasianum" ver [[Papa San Gelasio I]]. Para uso del "decreta" judicial en procedimiento canónico ver [[Franz Michael Permaneder|Permaneder]] en Kirchenlexikon, III, 1442-44. (v. [[Constituciones Eclesiásticas]], [[Constituciones Papales]], [[Rescriptos Papales]])
Transcrito por Douglas J. Potter
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Dedicado al Sagrado Corazón de Jesús
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Traducido por Lourdes P. Gómez
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'''Bibliografía''':  TAUNTON, The Law of the Church (Londres, 1906); SMITH, Elements of Ecclesiastical Law (Nueva York, 1886); BENEDICT XIV, De Synodo di cesanâ; BOUIX De Principiis Juris Canonici; FERRARIS Theoria et praxis regiminis di cesani.
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'''Fuente''':  Dunford, [[David|David]]. "Decree." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908.  http://www.newadvent.org/cathen/04670a.htm
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Traducido por Lourdes P. Gómez.  lmhm

Última revisión de 01:22 3 dic 2019

Decreto (latín) decretum, del verbo decerno, yo juzgo). En sentido general, una orden o ley hecha por una autoridad superior para la dirección de otros. En uso eclesiástico tiene varios significados. Cualquier bula papal, breve, o Motu Proprio es un decreto en la medida en que estos documentos son actos legislativos del Santo Padre. En este sentido el término es un tanto antiguo. El Papa San Siricio habla (Ep. I, ad Himer., c. II) del “decreta generalia” del Papa Liberio. Las Congregaciones Romanas están facultadas para emitir decretos en asuntos que caen bajo su particular jurisdicción. Cada provincia eclesiástica, y también cada diócesis puede emitir decretos en sus sínodos periódicos dentro de su esfera de autoridad. La palabra también se usa para denotar ciertas colecciones específicas de leyes de la Iglesia, por ejemplo, el decreto de Graciano (Decretum Gratiani). En cuanto a los actos legislativos generales del Papa, nunca hay duda sobre el alcance universal de la obligación; lo mismo puede decirse de los decretos de un Concilio General, por ejemplo, aquellos del Concilio Vaticano I. El Concilio de Trento fue el primero en aplicar el término indiscriminadamente a reglas concernientes a la fe y disciplina (decreta de fide, de reformatione). Los decretos de las Congregaciones Romanas son ciertamente obligatorios en cada caso sometido para juicio.

Pero existen opiniones diversas sobre si el juicio será tomado como regla o ley general aplicable a todos los casos similares. La opinión general es que, cuando las decisiones son una ampliación de la ley (declaratio extensiva legis), las decisiones no obligan excepto en el caso particular para el cual el decreto fue emitido. Pero si, sin embargo, la decisión no es una ampliación, pero meramente una explicación de la ley (declaratio comprehensiva legis), tal decreto es válido en casos similares. El decreto de un concilio nacional puede no ser promulgado) hasta que ellos hayan recibido la aprobación del Papa. Los decretos de un concilio provincial no tienen vigencia hasta que hayan sido aprobados por Roma. Esta aprobación es doble: ordinaria (in formâ communi), y específica (in formâ specificâ). Lo anterior significa que no hay nada que necesite corrección en los decretos del sínodo, y que por lo tanto tienen vigor en la provincia. Esta es la aprobación que por lo general se le da a tales decretos.

Si la aprobación se da en formâ specificâ, los decretos tienen la misma fuerza que si hubiesen procedido de la Sede Apostólica, aunque son válidos solamente en la provincia para la cual fueron emitidos. Los decretos de un obispo diocesano tienen que ver con la administración y el buen orden de su diócesis. Si se realizan durante un sínodo]], son leyes diocesanas y comúnmente se conocen como "estatutos diocesanos", o "estatutos sinodales", y obligan hasta que sean revocados por el obispo o su sucesor. Si los decretos son extra-sinodales, tienen vigor sólo durante la duración de vida del obispo o hasta que él mismo los revoque. Para el llamado "Decretum Gelasianum" ver Papa San Gelasio I. Para uso del "decreta" judicial en procedimiento canónico ver Permaneder en Kirchenlexikon, III, 1442-44. (v. Constituciones Eclesiásticas, Constituciones Papales, Rescriptos Papales)


Bibliografía: TAUNTON, The Law of the Church (Londres, 1906); SMITH, Elements of Ecclesiastical Law (Nueva York, 1886); BENEDICT XIV, De Synodo di cesanâ; BOUIX De Principiis Juris Canonici; FERRARIS Theoria et praxis regiminis di cesani.

Fuente: Dunford, David. "Decree." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. http://www.newadvent.org/cathen/04670a.htm

Traducido por Lourdes P. Gómez. lmhm