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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Serafín»

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El nombre responde a una forma hebrea que denota plural masculine, designa a una clase especial de seres celestials en la corte de Yahvé. En las Santas Escrituras, estos seres angelicales son distintivamente mencionados en la descripción de Isaías, en su actividad de oficio profético (Isa., vi, 2 y siguientes).
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Nombre plural masculino en hebreo que designa a una clase especial de seres [[cielo|celestiales]] sirvientes en la [[corte]] de [[Yahveh]].
En una visión de profunda importancia espiritual, se le concedió a él en el templo, a Isaías, percibir las realidades invisibles que simbólicamente estaban en este sitio de Dios, de su altar, ministros, etc. Mientras observaba toda esta corte del sacerdote, se levantó delante de él la visión de Yahvé sentado en su trono de Gloria.
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A cada lado del trono se ubicaban misteriosos guardianes, cada uno con seis alas: dos para elevarlos, dos para los rostros y dos cubriendo sus pies, estaban como desnudos, estaban al servicio sacerdotal en la presencia del Todopoderoso. Sus más altos servidores, estaban a Su servicio y para Su gloria, diciendo cada uno de ellos: “Santo, santo, santo es el Señor; llena está la tierra de Su gloria”.
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En las [[Biblia | Sagradas Escrituras]] se mencionan claramente estos seres [[ángeles|angelicales]] en la descripción que hace [[Isaías]] de su [[vocación | llamada]] al oficio [[profecía | profético]] (Is. 6,2 ss.).  En una [[visiones y apariciones | visión]] de profundo contenido espiritual, que se le concedió en el [[Templo de Jerusalén | Templo]], Isaías contempló las realidades invisibles [[simbolismo | simbolizadas]] por las formas exteriores de la morada de Yahveh, su [[altar]], sus [[ministro]]s, etc. Mientras observaba ante el [[patio]] del [[sacerdote]], se levantó delante de él una augusta visión de Yahveh sentado en su [[trono]] de [[gloria]].  A cada lado del trono se ubicaban [[misterio]]sos guardianes, cada uno con seis alas: con un par aleteaban, con otro par se cubrían la faz y con el otro par se cubrían los pies, ahora desnudos, como conviene para el servicio [[sacerdocio | sacerdotal]] en la presencia del Todopoderoso. Sus más altos servidores, estaban allí a su servicio y para proclamar su gloria, y se gritaban uno al otro: “Santo, [[santidad | santo]], santo es el Señor, Yahveh [[Sebaot]]; llena está toda la tierra de su gloria”.  Estos eran los serafines, uno de los cuales voló hacia Isaías con una brasa que tomó del altar, y con la que tocó y purificó los labios del [[profecía, profeta y profetisa | profeta]] que desde entonces estarían [[consagración | consagrados]] a las declaraciones de  la [[inspiración de la Biblia | inspiración]].  
  
Estos eran los serafines, uno de los cuales voló hasta Isaías con una brasa que él tomó del altar, y con el que purificó los labios del profeta; desde entonces estaría consagrado por la inspiración. Esta es en términos substanciales, la visión de Isaías, de lo que él infirió que las Sagradas Escrituras se derivan de lo concerniente a los Serafines.
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Esta es, en substancia, la visión simbólica de Isaías, a partir de la cual se puede inferir todo lo que las Sagradas Escrituras revelan sobre los serafines.  Aunque se les describe bajo forma [[hombre | humana]] con caras, manos y pies (Is. 6,2.6), sin duda son seres [[espíritu | espirituales]] existentes que corresponden a su nombre, y no simplemente representaciones simbólicas como afirman a menudo los eruditos [[protestantismo|protestantes]]. Su número es considerable, ya que aparecen alrededor del trono celestial en un doble [[coro (grupo de cantantes) | coro]] y el volumen de sus voces es tal que los sonidos hacen temblar los cimientos del palacio.
  
Se trata de seres espirituales aunque se describen con formas humanas, tales como rostros, manos y piés (Is., vi, 2, 6). Son seres que tienen correspondencia con sus nombres y no solamente algo simbólico, tal y como sugieren académicos protestantes. Su número es considerable, en tanto aparecen en el trono celestial como un doble coro y el volumen de tal coro es tal que los sonidos hacen temblar los cimientos del palacio.
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Son diferentes de los [[querubín | querubines]] que cargan u ocultan a [[Dios]] y muestran la presencia de su gloria en el [[santuario]] terrestre, mientras que los serafines están ante Dios como sus servidores que ofician en la corte celestial. Su nombre también, ''seraphim'', los distingue de los querubines, aunque es declaradamente difícil encontrar un pasaje en las Escrituras donde se mencione una clara concepción de su significado preciso.
  
