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Sábado, 27 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «Ambrosiasterio»

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Es el nombre por el que se conoce al autor de cierto comentario a todas las epístolas paulinas, exceptuada la [[Epístola a los Hebreos]]. Dicho comentario generalmente había sido publicado como parte de las obras de [[san Ambrosio]] (P.L., XVII, 45-508). Antes de cada epístola y de su interpretación, se encuentra un prólogo que explica su objetivo y contexto. En los comentarios, el texto aparece separado en secciones, y se ofrece una explicación lógica y natural. En definitiva, el comentario es una obra excelente. Algunos expertos modernos afirman que se trata de lo mejor que se haya escrito antes del siglo XVI. Su enseñanza es completamente ortodoxa, con excepción hecha de la fe del autor en el milenio. Por otra parte, el texto latino de las cartas de [[san Pablo]] en la obra difiere considerablemente del de la [[Vulgata]]. A juzgar por lo que se ve, dicho texto fue tomado de la versión conocida como “ítala”. Hay pocas referencias al texto griego, e incluso parece ser que el autor desconocía esta lengua. Raramente busca el autor un significado escondido o místico, con lo que aparece más clara la diferencia del comentario con las obras exegéticas de san Ambrosio. Este último no acostumbra indagar el sentido literal y natural de los textos de la [[Sagrada Escritura]]; en general él trata de encontrar un sentido místico o alegórico, y aunque reconoce que hay una diferencia entre el significado literal y el elevado, prefiere resaltar este último.  El Ambrosiasterio es distinto. En lo único que se fija este autor es el sentido natural y lógico. Hay algunas indicaciones de que su obra fue elaborada en la segunda mitad del siglo IV. Ninguna de las sectas o herejías, por ejemplo, a las que hace referencia es anterior a ese período. En la obra se habla de la persecución del Emperador [[Juliano el Apóstata]] (361-363) como de un acontecimiento reciente. Finalmente, se dice en ella que el Papa [[Dámaso]] (366-384) presidía en ese momento (hodie) los destinos de la Iglesia. Es muy probable que el autor residiera en [[Roma]]. Sus referencias a la primacía de san Pedro y a la autoridad ejercida por el Papa Dámaso sugieren que así era. Lo que no es fácil de hacer es identificar al autor. Durante la Edad Media el comentario generalmente se atribuía a san Ambrosio. Las primeras dudas respecto a la autoría de la obra nacieron en el siglo XVI, gracias a [[Erasmo]]. A partir de entonces al autor se le llamó Ambrosiaster, o Pseudo Ambrosio. Los expertos han sugerido una gran variedad de nombres alternativos. San Agustín, citando un pasaje del comentario, lo atribuye a san Hilario, y a raíz de ello se ha atribuido también, respectivamente, a san Hilario de Poitiers, a san Hilario de Pavia e incluso al diácono hereje [[Hilario]] de Roma. Otros quisieron ver al autor en san Remigio, en el obispo pelagiano Julián de Aeclanum, en el escritor africano [[Ticonio]], en el sacerdote cismático Faustino de Roma o en el judío converso Isaac de Roma. Hasta ahora, todo eso no pasa de ser simple conjetura, incluso directamente opuesta a lo que se sabe del autor. La opinión más reciente es que el autor del comentario es también autor de una obra pseudo agustiniana, “Quaestiones Veteris et Novi Testamenti”. De acuerdo a una sugerencia hecha por Dom Germain Morin, O.S.B., y favorecida por A. Souter, el autor de los comentario es un distinguido seglar de rango consular, conocido como Decimus Hilarianus Hilarius.  
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Es el nombre dado al autor de un comentario a todas las [[epístola]]s de [[San Pablo]], excepto la [[Epístola a los Hebreos]], el cual usualmente se publicaba como parte de las obras de [[San Ambrosio]] (P.L., XVII, 45-508). Antes de cada epístola y de su interpretación se encuentra un prólogo que explica su objetivo y contexto. En los comentarios, el texto aparece separado en secciones; y se ofrece una explicación [[lógica]] y natural para cada sección. En definitiva, el comentario es una obra excelente. Algunos estudiosos modernos lo consideran el mejor que que se haya escrito antes del siglo XVI. Su enseñanza es completamente [[Ortodoxia|ortodoxa]], con excepción hecha de la [[creencia]] del autor en el [[milenarismo]]. El texto latino de las epístolas paulinas difiere considerablemente del de la [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]]. Según todas las apariencias, fue tomado de la versión conocida como “Ítala”. Hay pocas referencias al texto griego, e incluso parece ser que el autor desconocía esta lengua. El autor apenas busca un significado escondido o místico en el texto; de ahí que se hace evidente cuan diferente es el carácter del comentario de las obras [[Exégesis|exegéticas]] de [[San Ambrosio]]. En su interpretación de las obras bíblicas, San Ambrosio no es muy dado a investigar sobre el sentido natural y literal.  Por lo general él busca un sentido místico y alegórico más elevado.  Y aunque distingue entre el sentido literal y el más elevado, prefiere resaltar este último.  No así Ambrosiastro. En lo único que se fija este autor es el sentido natural y lógico.  
  
