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Lunes, 25 de noviembre de 2024

Órgano

De Enciclopedia Católica

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(Griego, organon, "un instrumento")

Instrumento musical que consiste de una o varias series de tubos, de los cuales cada tubo da un solo tono, y el cual es soplado y tocado por medios mecánicos.

Origen y desarrollo

En cuanto al material de sonido se refiere, el órgano tiene su prototipo en la siringa, o tubo de pan, un pequeño instrumento que consiste en varios tubos de diferente longitud atados juntos en una fila. La aplicación del mecanismo se acredita a Ctesibio, un mecánico que vivió en Alejandría alrededor del 300 a.C. De acuerdo a las descripciones de Vitrubio (que ahora se cree generalmente que escribió alrededor del año 60 d.C.) y Herón (algo más tarde que Vitruvio), el órgano de Ctesibio fue un instrumento de tal perfección que no se volvió a lograr hasta el siglo XVIII. Los fuelles diseñados por Ctesibio consistían de dos partes, igual que en el órgano moderno: la primera servía para comprimir el aire (los “alimentadores”); la segunda, para almacenar el aire comprimido, el “viento”, y mantenerlo a una presión uniforme (el “depósito”). Para el primer propósito Ctesibio utilizó bombas de aire con manijas para trabajar cómodamente. La segunda, la parte más interesante de su invento, fue construida de la siguiente manera: un vaso en forma de campana colocado boca abajo en un recipiente de bronce era apoyado a un par de pulgadas sobre el fondo de la vasija por unos cuantos bloques. Luego se vertía agua en la vasija hasta que pasara a cierta distancia por encima de la boca de la campana. En la parte superior de la campana se instalaban tubos que conectaban con las bombas de aire, así como otros que conectaban con los tubos del órgano. Por tanto, cuando se accionaban las bombas de aire, el aire dentro de la campana se comprimía y empujaba un poco del agua en el fondo del envase. En consecuencia, el nivel del agua subía y mantenía el aire dentro comprimido. Cualquier aire tomado de la campana para suministrar las tuberías, naturalmente, tenía una tendencia a elevar el nivel del agua en la campana y a disminuir el del agua afuera. Pero si el suministro desde las bombas de aire se mantenía ligeramente en exceso de la demanda de los tubos, de modo que siempre escapase parte del aire a través del agua en burbujas, siempre se mantendría una presión muy pareja. Esto es lo que se hizo en realidad, y el burbujeo del agua, a veces descrito como "hirviendo", siempre fue importante en los relatos del instrumento.

Sobre la vasija se colocó una caja plana que contenía una serie de canales que correspondían al número de filas de tubos. Vitruvio habla de órganos que tenían cuatro, seis u ocho filas de tubos, con igual cantidad de tantos canales. A cada canal se le suministraba el aire de la campana por un tubo de conexión, y se le insertaba un grifo a cada tubo para cortar el viento a voluntad. Sobre la caja que contenía los canales se colocó una tabla, en cuyo lado inferior se cortaron surcos transversales a los canales, y en los surcos se insertaron correderas que se podían mover hacia adentro y hacia afuera. En las intersecciones de los canales y surcos, se cortaron verticalmente agujeros a través de la placa superior y, en consecuencia, a través de la cubierta superior de los canales. Entonces los tubos quedaban sobre los agujeros de la tabla superior, y cada fila representaba una progresión en forma de escala, de pie junto a su propio canal, y todos los tubos pertenecientes a la misma tecla de pie sobre el mismo surco. Los reguladores también fueron perforados, y sus agujeros correspondían a los de la tabla superior y al techo de los canales. Por lo tanto, cuando la corredera se colocaba de manera que sus agujeros estaban alineados con los orificios superiores e inferiores, el viento podría pasar a través de los tres agujeros hacia el tubo de arriba; pero si se sacaba un poco la corredera, sus porciones sólidas reducían la conexión entre los agujeros en el techo de los canales y los de la tabla superior, y el viento no podía pasar. Hubo, pues, un doble control de los tubos. Por medio de los grifos, se podía admitir el viento a cualquiera de los canales, y así proveerle a todos los tubos sobre ese canal, pero sólo obtendrían aire los tubos cuya corredera estuviese en la posición correcta. Una vez más, por medio de la corredera, se podía dejar pasar el aire a los tubos que estaban en la fila transversal, pero sólo entraría aire a los tubos a cuyos canales se había dejado pasar el aire por medio de los grifos. Este doble control sigue siendo un principio rector en la actual construcción de órganos, y una hilera de tubos, que difieren en el tono, pero con la misma calidad de sonido, se llama una parada, ya que su suministro de aire puede ser detenido por una acción. No es muy seguro que significaban las paradas en los órganos antiguos. Es muy poco probable que las diferentes paradas representasen diferentes calidades de tono, como en el órgano moderno. Lo más probable es que representaban diferentes "modos". Para la conveniencia en el manejo de las correderas cada una estaba provista de una palanca angular, de modo que al presionar hacia abajo un brazo de la palanca, la corredera se empujaba hacia dentro; si se soltaba la palanca, un resorte empujaba la corredera hacia afuera.