Son diferentes de los querubines que llevan el velo de Dios y muestran la presencia de Su gloria en un santuario terrestre, mientras que los serafines están junto a Dios como sus servidores en la corte celestial. Su nombre también, serafines, los distingue de los querubines, aunque es difícil encontrar un pasaje en las Escrituras en donde se especifique su concepción y su significado preciso.
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El nombre se deriva a menudo del verbo hebreo ''saraph'' (“consumirse con fuego”) y esta etimología es muy probable, ya que está de acuerdo con Is. 6,6, donde uno de los serafines es representado llevando fuego celestial del altar para purificar los labios del profeta. Muchos académicos prefieren derivar el nombre del nombre hebreo ''saraph'' “una serpiente ígnea y voladora”, mencionada en [[Números|Núm.]] 21,6; Is. 14,29, y la imagen de bronce que estaba en el Templo en [[tiempo]]s de Isaías (2 [[Libros de los Reyes|Rey.]] 18,4); pero es evidente que en la descripción de los serafines que da Isaías no hay rastros de tal serpentina.  Aún menos probables son las opiniones propuestas por ciertos críticos que relacionan los serafines bíblicos con el ''Sharrapu'' [[Babilonia | babilónico]], un nombre para Nergal, el dios-fuego, o con el grifo [[Egipto|egipcio]] (''séref'') que Beni-Hassan coloca como guardianes de [[tumba]]s.
  
El nombre es frecuentemente derivado del verbo hebreo saraph (para consumirse con fuego) y esta etimología es muy probable, ya que esta de acuerdo con Isa., vi, 6, donde uno de los serafines es representado llevando fuego celestial del altar, a fin de purificar los labios del profeta. Muchos académicos prefieren derivar el nombre del nombre hebreo saraph “una serpiente fiera y voladora”, de la que se habla en Num., xxi, 6; Isa., xiv, 29, y se trataba de una imagen que se encontraba en el Templo, en los tiempos de Isaías (IV de Reyes, xviii, 4); pero no se tienen trazos de descripción de tal serpiente en el relato del Isaías.
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Los serafines son mencionados al menos en dos ocasiones en el [[Libro de Henoc]] (LXI, 10; LXXI, 7) junto con, y de manera distintiva, al querubín. En la [[teología dogmática | teología]] [[cristianismo | cristiana]], el serafín junto al querubín, ocupan el más alto rango en la jerarquía celestial (vea [[querubín]]), mientras que en la [[liturgia]] ([[Te Deum]]; [[prefacio]] de la [[Sacrificio de la Misa | Misa]]) se representan repitiendo el [[Trisagion]] exactamente como en Isaías 6.
  
Aún menos probables son las perspectivas de ciertos críticos que últimamente han tratado de conectar los serafines bíblicos con los Sharrapu babilónicos, un nombre por Nergal, el dios-fuego, o con el egipcio griffins (séref) que son colocados en Beni-Hassan como los guardianes de tumbas.
 
  
Los serafines son mencionados al menos en dos ocasiones en el Libro de Enoch (lxi, 10; lxxi, 7) junto con, y de manera distintiva, de querubín. En la teología cristiana, el serafín junto al querubín, ocupan el más alto rango en la jerarquía celestial (véase QUERUBIN). En la liturgia (Te Deum; Prefacio de la Misa) se representan tal y como lo hacía Isaías, Isa., vi.
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'''Bibliografía''':  Comentarios sobre Isaías: KNABENBAUER (París, 1887); DELITSCH (tr. Edimburgo, 1890); DURM (Gottingen, 1892); SKINNER (Cambridge, 1896); MARTI (Tubinga, 1900); CONDAMIN (París, 1905). Theology of the Old Testament: OEHLER (tr. Nueva York, 1883); DILLMANN-KITTEL (Leipzig, 1895); SCHULTZ (tr. Edimburgo, 1898).  
  
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'''Fuente''':  Gigot, Francis. "Seraphim." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912.  <http://www.newadvent.org/cathen/13725b.htm>.
  
Commentaries on Isaías: KNABENBAUER (París, 1887); DELITSCH (tr. Edinburgh, 1890); DURM (Gottingen, 1892); SKINNER (Cambridge, 1896); MARTI (Tubingen, 1900); CONDAMIN (París, 1905). Theology of the Old Testament: OEHLER (tr. New York, 1883); DILLMANN-KITTEL (Leipzig, 1895); SCHULTZ (tr. Edinburgh, 1898).
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Traducido por Giovanni E. Reyes.  rc
 
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FRANCIS E. GIGOT
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Transcripción de Michael T. Barrett
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Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
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Dedicados a todos los ángeles de Dios
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Última revisión de 13:24 7 oct 2010

Nombre plural masculino en hebreo que designa a una clase especial de seres celestiales sirvientes en la corte de Yahveh.

En las Sagradas Escrituras se mencionan claramente estos seres angelicales en la descripción que hace Isaías de su llamada al oficio profético (Is. 6,2 ss.). En una visión de profundo contenido espiritual, que se le concedió en el Templo, Isaías contempló las realidades invisibles simbolizadas por las formas exteriores de la morada de Yahveh, su altar, sus ministros, etc. Mientras observaba ante el patio del sacerdote, se levantó delante de él una augusta visión de Yahveh sentado en su trono de gloria. A cada lado del trono se ubicaban misteriosos guardianes, cada uno con seis alas: con un par aleteaban, con otro par se cubrían la faz y con el otro par se cubrían los pies, ahora desnudos, como conviene para el servicio sacerdotal en la presencia del Todopoderoso. Sus más altos servidores, estaban allí a su servicio y para proclamar su gloria, y se gritaban uno al otro: “Santo, santo, santo es el Señor, Yahveh Sebaot; llena está toda la tierra de su gloria”. Estos eran los serafines, uno de los cuales voló hacia Isaías con una brasa que tomó del altar, y con la que tocó y purificó los labios del profeta que desde entonces estarían consagrados a las declaraciones de la inspiración.

Esta es, en substancia, la visión simbólica de Isaías, a partir de la cual se puede inferir todo lo que las Sagradas Escrituras revelan sobre los serafines. Aunque se les describe bajo forma humana con caras, manos y pies (Is. 6,2.6), sin duda son seres espirituales existentes que corresponden a su nombre, y no simplemente representaciones simbólicas como afirman a menudo los eruditos protestantes. Su número es considerable, ya que aparecen alrededor del trono celestial en un doble coro y el volumen de sus voces es tal que los sonidos hacen temblar los cimientos del palacio.

Son diferentes de los querubines que cargan u ocultan a Dios y muestran la presencia de su gloria en el santuario terrestre, mientras que los serafines están ante Dios como sus servidores que ofician en la corte celestial. Su nombre también, seraphim, los distingue de los querubines, aunque es declaradamente difícil encontrar un pasaje en las Escrituras donde se mencione una clara concepción de su significado preciso.

El nombre se deriva a menudo del verbo hebreo saraph (“consumirse con fuego”) y esta etimología es muy probable, ya que está de acuerdo con Is. 6,6, donde uno de los serafines es representado llevando fuego celestial del altar para purificar los labios del profeta. Muchos académicos prefieren derivar el nombre del nombre hebreo saraph “una serpiente ígnea y voladora”, mencionada en Núm. 21,6; Is. 14,29, y la imagen de bronce que estaba en el Templo en tiempos de Isaías (2 Rey. 18,4); pero es evidente que en la descripción de los serafines que da Isaías no hay rastros de tal serpentina. Aún menos probables son las opiniones propuestas por ciertos críticos que relacionan los serafines bíblicos con el Sharrapu babilónico, un nombre para Nergal, el dios-fuego, o con el grifo egipcio (séref) que Beni-Hassan coloca como guardianes de tumbas.

Los serafines son mencionados al menos en dos ocasiones en el Libro de Henoc (LXI, 10; LXXI, 7) junto con, y de manera distintiva, al querubín. En la teología cristiana, el serafín junto al querubín, ocupan el más alto rango en la jerarquía celestial (vea querubín), mientras que en la liturgia (Te Deum; prefacio de la Misa) se representan repitiendo el Trisagion exactamente como en Isaías 6.


Bibliografía: Comentarios sobre Isaías: KNABENBAUER (París, 1887); DELITSCH (tr. Edimburgo, 1890); DURM (Gottingen, 1892); SKINNER (Cambridge, 1896); MARTI (Tubinga, 1900); CONDAMIN (París, 1905). Theology of the Old Testament: OEHLER (tr. Nueva York, 1883); DILLMANN-KITTEL (Leipzig, 1895); SCHULTZ (tr. Edimburgo, 1898).

Fuente: Gigot, Francis. "Seraphim." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/13725b.htm>.

Traducido por Giovanni E. Reyes. rc