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En cuanto a la época en que fue escrito el comentario, hay muchas indicaciones que señalan que fue escrito en la segunda mitad del siglo IV.  Ninguna de las [[secta]]s o [[herejía]]s a las que se refiere es anterior a ese período.  Habla de la [[persecución]] del emperador [[Juliano el Apóstata]] (361-363) como de un acontecimiento reciente. Finalmente, dice que el [[Papa San Dámaso I]] (366-384) dirigía en ese momento (hodie) los destinos de la [[Iglesia]]. Es muy probable que el autor residiera en Roma; su referencia a la primacía de [[San Pedro]] y a la autoridad ejercida por el Papa Dámaso sugieren dicha [[idea]].  Sin embargo, no es muy fácil identificar al autor. Durante la [[Edad Media]] el comentario generalmente se atribuía a [[San Ambrosio]].  Erasmo, en el siglo XVI, fue el primero en levantar [[duda]]s sobre su autoría; a partir de entonces al autor se le llamó Ambrosiastro, o pseudo-Ambrosio. Los expertos han sugerido una gran variedad de nombres.  San Agustín, citando un pasaje del [[comentario]], lo atribuyó a San Hilario, y de ahí que algunos autores creían que quiso decir [[San Hilario de Poitiers]] o San Hilario de Pavia o el [[diácono]] [[Cisma|cismático]] Hilario de [[Roma]]. Otros buscaron al autor en [[San Remigio]], en el [[obispo]] [[Pelagianismo|pelagiano]] [[Julián de Eclana]], en el escritor [[África|africano]] Ticonio, en el [[sacerdote]] cismático Faustino de Roma, o en el [[Conversión|converso]] [[Judaísmo|judío]] Isaac de Roma. Muchas de estas opiniones son meras conjeturas, o directamente opuestas a los hechos conocidos sobre el autor. La opinión más reciente es que el autor del comentario es también autor de una obra pseudo agustiniana, “Quaestiones Veteris et Novi Testamenti”.  De acuerdo a una sugerencia hecha por Dom Germain Morin, O.S.B., y adoptada por A. Souter, el autor de estos comentarios fue un distinguido [[laico]] de rango consular, con el nombre de Décimo Hilariano Hilario.
  
Bibliografía
 
SOUTER, A study of Ambrosiaster (Cambridge University Press, 1905); BARDENHEWER, Patrologie (Friburgo, 1901), 382, 387; NIRSCHL, Patrologie (Mainz, 1883), II.
 
  
Escrito por Francis J. Schaefer.
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'''Bibliografía''': SOUTER, Un estudio sobre Ambrosiastro (Imprenta de la Universidad de Cambridge, 1905); BARDENHEWER, Patrología (Friburgo, 1901), 382, 387; NIRSCHL, Patrología (Mainz, 1883), II.  
Transcrito por Linda Taylor.  
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Traducido por Javier Algara Cossío
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'''Fuente:'''  Schaefer, Francis. "Ambrosiaster." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907.
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<http://www.newadvent.org/cathen/01406a.htm>.
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Traducido por Javier Algara Cossío.  L H M.