Este órgano, llamado hydraulus, u organum hydraulicum, por el agua utilizada en el fuelle, gozó de gran popularidad. Escritores como Cicerón son fuertes en su alabanza. Incluso los emperadores se enorgullecían de tocarlo. Se utilizaba para aumentar los placeres en los banquetes y se asociaba especialmente con el teatro y el circo. Numerosas representaciones, sobre todo en las monedas llamadas contorniatos, también dan testimonio de su reputación general. En un primer período nos encontramos con órganos en los que los fuelles eran sustituidos por bombas de aire. No es seguro si en estos órganos se prescindía del aparato de agua. Sin embargo, sería extraño que se hubiese descontinuado el uso de este importante medio de regular la presión del aire, mientras que el hydraulus aún estaba en boga.

Alrededor del siglo VI la construcción de órganos parece haber pasado a la Europa Occidental, mientras que continuó en el Imperio de Oriente. Fue un gran acontecimiento cuando, en 757, el emperador Constantino V Coprónimo le regaló un órgano al rey Pipino. En 826 un sacerdote veneciano llamado Georgio construyó un órgano en Aquisgrán, posiblemente siguiendo las instrucciones dejadas por Vitruvio. Poco después la construcción de órganos parece haber florecido en Alemania, pues se nos dice ( Baluze, "Misc."., V, 480) que el Papa Juan VIII (872-80) le pidió a Anno, el obispo de Freising, que le enviara un buen órgano y un organista.

Para esta época el aparato hidráulico para la igualación de la presión del aire sin duda había sido abandonado probablemente porque en los climas nórdicos el agua podía congelarse en invierno. Por lo tanto, se le suministraba el viento a las tuberías directamente desde el fuelle. Para conseguir algo parecido a un flujo regular de viento, era necesario contar con un número de fuelles operados por varios hombres. Así, un órgano en la catedral de Winchester, construido en 951, el cual contenía 400 tubos y veintiséis fuelle, necesitaba setenta hombres para soplar. Estos setenta hombres, evidentemente, trabajaban en relevos. Es muy probable que un hombre accionara un fuelle, pero el trabajo era tan agotador que cada hombre podía continuar sólo por un corto tiempo. Los fuelles se oprimían, ya sea por medio de una manija o por el ventilador que había sobre ellos. Parece que el dispositivo de dar peso a los fuelles ---de modo que el ventilador se limitara solamente a levantar la placa superior y dejar que el peso lo presionara de nuevo hacia abajo--- fue descubierto a principios del siglo XVI.

Otro punto en el que el órgano medieval fue inferior al hydraulus, fue la ausencia de paradas. Había, de hecho, varias hileras de tubos, pero no podían ser detenidos. Todos los tubos que pertenecían a una de las teclas sonaban siempre juntos, cuando se oprimía esa tecla. Así, el órgano Winchester tenía diez tubos para cada tecla. No sabemos qué diferenciaba estos varios tubos; pero parece que en una fecha temprana se introdujeron tubos para reforzar los armónicos del tono principal, que daban la octava, duodécima y sus duplicados en octavas aún más altas. Entonces, para compensar estos tubos de alta frecuencia, se sumaron otros que daban la octava más baja, e incluso la segunda octava más baja. A falta de una acción de parada, la variedad de la calidad del sonido era, por supuesto, inalcanzable, a menos que se tuviesen diferentes órganos tocando alternadamente. Incluso el órgano Winchester tenía dos teclados, que representaban prácticamente dos órganos (algunas autoridades piensan que había tres). A partir de una descripción contemporánea nos enteramos de que había dos organistas (o tres, según algunos), cada uno manejando su propio "alfabeto". El término alfabeto se explica por el hecho de que cada corredera tenía escrito el nombre alfabético de la nota. El nombre moderno “clave” se refiere al mismo hecho, sin embargo, de acuerdo a Zarlino ("Istitutioni armoniche", 1558), de manera indirecta: dice que las letras del alfabeto colocadas al comienzo del pentagrama guidoniano (vea neuma , p. 772, col. 2) fueron llamadas claves (claves, clefs) ya que revelaban los secretos del pentagrama, y que, por lo tanto, el mismo nombre se aplicó a las palancas de instrumentos como el órgano inscritas con las mismas letras alfabéticas.

Mientras que en el órgano de Winchester, los dos teclados principales pertenecían a un órgano, sabemos que solía haber dos órganos totalmente independientes en el mismo edificio. A los más pequeños de ellos se les llamaba “portátiles” porque podían ser transportados. Éstos se conocían en Francia en el siglo X (Viollet-le-Duc, “Instruments de musique”, p. 298). A uno más grande se le llamó "positivo", ya que estaba fijo, pero, de nuevo, parece haber sido distinto de un instrumento aún más grande conocido simplemente como el órgano. Más tarde, cuando en realidad se combinaron varios órganos en el mismo instrumento, a una de las divisiones más livianos se le llamó "positivo". Este nombre se conserva todavía en el continente, mientras que en los países angloparlantes se ha cambiado a "órgano de coro".

Hubo aún otro instrumento de la clase órgano llamado un "real". Su particularidad era que, en vez de tubos, tenía cañas, fijadas en un extremo y libres para vibrar en el otro, el cual fue, por lo tanto, el precursor de nuestro moderno armonio. En el siglo XIV se construían los órganos con diferentes teclados colocados uno sobre el otro, donde cada uno controlaba su propia división del órgano. Poco después se diseñaron acopladores, es decir, aparatos mecánicos por los cual una tecla pulsada en un teclado (o manual) al mismo tiempo tiraría hacia abajo la tecla correspondiente en el otro. La invención de un teclado especial para ser tocado con los pies, y por lo tanto llamado "pedales", también se coloca en el siglo XIV. A veces las teclas del pedal simplemente bajaban claves manuales por medio de una cuerda; a veces tenían sus propias filas de tubos, como en algunos órganos suecos del siglo XIV se descritos por C.F . Hennerberg en una ponencia leída en el Congreso Internacional de Música en Viena, en 1909 ("Bericht", 91 ss., Viena y Leipzig, 1909).

Organeros famosos

El órgano al servicio de la Iglesia

Ejecución del órgano

Bibliografía

No hay una buena historia del órgano. Un buen libro sobre el órgano antiguo es DEGERING, Die Orgel (Münster, 1905); cf. MACLEAN, The Principle of the Hydraulic Organ in Quarterly Mag. of the International Musical Society, pt. 2 (Leipzig, 1905), y Schlesinger, Researches into the Origin of the Organs of the Ancients, ibid., pt. 2 (Leipzig, 1901). Sobre la historia posterior, WILLIAMS, The Story of the Organ (Londres, 1903) es bastante confiable. La parte histórica de HOPKINS Y RIMBAULT, The Organ, Its history and Construction (London, 1877), aunque fuera de fecha, todavía es útil. Obras adicionales son: RITTER Zur Geschichte des Orgelspiels im 14. bis 18. Jahrhundert (Leipzig, 1884): WANGEMANN, Geschichte der Orgel (Leipzig, 1887); GRÉGOIRE, Histoire de l'orgue (Amberes, 1865); HINTON, Story of the Electric Organ (Londres, 1909); BEWERUNGE, Die Röhrenpneumatik in Kirchenmusikalisches Jahrbuch (Ratisbona, 1905); BUHLE., Die musikalischen Instrumente in den Miniaturen des frühen Mittelalters; I. Die Blasinstrumente (Leipzig, 1903); VIOLLET-LE-DUC, Dictionnaire raissonné du mobilier français de l'époque Carolingienne à la Renaissance: II. Instruments de musique (Pari}ís, 1874).

Las principales obras sobre la construcción del órgano son: AUDSLEY, The Art of Organ-Building (2 vols., 4º, Nueva York y Londres, 1905); ROBERTSON, A Practical Treatise on Organ-Building (Londres, 1897); TÖPFER-ALLIHN, Die Theorie und Praxis des Orgelbaues (Weimar, 1888) HILL, Organ Cases and Organs of the Middle Ages and Renaissance (2 vols., folio, Londres, 1883, 1891); WEDGWOOD, Dictionary of Organ Stops (Londres, 1905); MATTHEWS, A handbook of the Organ (Londres, 1897) (trata también del toque del órgano); DIENEL, Die moderne Orgel (Berlin, 1891); SCHWEITZER, Deutsche u. französische Orgelbaukunst und Orgel-kunst (Leipzig. 1906); CASSON, The Modern Organ (Denbigh, 1883); IDEM, The Pedal Organ (Londres, 1905); IDEM, Modern Pneumatic Organ Mechanism (Londres, 1908); SWANTON, Lecture on Organ Blowing (Londres, 1905); International Rules for Organ Building, issued by the Third Congress of the International Musical Society (Leipzig, 1909).

La legislación eclesiástica sobre el toque del órgano aparece en el Cæremoniale Episcoporum y en los Decretos de la Sagrada Congregación de Ritos. Esta última, en la medida que concierne al tema, aparecen juntas convenientemente en AUER, Die Entscheidungen der h. Riten-Kongregation in Bezug auf Kirchenmusik (Ratisbona y Nueva York, 1901).

Fuente: Bewerunge, Henry. "Organ." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11297a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina.