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Jueves, 2 de mayo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Fiesta del Santo Rosario»

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Separadamente desde la señal de derrota de las herejes Albigensianas de la batalla de Muret en 1213 cuya leyenda se le a atribuido la recitación del Rosario por Santo Domingo, se cree que el Cielo ha en muchas ocasiones recompensado la fe de aquellos que han recurrido a esta devoción en tiempos de peligro especial. Muy particularmente, en la victoria naval de Lepanto ganada por Don Juan de Austria sobre la flota turquesa el primer domingo de Octubre en 1571 respondió maravillosamente a las procesiones hechas en Roma en ese mismo día por los miembros de la Confraternidad del Rosario. Su Santidad Pío V por consiguiente ordenó que una conmemoración del Rosario debería realizarse a partir de ese día, y a petición de la Orden Dominicana Gregorio XIII en 1573 permitió que esta festividad se llevara a cabo en todas las iglesias que poseyeran un altar dedicado al Santo Rosario. En 1671 la observancia de este festival fue extendido por Clemente X a toda España, y un poco después Clemente XI después de una importante victoria sobre los Turcos ganada por el Príncipe Eugenio el 6 de agosto, 1717 (la festividad de Ntra. Señora de las Nieves), en Peterwardein en Hungría, impuso la festividad del Rosario se celebrara en la Iglesia Universal. Se estableció unas lecciones “propias” en el segundo nocturno fueron concedidas por Benedicto XIII. Posteriormente, León XIII subió la festividad a un rango de un doble de la segunda clase y le agregó a la Letanía de Loreto la invocación de “Reina del Santísimo Rosario”. En esta festividad, en cada iglesia en la que la Confraternidad Romana se la ha estado debidamente erigida, una indulgencia plenaria toties quoties es ganada bajo ciertas condiciones a todos aquellos que visitan dentro de una Capilla el Rosario o ante una estatua de Nuestra Señora. A esto se le ha llamado la “Portiuncula” del Rosario.
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Aparte de la insigne derrota de los [[Herejía|herejes]] [[albigenses]] en la batalla de Muret en 1213, la cual la leyenda ha atribuido a la recitación del [[Rosario]] por [[Santo Domingo Guzmán]], se cree que el [[Cielo]] en muchas ocasiones ha recompensado la [[fe]] de aquellos que han recurrido a esta devoción en tiempos de peligro especial. Más particularmente, la victoria naval de [[Lepanto]] ganada por Don Juan de [[Austria]] sobre la flota [[Turquía|turca]] el primer [[domingo]] de octubre de 1571 respondió maravillosamente a las [[procesiones]] que los miembros de la Confraternidad del Santo Rosario hicieron en [[Roma]] ese mismo día. Por consiguiente, el [[Papa San Pío V]] ordenó que a partir de ese día se celebrara una conmemoración del Rosario, y a petición de los [[Orden de Predicadores|dominicos]], en 1573 el [[Papa]] [[Papa Gregorio XIII|Gregorio XIII]] permitió que esta festividad se llevara a cabo en todas las iglesias que poseyeran un altar dedicado al Santo Rosario. En 1671 el [[Papa Clemente X]] extendió la observancia de esta fiesta a toda [[España]]; y un poco después [[Papa Clemente XI|Clemente XI]], después que el Príncipe Eugenio ganó una importante victoria sobre los turcos el 6 de agosto de 1716 (festividad de Nuestra Señora de las Nieves) en Peterwardein, [[Hungría]], ordenó que se celebrara la fiesta del Rosario en la [[Iglesia]] universal. El [[Papa Benedicto XIII]] estableció unas lecturas “propias” en el segundo nocturno. Posteriormente, [[Papa León XIII|León XIII]] elevó la festividad al rango de doble de segunda clase y le agregó a la [[Letanía de Loreto]] la invocación de “Reina del Santísimo Rosario”. En esta festividad, en cada iglesia en que haya sido fundada la confraternidad del Rosario, se concede una [[Indulgencias|indulgencia]] plenaria toties quoties bajo ciertas condiciones a todos los que visiten allí la [[capilla]] del Rosario o una [[escultura]] de [[la Virgen María]]. A esto se le ha llamado la “Porciúncula” del Rosario.
  
HERBERT THURSTON
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Transcrito por Michael C. Tinkler
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'''Fuente:'''  Thurston, Herbert. "Feast of the Holy Rosary." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912.  
Traducido por Alma del Rosario Guerra
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<http://www.newadvent.org/cathen/13189a.htm>.
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Traducido por Alma del Rosario Guerra.  L H M

Revisión de 00:55 9 abr 2009

Aparte de la insigne derrota de los herejes albigenses en la batalla de Muret en 1213, la cual la leyenda ha atribuido a la recitación del Rosario por Santo Domingo Guzmán, se cree que el Cielo en muchas ocasiones ha recompensado la fe de aquellos que han recurrido a esta devoción en tiempos de peligro especial. Más particularmente, la victoria naval de Lepanto ganada por Don Juan de Austria sobre la flota turca el primer domingo de octubre de 1571 respondió maravillosamente a las procesiones que los miembros de la Confraternidad del Santo Rosario hicieron en Roma ese mismo día. Por consiguiente, el Papa San Pío V ordenó que a partir de ese día se celebrara una conmemoración del Rosario, y a petición de los dominicos, en 1573 el Papa Gregorio XIII permitió que esta festividad se llevara a cabo en todas las iglesias que poseyeran un altar dedicado al Santo Rosario. En 1671 el Papa Clemente X extendió la observancia de esta fiesta a toda España; y un poco después Clemente XI, después que el Príncipe Eugenio ganó una importante victoria sobre los turcos el 6 de agosto de 1716 (festividad de Nuestra Señora de las Nieves) en Peterwardein, Hungría, ordenó que se celebrara la fiesta del Rosario en la Iglesia universal. El Papa Benedicto XIII estableció unas lecturas “propias” en el segundo nocturno. Posteriormente, León XIII elevó la festividad al rango de doble de segunda clase y le agregó a la Letanía de Loreto la invocación de “Reina del Santísimo Rosario”. En esta festividad, en cada iglesia en que haya sido fundada la confraternidad del Rosario, se concede una indulgencia plenaria toties quoties bajo ciertas condiciones a todos los que visiten allí la capilla del Rosario o una escultura de la Virgen María. A esto se le ha llamado la “Porciúncula” del Rosario.


Fuente: Thurston, Herbert. "Feast of the Holy Rosary." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/13189a.htm>.

Traducido por Alma del Rosario Guerra. L H M