Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Jueves, 21 de noviembre de 2024

Schola cantorum

De Enciclopedia Católica

Revisión de 18:52 5 nov 2010 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones) (Página creada con 'Un lugar para la enseñanza y práctica del canto eclesiástico, o un grupo de cantantes que se unían con el fin de ejecutar …')

(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar

Un lugar para la enseñanza y práctica del canto eclesiástico, o un grupo de cantantes que se unían con el fin de ejecutar la música en la Iglesia.

En la Iglesia primitiva el canto era interpretado por el clero, pero, con el fin de liberarlos de esto para que pudiesen fijar su atención más estrictamente en lo que se refería a su oficio, se introdujeron los cantantes entrenados para la parte musical de la liturgia. A veces se le acredita al Papa San Hilario (m. 438) la inauguración de la primera schola cantorum, pero fue Gregorio el Grande, según nos dice Juan el Diácono en su biografía, quien estableció la escuela sobre una base firme y la dotó. La casa en que se alojaba la schola fue reconstruida en 844 por el Papa Sergio II, el cual había sido entrenado en ella, como también lo fueron los Papas Sergio I, Gregorio II, Esteban III y Pablo I. Esta escuela romana proveía el coro para la mayoría de las funciones del Papa y era gobernada por un funcionario llamado prior scholae cantorum o simplemente cantor. A partir del prefacio del cardenal Thomasi hasta el antifonario del Vaticano del siglo XII, sabemos que, entre sus otros deberes, él tenía "que decirle a cada individuo, desde el día antes, cuál responsorio le tocaría cantar en el Oficio de la noche".

Desde Roma, la institución se extendió a otras partes de la Iglesia. Pepino, padre de Carlomagno, fue el primero que introdujo cantores romanos a Francia, y los colocó en Lyon. Carlomagno alentó la obra, y a través de su influencia se establecieron varias otras escuelas en su imperio, de las cuales una de las más famosas fue la de Metz, y otras muy conocidas fueron las de Hirschau, Corbie y San Gall. En Inglaterra, la difusión del canto romano se debió principalmente a San Benito Biscop y San Wilfrido. Varias de las catedrales (por ejemplo, York, Sarum, Hereford y Worcester) y muchas de las abadías (por ejemplo, Glastonbury y Malmesbury) tenían importantes scholæ cantorum unidas a ellas. La Reforma Protestante puso fin a las escuelas inglesas, mientras que en el extranjero parecen haber desaparecido cuando se comenzó a utilizar en las iglesias cantantes pagados, aunque tal vez el maîtrise o la escuela de coro de la catedral de hoy puede considerarse como su sucesor legítimo.

En los monasterios de la actualidad el nombre schola cantorum se aplica a menudo a ciertos monjes seleccionados cuyo deber es cantar las partes más elaboradas de la música litúrgica, tales como los graduales y aleluyas en la Misa, y el resto de la comunidad se une sólo en las partes más simples. El funcionario a cargo de tal schola se suele llamar el "chantre". Para finales del siglo XIX las principales escuelas de canto eclesiástico han estado en Ratisbona, Malinas, Einsiedeln, Beuron, y, la más grande de todas, Solesmes. En éstas se ha seguido con gran éxito el estudio de los manuscritos y la obra de restauración del canto tradicional de la Iglesia. La schola de Solesmes fue comenzada por Dom Guéranger y fue hábilmente proseguida por sus sucesores, DD. Pothier y Mocquereau. Este último fue chantre en Solesmes (ahora en la Isla de Wight, Inglaterra), mientras que la comisión a la que se le confió la obra de preparar la edición oficial del Vaticano estuvo presidida por el abad Pothier. (Vea Prosper Louis Pascal Guéranger, Abadía de San Solesmes.


Bibliografía: ARMFIELD in Dict. Christ. Antiq. (London, 1880), s.v.; ZIEGELBAUR, Hist. lit. O.S.B. (Augsburg, 1754).

Fuente: Alston, George Cyprian. "Schola Cantorum." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/13547b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina. rc