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Miércoles, 4 de diciembre de 2024

Jericó

De Enciclopedia Católica

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Tres ciudades con este nombre han ocupado sitios sucesivamente en la misma vecindad.

I. Una ciudad de Canaán tomada y destruida por Josué después del paso del Jordán (Josué 6). El establecimiento de los israelitas en las industrias de la “ciudad de las palmeras” dio nacimiento al Jericó de Benjamín (Jos. 18,21), que fue por algún tiempo dominada por Eglón, rey de Moab (Jueces 3,12), y en la cual los emisarios de David se escondieron cuando habían sido avergonzados por Janún, rey de los amonitas (2 Samuel 10,5). Pero cuando, bajo Ajab, la Jericó cananea había sido restaurada por Jiel de Betel (1 Reyes 16,34), los israelitas se instalaron allí. Fueron visitados por Eliseo, quien purificó las aguas del arrollo (2 Rey. 2,18-22). Trescientos cuarenta y cinco hombres de Jericó, que regresaban del cautiverio repoblaron su ciudad nativa (Esdras 2,34; Nehemías 7,36). Habiendo caído en manos de los sirios, fue fortificada por Báquides, para proteger a Judea en el lado este (1 Mac. 9,50). Esta Jericó estaba situada en Tell-es-Sulthán, cerca de la Fuente de Eliseo ('Ain-es-Sultàn), que fluye a una distancia de cerca de dos millas al noroeste de ez-Ribá, la moderna Jericó. Excavaciones hechas en ese lugar en 1907-08 trajeron a la luz una muralla que medía algunas 840 yardas de circunferencia, una citadela con doble muralla del período cananeo, moradas israelitas del tiempo de los reyes, y alguna alfarería post-exílica (Mitteil. der deutschen Orient. Gesellschaft zu Berlin, December, 1908, no. 39; "Revue Biblique", 1909, 270-79).

II. La antigua Jericó, cerca del arroyo, había desaparecido completamente cuando Herodes fundó una nueva Jericó hacia el punto donde el arroyo de Kelt y el camino a Jerusalén emergen de las montañas. Protegida por el fuerte de Cyrpos, poseía palacios reales, vastas reservas, un hipódromo y un anfiteatro (Josefo, "Bell. Jud.", I, XXI, 14; XXXIII, 6, 8; "Antiq. Jud.", XVI, V, 2). Herodes murió allí; luego su hijo Arquelao embelleció los palacios y mandó a construir nuevos acueductos para traer agua a los jardines de palmeras (Antiq. Jud., XVII, XIII, 1). Fue en los portones de esta Jericó que Cristo curó a los dos ciegos (Mateo 20,29-34), sólo uno---Bartimeo---según Marcos (10,46) y Lucas (18,35), y fue aquí donde vio al publicano Zaqueo (Lc. 19,1-5). El Khìrbet Qaqûn, el Birket Mûsâ, unos pocos montículos artificiales, son los restos visibles de la segunda Jericó, la cual, antes de ser destruida completamente, sirvió por algunos días como un campamento romano (Bell. Jud., VIII, 2; IX, 13).

III. Una tercera Jericó llegó a existir en los jardines regados por la Fuente de Eliseo, y donde, además de las palmeras, crecía la alheña, bálsamo, mirra (Bell. Jud., IV, VIII, 3), el sicómoro, el plátano, etc. Según el mapa de la Mâdabâ, fue una ciudad importante y sede sufragánea de Cesarea Marítima. Sus obispos conocidos son Januario (325), Macer (381), Eleuterio (415), Juanes (518), Gregorio (536), Basilio (800) (Le Quien, , "Oriens Christianus", III, 646-50). Justiniano estableció aquí una gran caravanera (Procopio, "De Ædif.", V, 9). Durante las Cruzadas, Jericó fue un beneficio adjunto al Santo Sepulcro. La ciudad bizantina fue sucedida por el presente Ribà, que consiste de unas pocas hostelerías para peregrinos y turistas, y algunas quince chozas de juncos habitadas por árabes Ghawarneh. Hay también una iglesia griega (llamada el “Santuario de Zaqueo”) servida por dos monjes ortodoxos, una capilla latina y una mezquita.


Bibliografía: GEYER, Itinera Hierosolymitana (Viena, 1898); CONDER AND KITCHENER, Survey of West Palestine, Mem., III (Londres, 1883); GuéRIN, Samarie, I (París, 1874): ROBINSON, Biblical Researches in Palestine, I (Boston, 1856); RELAND, Palæstina (Utrecht, 1714).

Fuente: Abel, Félix Marie. "Jericho." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/08339a.htm>.

Taducido por Luz María Hernández Medina