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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Epístolas de San Pedro

De Enciclopedia Católica

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Primera Epístola

Autenticidad

La autenticidad de las Epístolas de San Pedro, aceptada universalmente por la Iglesia primitiva, ha sido negada en los pasados siglos por críticos protestantes y racionalistas (Baur y la Escuela de Tübinga, Von Soden, Harnack, Jülicher, Hilgenfeld y otros), pero no puede ser cuestionada seriamente. Está bien establecida por argumentos extrínsecos e intrínsecos.

(1) Argumentos Extrínsecos: (a) En escritos de los siglos I y II, por ejemplo, las cartas de Justino a las Iglesias de Lión y Vienne, Ireneo, Clemente de Alejandría, Papías, Policarpo, Clemente de Roma, la “Didajé”, el “Pastor” de Hermas y otros. La Segunda Epístola de San Pedro, que incluso aquellos que cuestionan su autenticidad admiten que es muy antigua, alude a una epístola anterior escrita por el apóstol (3,1). Por lo tanto, la carta existió muy temprano y era considerada muy autoritativa. (b) La tradición también es unánime por la autoría de San Pedro. En los siglos II y III tenemos mucho testimonio explícito en ese sentido. Clemente y Orígenes en Alejandría, Tertuliano y Cipriano en África, Peshitto en Siria, Ireneo en la Galia, la antigua Itala e Hipólito en Roma, todos están de acuerdo en atribuirla a Pedro, como hicieron también los herejes, Basílides y Teodoro de Bizancio. (c) Todas las colecciones o las listas del Nuevo Testamento la mencionan como de San Pedro; el Canon Muratorio, que es el único que está en desacuerdo con esta tradición común, es oscuro y tiene marcas evidentes de corrupción textual, y la posterior restauración sugerida por Zahn, que parece mucho más probable, es claramente favorable a la autenticidad. Por otra parte Eusebio de Cesarea no duda en colocarla entre las Escrituras incuestionables.

(2) Argumentos Intrínsecos: El examen de la Epístola en sí misma es totalmente favorable a su autenticidad; el autor se llama a sí mismo Pedro, apóstol de Jesucristo (1,1); el autor llama “mi hijo” (5,13) a Marcos, que según los Hechos de los Apóstoles tenía tales relaciones cercanas con Pedro; el autor se representa como el discípulo inmediato de Jesucristo (1,1; 5,9.11-14); él ejerce desde Roma una jurisdicción universal sobre toda la Iglesia (5,1). Los numerosos lugares en los que parecería ser el testigo inmediato de la vida de Cristo (1,8; 2,21-24; 5,1), así como la similitud entre sus ideas y las enseñanzas de los Evangelios, están elocuentemente a favor de la autoría apostólica (cf. Jacquier, 251). Por último, algunos autores consideran que la epístola y los sermones de San Pedro relatados en los Hechos muestran una analogía en base y forma que prueba un origen común. Sin embargo, es probable si no cierto que el apóstol hizo uso de un intérprete, especialmente de Silvano; San Jerónimo dice: “las dos epístolas atribuidas a San Pedro difieren en estilo, carácter y en la construcción de las palabras, lo cual prueba que, según las exigencias del momento, San Pedro utilizó los servicios de varios intérpretes” (Ep. CXX ad Hedib.). Pedro mismo parece insinuar esto: Dia Silouanou houmin . . . egrapha (5,12), y los versos finales (12-14) parecen haber sido añadidos por el apóstol mismo. Sin negar que Pedro era capaz de usar y hablar el griego, algunos autores consideran que no podía escribirlo en la forma casi clásica de esta epístola. Sin embargo, es imposible determinar con exactitud la participación de Silvano; es probable que la escribió de acuerdo con las instrucciones del apóstol, y que insertó las ideas y exhortaciones sugeridas por él.

Objeciones: (a) La relación entre la Primera Epístola de Pedro y las Epístolas de Pablo, especialmente Romanos y Efesios, no prueba, como se ha afirmado (Jülicher), que la epístola fue escrita por un discípulo de Pablo. Esta relación, que algunos críticos han exagerado demasiado, no prueba una dependencia literaria ni evita que esta Epístola posea una originalidad característica en ideas y forma. La semejanza se explica fácilmente si se admite que Pedro empleó a Silvano como intérprete, pues éste había sido compañero de Pablo, en consecuencia, pudo haber sentido la influencia de su doctrina y manera de hablar. Además, Pedro y Silvano estaban en Roma, donde se escribió la carta, y ellos naturalmente se habrían familiarizado con las Epístolas a los Romanos y a los Efesios, escrita unos meses antes y destinadas, al menos en parte, a los mismos lectores. (b) Se ha afirmado que la Epístola presupone una persecución oficial y general en el Imperio Romano y que denota un estado de cosas correspondiente al reinado de Vespasiano, l incluso del de Domiciano o Trajano, pero la información que da es demasiado indefinida para concluir que se refiere a una de estas persecuciones en lugar de la de Nerón; además, algunos autores consideran que la Epístola no supone del todo una persecución oficial, y que las alusiones se explican fácilmente mediante las incontables dificultades y molestias a las que los judíos y paganos sometían a los cristianos.

Destinatarios; Ocasión y Objeto

Fecha y Lugar de Composición

Análisis

Segunda Epístola

Autenticidad

Destinatarios; Ocasión y Objeto

Fecha y Lugar de Composición

Análisis

Bibliografía: DRACH-BAYLE, Epitres catholiques (París, 1873); HUNDHAUSEN, Die beiden Pontificalhereiben des Apostelfursten Petrus (Maguncia, 1878); CORNELY, Hist. Et crit. Introductio in U. T. libros sacros, III, Introductio specialis (París, 1886); BEELEN, Hetniewe Testament (Brujas, 1891); JULICHER, Einleitung in das neue Testament (1894); KUHL, Briefe Petri und Judoe (Gottingen, 1897); HORT, The First Epistle of St. Peter (Londres, 1898); VON SODEN, Briefe des Petrus (Friburgo, 1899); HARNACK, Gesch. der altchrist. Literatur, die Chronologie (Leipzig, 1900); MONNIER, La premiere epitre de Pierre (Macon, 1900); ZAHN, Grundriss der Gesch. des neutestamntlichen Kanons (Leipzig, 1901); TRANKLE, Einleitung in das neue Test. (Friburgo, 1901); BIGG, A Critical and Exegetical Commentary on the Ep. of St. Peter and St Jude (Edimburgo, 1902); CEULEMANS, Comment. in epist. catholicas et apocalypsim (Malinas, 1904); HENKEL, Der zweite Brief des Apostelfursten petrus gepruft auf seine Echtheit (Friburgo, 1904); BELSER, Einleitung in das neue Test. (Freiburg, 1905); CALMES, Epitres cathol. Apocalypse (París, 1905); WEISS, Der erste Petrus brief und die neuere Kritik (Lichterfelde, 1906); DILLENSEGER, L'authenticite' de la II Petri in Melanges de la faculte' orientale (Beirut, 1907); CALLEWAERT in Revue d'hist. eccles. (Lovaina, 1902, 1907); JACQUIER, Hist. des livres du N. Test. (París, 1908); BRASSAC, Manuel bibl. (París, 1909); VANSTEENKISTE-CAMERLYNCK, Comment. in epist. cathol. (Brujas, 1909).

Fuente: Vander Heeren, Achille. "Epistles of Saint Peter." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. 12 Aug. 2016 <http://www.newadvent.org/cathen/11752a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina