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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Sofronio»

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Sofronio, [[Obispo]] de Constantina o Tella en Osrhoene, fue pariente de [[Ibas]], Obispo de [[Edesa]], y aparentemente de la misma tendencia [[Teología|teológica]], es decir, fuertemente anti-[[Monofisismo|monofisita]] y propenso a ser sospechoso de [[nestorianismo]].  Estuvo presente en un [[sínodo]] efectuado en [[Antioquia]] en 445 en el cual Atanasio, obispo de Perrha, fue depuesto por cargos de mala conducta, entre los cuales el principal era que había sustraído unos pilares de plata pertenecientes a la [[Iglesia]].  No tenemos medios para juzgar si estos cargos eran [[Verdad|verdaderos]]; muy posiblemente, si no eran inventados, fueron acreditados muy fácilmente por motivos partidarios.  Cuatro años después en el [[Concilio Ladrón de Éfeso]] cargos más extraordinarios de magia y [[brujería]] fueron radicados contra el obispo Sofronio.  Por alguna razón u otra, quizás porque no valía la pena destruirlo en vista de que se estaba persiguiendo a personajes más importantes, su caso fue referido al nuevo obispo de Edesa, cuando se nombrara en lugar de Ibas al cual el conciliábulo había depuesto.  La próxima vez que se oye de Sofronio es en el [[Concilio de Calcedonia]].  En la octava sesión [[Teodoreto había [[anatema]]tizado a [[Nestorio]], “los más reverendos obispos gritaron ‘que Sofronio sea anatematizado’.  Sofronio, el muy reverendo obispo de Constantina, dijo ‘anatema a Nestorio y a Eutiques’”.
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Sofronio, [[Obispo]] de Constantina o Tella en Osrhoene, fue pariente de [[Ibas]], Obispo de [[Edesa]], y aparentemente de la misma tendencia [[teología dogmática|teológica]], es decir, fuertemente anti-[[monofisismo|monofisita]] y propenso a ser sospechoso de [[Nestorio y nestorianismo|nestorianismo]].  Estuvo presente en un [[sínodo]] efectuado en [[Antioquia]] en 445 en el cual Atanasio, obispo de Perrha, fue [[deposición|depuesto]] por cargos de mala conducta, entre los cuales el principal era que había sustraído unos pilares de plata pertenecientes a la [[Iglesia]].  No tenemos medios para juzgar si estos cargos eran [[verdad|verdaderos]]; muy posiblemente, si no eran inventados, fueron acreditados muy fácilmente por motivos partidarios.  Cuatro años después en el [[Concilio Ladrón de Éfeso]] cargos más extraordinarios de magia y [[brujería]] fueron radicados contra el obispo Sofronio.  Por alguna razón u otra, quizás porque no valía la pena destruirlo en vista de que se estaba [[persecución|persiguiendo]] a personajes más importantes, su caso fue referido al nuevo obispo de Edesa, cuando se nombrara en lugar de Ibas al cual el conciliábulo había depuesto.  La próxima vez que se oye de Sofronio es en el [[Concilio de Calcedonia]].  En la octava sesión [[Teodoreto]] había [[anatema]]tizado a [[Nestorio y nestorianismo|Nestorio]], “los más reverendos obispos gritaron ‘que Sofronio sea anatematizado’.  Sofronio, el muy reverendo obispo de Constantina, dijo ‘anatema a Nestorio y a [[eutiquianismo|Eutiques]]’”.
  
Los cargos contra Sofronio sólo han sido sacados a la luz en años recientes por el descubrimiento de la versión siríaca de las actas del Concilio Ladrón.  Ellas fueron hechas por un [[sacerdote]] y dos [[diácono]]s de Tella (Contantina), que reclamaban representar el resto del [[clero]] de dicha ciudad.  El obispo, declararon, practicaba la [[astrología]] y tras artes adivinadoras de los [[Paganismo|paganos]].  La miserable [[herejía]] de Nestorio que había aprendido de Ibas no había sido suficiente para él, de modo que se lanzó a esas otras abominaciones.  Una vez perdió algún dinero, y no contento con hacer que los sospechosos juraran sobre los Evangelios, “él, probándolos luego con la prueba penosa del pan y el queso, los obligó a comer”.  Como esto no tuvo éxito, recurrió a la copa divina.  Usó como medium a uno de los hijos de uno de sus sirvientes, y con otros dos, después de algunos encantamientos, colocó al joven ante una vasija que contenía aceite y agua.  En la mezcla el joven primero vio llamas de fuego, luego “un hombre sentado en un trono de oro, ataviado de púrpura y una corona sobre su cabeza”.  Después de esto pusieron el aceite y el agua en un hoyo cerca de la puerta, y el medium vio a Habib, el hijo del obispo, que regresaba a casa desde [[Constantinopla]] “sentado sobre una mula que está con los ojos vendados; y detrás de él dos hombres a pie”.  El muchacho confesó éstas y otras cosas bajo [[juramento]].  Fue encantado por siete hombres vestidos de blanco y perdió su razón y se curó con mucha dificultad al llevarlo a lugares sagrados y ungirlo con aceite.  Muchas [[persona]]s, entre otros los copistas, pueden testificar sobre los escritos astrológicos de Sofronio.  Un diácono que vino con él, para que le firmaran un boleto para [[limosna]]s, lo encontró inspeccionando una esfera de metal.  Su hijo Habib introdujo a un [[Judaísmo|judío]] a la casa de su [[padre]] y comió con él a la manera de los judíos.  “Durante la semand de [[Curesma]], cuando nosotros ayunamos, él hacía fiestas con ese judío, y lo mantenía en la mesa hasta las diez; e incluso llevó su audacia (tan lejos como) a llevarlo dentro del Santuario de los [[Apóstol]]es a la hora en que se ofrecía el servicio religioso.  La ciudad y el clero, impresionados por esta conducta, persiguieron a Habib y al judío, quienes se refugiaron en el Praetorium del comandante (duque) Floro.  El impío y pagano Floro se apresuró a la ciudad, donde (su gente) echaron mano violentamente a un gran número de hombres y niños---ciertamente más de cien.  Desesperados buscaron refugio cerca del Tabernáculo, pero las flechas alcanzaron sus cuerpos, su sangre se derramó ante el Altar, y muchos murieron en el acto de abrazarlo.”
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Los cargos contra Sofronio sólo han sido sacados a la luz en años recientes por el descubrimiento de la versión siríaca de las actas del Concilio Ladrón.  Ellas fueron hechas por un [[sacerdote]] y dos [[diácono]]s de Tella (Contantina), que reclamaban representar el resto del [[clero]] de dicha ciudad.  El obispo, declararon, practicaba la [[astrología]] y tras artes adivinadoras de los [[paganismo|paganos]].  La miserable [[herejía]] de Nestorio que había aprendido de Ibas no había sido suficiente para él, de modo que se lanzó a esas otras abominaciones.  Una vez perdió algún dinero, y no contento con hacer que los sospechosos [[juramento|juraran]] sobre los [[Evangelios]], “él, probándolos luego con la [[prueba]] penosa del pan y el queso, los obligó a comer”.  Como esto no tuvo éxito, recurrió a la copa divina.  Usó como medium a uno de los hijos de uno de sus sirvientes, y con otros dos, después de algunos encantamientos, colocó al joven ante una vasija que contenía aceite y agua.  En la mezcla el joven primero vio llamas de fuego, luego “un hombre sentado en un trono de oro, ataviado de púrpura y una corona sobre su cabeza”.  Después de esto pusieron el aceite y el agua en un hoyo cerca de la puerta, y el medium vio a Habib, el hijo del obispo, que regresaba a casa desde [[Constantinopla]] “sentado sobre una mula que está con los ojos vendados; y detrás de él dos hombres a pie”.  El muchacho confesó éstas y otras cosas bajo [[juramento]].  Fue encantado por siete hombres vestidos de blanco y perdió su razón y se curó con mucha dificultad al llevarlo a lugares sagrados y ungirlo con aceite.  Muchas [[persona]]s, entre otros los copistas, pueden testificar sobre los escritos astrológicos de Sofronio.  Un diácono que vino con él, para que le firmaran un boleto para [[limosna]]s, lo encontró inspeccionando una esfera de metal.  Su hijo Habib introdujo a un [[judaísmo|judío]] a la casa de su [[padre]] y comió con él a la manera de los judíos.  “Durante la semana de [[Curesma]], cuando nosotros [[ayuno|ayunamos]], él hacía fiestas con ese judío, y lo mantenía en la mesa hasta las diez; e incluso llevó su audacia (tan lejos como) a llevarlo dentro del Santuario de [[los Apóstoles]] a la hora en que se ofrecía el servicio religioso.  La ciudad y el clero, impresionados por esta conducta, persiguieron a Habib y al judío, quienes se refugiaron en el Praetorium del comandante (duque) Floro.  El impío y pagano Floro se apresuró a la ciudad, donde (su gente) echaron mano violentamente a un gran número de [[hombre]]s y niños---ciertamente más de cien.  Desesperados buscaron refugio cerca del [[Tabernáculo]], pero las flechas alcanzaron sus cuerpos, su sangre se derramó ante el [[Altar]], y muchos murieron en el acto de abrazarlo.”
  
  

Revisión de 13:22 20 sep 2009

Sofronio, Obispo de Constantina o Tella en Osrhoene, fue pariente de Ibas, Obispo de Edesa, y aparentemente de la misma tendencia teológica, es decir, fuertemente anti-monofisita y propenso a ser sospechoso de nestorianismo. Estuvo presente en un sínodo efectuado en Antioquia en 445 en el cual Atanasio, obispo de Perrha, fue depuesto por cargos de mala conducta, entre los cuales el principal era que había sustraído unos pilares de plata pertenecientes a la Iglesia. No tenemos medios para juzgar si estos cargos eran verdaderos; muy posiblemente, si no eran inventados, fueron acreditados muy fácilmente por motivos partidarios. Cuatro años después en el Concilio Ladrón de Éfeso cargos más extraordinarios de magia y brujería fueron radicados contra el obispo Sofronio. Por alguna razón u otra, quizás porque no valía la pena destruirlo en vista de que se estaba persiguiendo a personajes más importantes, su caso fue referido al nuevo obispo de Edesa, cuando se nombrara en lugar de Ibas al cual el conciliábulo había depuesto. La próxima vez que se oye de Sofronio es en el Concilio de Calcedonia. En la octava sesión Teodoreto había anatematizado a Nestorio, “los más reverendos obispos gritaron ‘que Sofronio sea anatematizado’. Sofronio, el muy reverendo obispo de Constantina, dijo ‘anatema a Nestorio y a Eutiques’”.

Los cargos contra Sofronio sólo han sido sacados a la luz en años recientes por el descubrimiento de la versión siríaca de las actas del Concilio Ladrón. Ellas fueron hechas por un sacerdote y dos diáconos de Tella (Contantina), que reclamaban representar el resto del clero de dicha ciudad. El obispo, declararon, practicaba la astrología y tras artes adivinadoras de los paganos. La miserable herejía de Nestorio que había aprendido de Ibas no había sido suficiente para él, de modo que se lanzó a esas otras abominaciones. Una vez perdió algún dinero, y no contento con hacer que los sospechosos juraran sobre los Evangelios, “él, probándolos luego con la prueba penosa del pan y el queso, los obligó a comer”. Como esto no tuvo éxito, recurrió a la copa divina. Usó como medium a uno de los hijos de uno de sus sirvientes, y con otros dos, después de algunos encantamientos, colocó al joven ante una vasija que contenía aceite y agua. En la mezcla el joven primero vio llamas de fuego, luego “un hombre sentado en un trono de oro, ataviado de púrpura y una corona sobre su cabeza”. Después de esto pusieron el aceite y el agua en un hoyo cerca de la puerta, y el medium vio a Habib, el hijo del obispo, que regresaba a casa desde Constantinopla “sentado sobre una mula que está con los ojos vendados; y detrás de él dos hombres a pie”. El muchacho confesó éstas y otras cosas bajo juramento. Fue encantado por siete hombres vestidos de blanco y perdió su razón y se curó con mucha dificultad al llevarlo a lugares sagrados y ungirlo con aceite. Muchas personas, entre otros los copistas, pueden testificar sobre los escritos astrológicos de Sofronio. Un diácono que vino con él, para que le firmaran un boleto para limosnas, lo encontró inspeccionando una esfera de metal. Su hijo Habib introdujo a un judío a la casa de su padre y comió con él a la manera de los judíos. “Durante la semana de Curesma, cuando nosotros ayunamos, él hacía fiestas con ese judío, y lo mantenía en la mesa hasta las diez; e incluso llevó su audacia (tan lejos como) a llevarlo dentro del Santuario de los Apóstoles a la hora en que se ofrecía el servicio religioso. La ciudad y el clero, impresionados por esta conducta, persiguieron a Habib y al judío, quienes se refugiaron en el Praetorium del comandante (duque) Floro. El impío y pagano Floro se apresuró a la ciudad, donde (su gente) echaron mano violentamente a un gran número de hombres y niños---ciertamente más de cien. Desesperados buscaron refugio cerca del Tabernáculo, pero las flechas alcanzaron sus cuerpos, su sangre se derramó ante el Altar, y muchos murieron en el acto de abrazarlo.”


Bibliografía: Segundo Concilio de Éfeso, de los manuscritos siríacos, ed. PERRY (Dartford, 1881), pp. 189-199; vea artículo Sofronio de Constantina en Diccionario de Biografías Cristianas.

Fuente: Bacchus, Francis Joseph. "Sophronius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/14148a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.