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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Claude Bernard

De Enciclopedia Católica

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Fisiólogo francés; nació el 12 de julio de 1813 en Saint Julien cerca de Villefranche, Francia; murió en París el 10 de febrero de 1878. Su padre era el propietario de un viñedo y obtuvo su educación elemental, la cual fue iniciada por el curé de la aldea, en el colegio jesuita en Villefranche. Se fue a Lyon a continuar sus estudios, y en lugar de eso se convirtió en ayudante de un farmacéutico. Mientras estaba allí, sus ambiciones literarias lo llevaron a escribir una comedia, "La rose du Rhone", la cual fue puesta en escena. Animado por su recepción, escribió un drama en cinco actos y al establecerse en París en 1834, se lo presentó a Saint Marc Girardin, el reconocido crítico. Éste último encontró evidencia de la habilidad literaria en la obra del joven autor, pero le aconsejó estudiar medicina como un medio más seguro que la literatura para ganarse el sustento. Bernard siguió este consejo, que probó ser el punto crucial en su carrera, y la obra "Arthur de Bretagne" no fue publicada hasta mucho después de su muerte en 1886.

Bernard se dedicó particularmente a la anatomía y a la fisiología pero, al ser de una disposición reservada y algo torpe en sus maneras, no impresionó a sus profesores o compañeros de estudio con la energía de la que más adelante daría prueba. En 1839 fue nombrado interno de Magendie, profesor de medicina en el Colegio de Francia, y uno de los médicos del hotel Dieu, el cual, al notar su habilidad en la disección, pronto le nombró su préparateur, o ayudante de clases. Este último nombramiento, a pesar de sus muchas desventajas, resultó ser uno muy afortunado, y Bernard comenzó ahora las investigaciones en fisiología que lo hicieron famoso. Su primera obra importante fue un estudio del páncreas y sus funciones. Este fue seguido por el descubrimiento de la función glucogénica del hígado ---quizás su logro más significativo, particularmente debido a su incidencia sobre las opiniones corrientes en biología. Los biólogos suponían que el animal, a diferencia de la planta, no podía crear compuestos complejos dentro de sí mismo, sino que sólo podía utilizar los que proveen las plantas tales como carbohidratos, proteínas, etc., para resolverlos en constituyentes adecuados a sus propias necesidades. Bernard emprendió la tarea de trazar las diversas transformaciones de los alimentos dentro del organismo animal, comenzando con los carbohidratos; y encontró no sólo, contrario a la visión aceptada, que el azúcar se forma en el hígado, sino que también logró aislar una sustancia del tejido hepático que, aunque no era azúcar, se convertía por la fermentación en dextrosa. Hizo un estudio especial de sus propiedades y lo llamó "glucógeno".

Bernard no prosiguió más lejos sus investigaciones en este campo, sino que emprendió el estudio de la influencia del sistema nervioso en el calor animal. Esto le llevó al descubrimiento del sistema vasomotor. Encontró que la ruptura del simpático cervical en un lado del cuello de un conejo provocaba un incremento sensible en la temperatura de la región afectada. Otros experimentos en las glándulas submaxilares y otras mostraron, como él le anunció a la Academia de Ciencias en 1858, que cuando la glándula secreta activamente, la sangre venosa que emana de ella es de color rojo. Dos conjuntos de nervios controlan la acción de la glándula, la estimulación de la cuerda del tímpano hace roja la sangre venosa, mientras que la estimulación del nervio simpático la hace más oscura que lo usual. Fue por lo tanto capaz de formular la declaración: "el nervio simpático es el constrictor de los vasos sanguíneos; la cuerda del tímpano es su dilatador", y se puede decir con certeza que todo el trabajo posterior sobre el sistema vasomotor se ha basado en estas investigaciones. Los efectos fisiológicos de los venenos, particularmente del curare y del monóxido de carbono, también contaron con la atención de Bernard. Encontró que el primero ---un veneno de flecha empleado por los indios sudamericanos--- desactiva los nervios motores, mientras que el sistema nervioso sensorial y central permanece intacto. Su análisis de la acción del último demostró que substituye inmediatamente el oxígeno de los glóbulos rojos de la sangre, mientras que no puede de por sí, ser substituido posteriormente por el oxígeno.

En 1855 Bernard sucedió a Magendie como profesor en el Colegio de Francia, al haber sido designado su sustituto ya para 1847. En 1862 su salud decayó y no fue hasta 1870 que se recuperó completamente. En sus últimos años conoció a Napoleón III, que quedó muy impresionado por él y estableció para él dos laboratorios bien equipados ---uno en la Sorbona, el otro en el Museo de Historia Natural. En 1867 el emperador lo hizo miembro del senado, y en 1868 fue admitido a la Academia de las Ciencias. Se dedicó al trabajo científico y a la revisión de sus conferencias publicadas hasta poco antes su muerte. Recibió un entierro público, sufragado por el estado, en la catedral de Notre Dame siendo el primer científico francés en recibir ese honor. En 1886 se erigió una estatua en su honor en el patio del Colegio de Francia, y también, en 1894, en el patio de la Facultad de Medicina en Lyon. La principal contribución de Bernard a la literatura fisiológica, aparte de sus artículos originales presentados a varias sociedades, es su "Leçons", en diecisiete volúmenes, sobre varios temas de fisiología. Éstos abarcan sus cursos que fueron informados por sus estudiantes y revisados por él mismo.


Bibliografía: Foster, Claude Bernard (New York, 1899); Walsh, Makers of Modern Medicine (New York, 1907).

Fuente: Brock, Henry. "Claude Bernard." The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/02497a.htm>.

Traducido por Arantxa Serantes. rc