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Miércoles, 1 de mayo de 2024

Nestorio y nestorianismo

De Enciclopedia Católica

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El heresiarca

Nestorio, que dio su nombre a la herejía nestoriana, nació en Germanicia en Siria Eufratense ( fecha desconocida) y murió en la Tebaida, Egipto cerca del año 451. Vivía como sacerdote y monje en el monasterio de Euprepio cerca de las murallas, cuando fue elegido por el emperador Teodosio II como patriarca de Constantinopla, para suceder a Sisinio. Era famoso por su elocuencia, y la popularidad de la memoria de San Juan Crisóstomo entre la gente de la ciudad imperial pudo haber influido para que el emperador eligiera a otro sacerdote de Antioquía como obispo de la corte. Fue consagrado en abril de 428 y parece que dejó una excelente impresión.

No perdió tiempo en mostrar su celo contra los herejes. A los pocos días de su consagración mandó a derrumbar una capilla arriana, y persuadió a Teodosio a que emitiera un severo edicto contra la herejía al mes siguiente. Confiscó las iglesias macedonias en el Helesponto, y tomó medidas contra los cuartodecimanos (N. del T.: los que celebraban la Pascua en la luna de marzo, aunque no cayese domingo) que quedaban en Asia Menor. También atacó a los novacianos a pesar de la buena reputación de su obispo. Sin embargo, no expulsó a los refugiados pelagianos de Occidente, por no estar bien informado de su condena diez años antes. Le escribió dos veces al Papa Celestino pidiendo información sobre el tema. No recibió contestación, pero Mario Mercator, un discípulo de San Agustín, publicó una memoria sobre el asunto en Constantinopla, y la presentó al emperador, que debidamente proscribió a los herejes.

A finales de 428 o a más tardar a principios de 429, Nestorio predicó el primero de sus famosos sermones contra la palabra Theotokos, y detalló su doctrina antioquena sobre la Encarnación. El primero en levantar la voz contra él fue Eusebio, un laico, después obispo de Dorileo y acusador de Eutiques. Dos sacerdotes de la ciudad, Felipe y Proclo ambos candidatos fracasados al patriarcado, predicaban contra Nestorio. Felipe, conocido como Sidetes, por Sides, su lugar de nacimiento, autor de una historia larga y discursiva, hoy perdida, acusó al patriarca de herejía. Proclo (que le sucedería más tarde en la candidatura) predicó un florido pero perfectamente ortodoxo sermón, existente, al que Nestorio respondió en un discurso improvisado que también se conserva.

Todo esto causó, naturalmente, gran conmoción en Constantinopla, sobre todo entre el clero, que no estaba bien dispuestos hacia los forasteros de Antioquía. San Celestino condenó inmediatamente la doctrina. Nestorio había acordado con el emperador en 430 la reunión de un concilio. Ahora intentó acelerarlo y se emitieron las convocatorias a los patriarcas y metropolitanos el 19 de noviembre, antes de que la sentencia del Papa, entregada a través de San Cirilo de Alejandría, se hubiera comunicado a Nestorio (6 de diciembre). Nestorio fue condenado y el emperador, tras mucho retraso y vacilación, la ratificó y fue confirmada por Sixto III.

La suerte de Nestorio era una muy ardua. Había sido entregado por el Papa a la misericordia de su rival Cirilo; se le había conminado a aceptar antes de diez días, bajo pena de deposición, no una definición papal, sino una serie de anatemas redactados en Alejandría bajo la influencia de falsificaciones de apolinaristas. No todo el concilio le había condenado, sino sólo una parte, que no había esperado a la llegada de los obispos de Antioquía. Él se había negado a reconocer la jurisdicción de este número incompleto y había rehusado a comparecer o presentar alguna defensa. No fue expulsado de su sede porque el débil emperador cambió de idea.

Pero Nestorio era orgulloso: no dio muestras de ceder o ponerse de acuerdo, no presentó ningún recurso de apelación a Roma. Se retiró a su monasterio de Antioquía con dignidad y aparente sensación de alivio. Sus amigos; Juan de Antioquía y sus partidarios, le abandonaron y por el deseo del emperador, a principio de 433 hizo las paces con Cirilo y después con Teodoreto. Los obispos sospechosos de apoyarle fueron depuestos y un edicto de Teodosio II, del 30 de julio de 435, condenó sus escritos a la hoguera. Unos años después, Nestorio fue obligado a dejar su retiro y fue exiliado al Oasis. Una vez en una incursión de los nubios (no los blemis) se lo llevaron y lo devolvieron a la Tebaida con una mano y una costilla fracturadas. Se entregó al gobernador para que no se le acusara de haber huido.

