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Miércoles, 18 de diciembre de 2024

Simbolismo del pez

De Enciclopedia Católica

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ICHTHYS

Entre los símbolos empleados por los cristianos primitivos el del pez es probablemente el más importante. Mientras que el uso del pez en el arte pagano es antiguo y constante, la primera referencia literaria al simbólico pez es hecha por Clemente de Alejandría (n. cerca de 150), quien les recomienda a sus lectores (The Pedagogue III.11) que tengan sellos grabados con el pez o la paloma. Él no considero necesario dar ninguna razón para esta recomendación, por lo que se puede inferir seguramente que el significado de ambos símbolos era tan conocido por los cristianos que la explicación era innecesaria. De hecho, sabemos por las fuentes documentales que el pez simbólico era familiar para los cristianos mucho antes de que naciera el famoso alejandrino. En monumentos romanos como la Capella Greca y las Capillas del Sacramento de la Catacumba de San Calixto se pintaba el pez como símbolo en las primeras décadas del siglo II.

El símbolo como tal pudo haber sido sugerido por la milagrosa multiplicación de los panes y peces o por la comida de los siete discípulos a orillas del Mar de Galilea (Jn. 21,9), luego de la Resurrección; pero su popularidad entre los cristianos se debió principalmente, al parecer, al famoso acróstico compuesto por las letras iniciales de cinco palabras griegas que forman la palabra pez (Ichthys), palabras que describen breve pero claramente el carácter de Jesucristo y su pretensión a la adoración de los creyentes: Iesous Christos Theou Yios Soter, es decir, Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador. (Ver el discurso del emperador Constantino, "Ad coetum Sanctorum", c. XVIII). Es probable que esta fórmula cristiana se haya originado en Alejandría, y que haya sido hecha como una protesta contra la apoteosis pagana de los emperadores. En una moneda de Alejandría del reinado de Domiciano (81-96), este emperador es llamado Theou Yios (Hijo de Dios).

Entonces, la palabra Ichthys, así como la representación de un pez, tenía para los cristianos un significado de máxima importancia. Era una breve profesión de fe en la divinidad de Cristo, el Redentor de la humanidad. Los creyentes en este Ichthys místico eran ellos mismos "pequeños peces," de acuerdo con el conocido pasaje de Tertuliano (De baptismo, c. 1): "Nosotros, pequeños peces, a imagen de nuestro Ichthys, Jesús Cristo, nacemos en el agua."

La asociación de Ichthys con la Eucaristía se enfatiza fuertemente en el epitafio de Abercio, el obispo de Hierópolis en la Frigia del siglo II (ver Inscripción de Abercio), y en el epitafio algo posterior de Pectorio de Autun. En el antedicho monumento, Abercio nos dice que en su viaje desde su casa en Asia hacia Roma, en todos los sitios recibió como alimento "el Pez del manantial, el grande, el puro," así como " vino mezclado con agua, junto con pan." Pectorio también habla sobre el Pez como un delicioso alimento espiritual provisto por el "Salvador de los Santos." En los monumentos eucarísticos esta idea se expresa repetidamente de forma pictórica; la comida frente a los comensales es invariablemente el pan y el pez en dos platos separados. El significado característico dado al pez en esta relación se manifiesta en frescos tan antiguos como en la escena del Fractio Panis en el cementerio de Santa Priscila, y los peces sobre la hierba, cerca de las canastas que contienen el pan y vino, en la cripta de Lucina. (Ver Símbolos primitivos de la Eucaristía).

El símbolo del pez, sin embargo, no era representado exclusivamente junto con símbolos de la Eucaristía; frecuentemente se encuentra asociado con otros símbolos tales como la paloma, el ancla y el monograma de Cristo. Los monumentos, también, en los que aparece, desde el siglo I hasta el IV, incluyen frescos, esculturas, anillos, sellos, vasijas doradas, así como encolpia [1] de varios materiales. El tipo de pez pintado no requiere ninguna observación especial, excepto que, desde el siglo II, se empleó con frecuencia la forma del delfín. Se presume que la razón de esta selección en particular sea que, en la estima popular, al delfín se le consideraba como amigable hacia el hombre.

Además de los frescos eucarísticos de las catacumbas, un número considerable de objetos con el símbolo del pez han sido preservados en varios museos de Europa. Uno de los más interesantes, debido a la agrupación del pez con varios otros símbolos, es una gema tallada que se encuentra en el Museo Kircherian de Roma. A la izquierda hay un ancla en forma de T, con dos peces debajo del travesaño, seguida por una cruz en forma de T con una paloma en el travesaño y una oveja al pie, otra cruz en forma de T como el mástil de un barco, y el Buen Pastor llevando en hombros a la oveja perdida. Además de estos símbolos, las cinco letras de la palabra Ichthys están distribuidas alrededor del borde. Otra gema tallada antigua representa un barco sostenido por un pez, con palomas posadas sobre el mástil y la popa, y Cristo sobre las aguas rescatando a San Pedro.

Después del siglo IV, el simbolismo del pez desapareció gradualmente. Las representaciones de peces en las fuentes bautismales y en copas bautismales de bronce, como las encontradas en Roma y Tréveris, ahora en el Museo Kircherian, son simplemente de carácter ornamental, sugeridas posiblemente por el agua utilizada en el bautismo.


Fuente: Hassett, Maurice. "Symbolism of the Fish." The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/06083a.htm>.

Traducido por Pedro Royo. rc


NOTA:

[1] Encolpia: del griego egkolpion, “lo que se usa sobre el pecho”, es el nombre dado en la época cristiana primitiva a una especie de relicario usado alrededor del cuello, en el cual se guardaban reliquias tales como fragmentos de ropa manchados con la sangre de un mártir, pequeños pedazos de papiro con textos de la Biblia, partículas de la Cruz verdadera, etc.