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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Carácter

De Enciclopedia Católica

Revisión de 21:49 2 oct 2015 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones) (Psicología y Carácter)

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El significado técnico que el término carácter posee en la controversia teológica es muy distinto al que se le atribuye en el lenguaje de la vida común, así como en la literatura dedicada a la psicología, la ética y la educación. El interés que rodea a la concepción de carácter en estas últimas ramas de la especulación ha estado en constante aumento durante los últimos cien años.

Psicología y Carácter

El término carácter tiene diferentes matices en diferentes contextos. En general, podemos decir que el carácter es la expresión de la personalidad de un ser humano, y que se manifiesta en su conducta. En este sentido todo hombre tiene un carácter. Al mismo tiempo, los animales no tienen carácter, sino sólo los seres humanos: implica racionalidad. Pero además de este uso, el término también se emplea en un sentido más estricto, como cuando hablamos de un hombre "de carácter". En esta connotación carácter implica una cierta unidad de cualidades con un grado reconocible de constancia o fijeza en el modo de acción. Es el quehacer de la psicología analizar los elementos constitutivos del carácter, trazar las leyes de su crecimiento, distinguir las principales agencias que contribuyen a la formación de diferentes tipos de carácter y clasificar dichos tipos. Si se ha de construir algo que se acerque a una ciencia de carácter, debe ser una psicología especial. A fines del siglo XIX y principios del XX los psicólogos franceses nos dieron una gran cantidad de observaciones agudas sobre el tema del carácter. Los principales de ellos fueron: MM. Azam, Pérez, Ribot, Paulhan, Fouilloe y Malapert. Todavía estas contribuciones no constituyen una ciencia.

El comportamiento de cada ser humano, en cualquier fase de su existencia es el resultado de un complejo conjunto de elementos. La manera en que apercibe o recibe ciertas impresiones presentes, el tipo de pensamientos que ellas despiertan, los sentimientos particulares con las que son asociadas en su mente, y las voliciones especiales a las que dan lugar son en cierta medida peculiares a sí mismo, a pesar de la naturaleza común en la que participa con otros hombres. Tomados en conjunto se dice que constituyen o, con mayor precisión tal vez, revelan su carácter.

En cualquier época de la vida madura el carácter de un hombre es el resultado de dos clases distintas de factores: los elementos originales o heredadas de su ser y los que él mismo ha adquirido. Por un lado, cada ser humano comienza con una cierta naturaleza o disposición ---una dotación natural de capacidades para el conocimiento y los sentimientos y las tendencias hacia voliciones y acción--- que varía con cada individuo. Esta disposición depende en parte de la estructura del organismo corporal y especialmente del sistema nervioso que ha heredado; en parte, quizá, también en su alma que ha sido creada. Forma su individualidad al comienzo de la vida; e incluye susceptibilidades para responder a las influencias externas, y potencialidades para el desarrollo de diversas formas que difieren con cada ser humano. Un error fundamental en la psicología inglesa desde Locke a John Stuart Mill fue el ignorar o subestimar esta diversidad de aptitud nativa en diferentes individuos.

Gran parte del tratamiento asociacionista del desarrollo de la mente humana procedió sobre el supuesto de igualdad o similitud original de la facultad mental, y por lo tanto tendió a atribuir todas las diferencias posteriores a una diversidad de circunstancias. Exageró grandemente lo que se ha llamado el papel desempeñado por la crianza en comparación con el de la naturaleza. Pasó por alto el hecho de que la capacidad y disposición original de la mente individual determina en gran medida la forma en que debe apropiarse de la experiencia que le presente su ambiente. Este error fue peculiarmente desfavorable para afrontar una explicación adecuada del carácter. Desde Darwin ha habido un retorno a la doctrina más antigua y más verdadera que reconoce plenamente la importancia de la dotación original de cada individuo. Pues, aunque el propio autor del "Origen de las Especies" exageraba la influencia del medio ambiente en su teoría biológica, él y sus seguidores fueron llevados a poner un gran énfasis en la herencia y la transmisión de padres a hijos de las variaciones individuales y hábitos adquiridos.

Los Cuatro Temperamentos

Tipos de Caracteres

Etología

Ética y Cáracter

Educación y Carácter

Fuente: Maher, Michael. "Character." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. 2 Oct. 2015 <http://www.newadvent.org/cathen/03584b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina