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Domingo, 22 de diciembre de 2024

Albero de Montreuil

De Enciclopedia Católica

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Arzobispo de Tréveris, nació cerca de Toul, en Lorena, alrededor de 1080; murió en Coblenza el 18 de enero de 1152.

Después de acceder a algunas dignidades en las iglesias de Toul y Verdún, fue nombrado arcediano y preboste de San Arnulfo en Metz. Allí se identificó con el partido de reforma eclesial opuesto al obispo Adalbero IV, y viajó personalmente a Roma para asegurarse de que fuera depuesto por el Papa Pascual II. A su regreso, propició la elección de Teogero, abad de San Jorge en la Selva Negra, quien fue consagrado contra su voluntad en julio de 1118. Habiéndole impedido el partido imperial que se hiciera cargo de su diócesis, falleció en 1120. Entonces Albero colaboró para que fuera elegido Esteban de Bar, quien premió su celo haciéndolo “primicerius” de Metz. Luego de haber sido propuesto para las sedes vacantes de Magdeburgo y Halberstadt, a las que renunció; en 1130 Albero resulto electo Arzobispo de Tréveris para suceder a Meginher. Este cargo no era fácil ya que la Iglesia necesitaba reformas, y los anteriores ocupantes de la diócesis habían estado dominados por el Burgrave Luis. No pudo inducírselo a que aceptara el cargo hasta que el Papa Inocencio II lo convocó a un sínodo en Reims, e incluso lo amenazó con suspenderlo en sus funciones sacerdotales. El Papa en persona lo consagró en Viena.

Albero prosiguió enérgicamente con su tarea de reforma. Restauró la paz y el orden en su archidiócesis, y antes de morir, la convirtió en la más importante de Alemania. En 1136, acompañó al emperador Lotario II en su expedición a Italia, a donde había sido llamado por Inocencio II para resistir las agresiones de Rogelio de Sicilia, uno de los adictos al antipapa Anacleto II. En la disputa que surgió entre el Papa y el Emperador, Albero se mostró defensor incondicional de la causa papal, y a su regreso Inocencio lo nombró primado de la Galia Belga y legado papal en Alemania. Después de la muerte de Lotario tomó parte activa en la elección de Conrado III, fundador de la dinastía Hohenstaufen. En 1148, el Papa Eugenio III visitó Tréveris, después de presidir el Concilio de Reims, y fue agasajado con gran esplendor.

Albero fue un clérigo de gran celo y energía. Su generosidad no tenía límites, y aunque a menudo se vio obligado a tomar las armas en defensa de los derechos de la Iglesia, siguió siendo un sacerdote piadoso y mecenas de las letras. Contaba entre sus amigos a San Norberto y a San Bernardo, quienes secundaron sus esfuerzos para la restauración de la disciplina religiosa en su arquidiócesis.


Bibliografía: Gesta Alberonis Metrica (1132-1145) in Mon. Germ. Hist. (1848), VIII, 236 243; Balderico, Gesta Alberonis Archiepiscopi, 243 261. ibid; Panzer, Erzbischof Albero v. Trier u. Die deutschen Spielmannsepen (Estrasburgo, 1902); Marx, Geschichte des Erzstifts Trier (Tréveris, 1858), I, xvii; para la historia político eclesiástica de la época: Barry, Monarquía Papal (Nueva York, 1902).

Fuente: Brock, Henry. "Albero de Montreuil." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01259c.htm>.

Traducido por Estela Sánchez Viamonte.