Última revisión de 21:50 23 jul 2010

Es el nombre dado al autor de un comentario a todas las epístolas de San Pablo, excepto la Epístola a los Hebreos, el cual usualmente se publicaba como parte de las obras de San Ambrosio (P.L., XVII, 45-508). Antes de cada epístola y de su interpretación se encuentra un prólogo que explica su objetivo y contexto. En los comentarios, el texto aparece separado en secciones; y se ofrece una explicación lógica y natural para cada sección. En definitiva, el comentario es una obra excelente. Algunos estudiosos modernos lo consideran el mejor que que se haya escrito antes del siglo XVI. Su enseñanza es completamente ortodoxa, con excepción hecha de la creencia del autor en el milenarismo. El texto latino de las epístolas paulinas difiere considerablemente del de la Vulgata. Según todas las apariencias, fue tomado de la versión conocida como “Ítala”. Hay pocas referencias al texto griego, e incluso parece ser que el autor desconocía esta lengua. El autor apenas busca un significado escondido o místico en el texto; de ahí que se hace evidente cuan diferente es el carácter del comentario de las obras exegéticas de San Ambrosio. En su interpretación de las obras bíblicas, San Ambrosio no es muy dado a investigar sobre el sentido natural y literal. Por lo general él busca un sentido místico y alegórico más elevado. Y aunque distingue entre el sentido literal y el más elevado, prefiere resaltar este último. No así Ambrosiastro. En lo único que se fija este autor es el sentido natural y lógico.

En cuanto a la época en que fue escrito el comentario, hay muchas indicaciones que señalan que fue escrito en la segunda mitad del siglo IV. Ninguna de las sectas o herejías a las que se refiere es anterior a ese período. Habla de la persecución del emperador Juliano el Apóstata (361-363) como de un acontecimiento reciente. Finalmente, dice que el Papa San Dámaso I (366-384) dirigía en ese momento (hodie) los destinos de la Iglesia. Es muy probable que el autor residiera en Roma; su referencia a la primacía de San Pedro y a la autoridad ejercida por el Papa Dámaso sugieren dicha idea. Sin embargo, no es muy fácil identificar al autor. Durante la Edad Media el comentario generalmente se atribuía a San Ambrosio. Erasmo, en el siglo XVI, fue el primero en levantar dudas sobre su autoría; a partir de entonces al autor se le llamó Ambrosiastro, o pseudo-Ambrosio. Los expertos han sugerido una gran variedad de nombres. San Agustín, citando un pasaje del comentario, lo atribuyó a San Hilario, y de ahí que algunos autores creían que quiso decir San Hilario de Poitiers o San Hilario de Pavia o el diácono cismático Hilario de Roma. Otros buscaron al autor en San Remigio, en el obispo pelagiano Julián de Eclana, en el escritor africano Ticonio, en el sacerdote cismático Faustino de Roma, o en el converso judío Isaac de Roma. Muchas de estas opiniones son meras conjeturas, o directamente opuestas a los hechos conocidos sobre el autor. La opinión más reciente es que el autor del comentario es también autor de una obra pseudo agustiniana, “Quaestiones Veteris et Novi Testamenti”. De acuerdo a una sugerencia hecha por Dom Germain Morin, O.S.B., y adoptada por A. Souter, el autor de estos comentarios fue un distinguido laico de rango consular, con el nombre de Décimo Hilariano Hilario.


Bibliografía: SOUTER, Un estudio sobre Ambrosiastro (Imprenta de la Universidad de Cambridge, 1905); BARDENHEWER, Patrología (Friburgo, 1901), 382, 387; NIRSCHL, Patrología (Mainz, 1883), II.

Fuente: Schaefer, Francis. "Ambrosiaster." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01406a.htm>.

Traducido por Javier Algara Cossío. L H M.