El descubrimiento de la versión siríaca de la (perdida) apología griega por Nestorio, escrita por él mismo, ha despertado nuevo interés sobre el asunto de su ortodoxia personal. El (mutilado) manuscrito, de una antigüedad de casi 800 años, conocido como el “Bazar de Héraclides” y reeditado como “Liber Heraclidas” por el P. Bedjan (Paris, 1910), revelan el persistente odio vinculado al nombre de Nestorio, que al final de su vida tuvo que sustituir por un pseudónimo. En esa obra proclama que su fe es la del famoso “Tomo”, o Carta de León Magno a San Flaviano y excusa su fallo de no apelar a Roma, por el prejuicio general del que fue víctima. Debemos citar aquí un bello pasaje en el “Bazar” sobre el Sacrificio Eucarístico que dice así: “Hay algo incorrecto en ti que quiero poner ante ti en una pocas palabras, para inducirte a corregirlo, porque eres rápido en ver lo que es apropiado. ¿Cuál es esta falta? Actualmente los misterios se presentan ante los fieles como la comida concedida por el rey a su soldados. Pero el ejército de los creyentes no se ve por ninguna parte, sino que el viento de la indiferencia los barre como paja junto con los catecúmenos. Y Cristo es crucificado en el símbolo [kata ton tupon], sacrificado por la espada de la oración del sacerdote; pero igual que cuando estaba en la Cruz, ve que sus discípulos han huido. Terrible es esta falta---una traición a Cristo cundo no hay persecución, una deserción de los discípulos que abandonan al maestro cuando no hay guerra (Loofs, "Nestoriana", Halls, 1905, p. 341).

Los escritos de Nestorio fueron originalmente muy numerosos. Como se dijo arriba, el “Bazar” se publicó en París en 1910 en la única traducción en que sobrevivió: la siríaca. Loofs examinó minuciosamente, juntó y editó el resto de los fragmentos de Nestorio. Sus sermones muestran una elocuencia real, pero queda muy poco del original griego. Las traducciones latinas de Mario Mercator son muy pobres de estilo y el texto está mal conservado. Batiffol ha atribuido a Nestorio muchos sermones que nos han llegado bajo el nombre de otros autores; tres de San Atanasio, dos de San Hipólito, tres de Anfiloquio de Iconio, treinta y ocho de Basilio de Seleucia, siete de San Juan Crisóstomo; pero Loofs y Baker no aceptan esa atribución. Mercati ha señalado cuatro fragmentos en un escrito de Inocencio, obispo de Maronia (ed. Amelli in "Spicil. Cassin.", I, 1887), y fragmentos armenios que han sido publicados por Ludtke.

La herejía

Bibliografía: Para bibliografía vea San Cirilo de Alejandría, Concilio de Éfeso, Dióscoro. Aquí se puede añadir, sobre Nestorio: GARNIER, Opera Marii Mercatoris, II (Paríis, 1673); P.L., XLVII, 669; TILLEMONT, Memoires, XIV; ASSEMANI, Bibliotheca Orient., III, pt 2 (Rome, 1728); LOOFS en Realencyklopadie, s.v. Nestorio; FENDT, Die Christologie des Nestorius (Munich, 1910); BATIFFOL en Revue Biblique, IX (1900), 329-53; MERCATI en Theolog. Revue VI (1907), 63; LUDTKE en Zeitschr. Fur Kirchengesch. XXIX (1909), 385.

Sobre la lucha temprana con el nestorianismo: ASSEMANI, Bibliotheca Orentalis, III, partes 1 y 2 (Roma, 1728); DOUCIN, Histoire du Nestorianisme (1689).

Sobre los nestorianos persas: los historiadores monofisitas MICHAEL SYRUS, ed. CHABOT (París, 1899) y BAR HEBREO, ed. ABBELOOS Y LAMY (París, 1872-77); el SAHRASTANI islámico, ed. CURETON (Londres, 1842); y especialmente la rica información en los textos nestorianos mismos; GISMONDI, Maris Amri et Slibae de patriarchis Nestoranis commentaria, e codd. Vat.; the Liber Turris (Arábigo y latín, 4 partes, Roma, (1896-99); BEDJAN, Histoire de Mar Jab-Alaha (1317), patriarche, et de Raban Saumo (2nd ed., Paris, 1895); Synodicon of Ebedjesu en MAI, Scriptorum vett. Nova. Coll., X (1838); BRAUN, Das Buch der Synhados (Stuttgart y Viena, 1900); CHABOT, Synodicon Orientale, ou recueil de Synodes Nestoriens in Notes of Extraits, Synhados (Stuttgart y Viena, 1900); Chabot Synodicon Orentale, ou recueil de Synodes Nestoriens in Notes et Extraits, XXXVII (París, 1902); GUIDI, Ostsyrische bischofe und Bischofsitze in Zeitschrift der Morgen landl. Gesellsch., (1889), XLII, 388; IDEM, Gli statuti della scuola di Nisibi (Syriac text) en Giornaale della Soc. Asiatica Ital., IV; ADDAI SCHER, Chronique de Seert, histoire Nestorienne (arábigo y francés), y Cause de la fondation des ecoles (Edesa and Nisibis) en Patrologia Orentalis, IV (Paris, 1908). Vea también PETERMANN Y KESSLER en Realencyklop., s.v. Nestorianer; FUNK en Kirchenlex., s.v. Nestorius und die Nestorianer; DUCHESNE, Hist. Ancienne de l'eglise, III (París, 1910). –Sobre el "Monumento Nestoriano", vea PARKER en Revista de Dublín, CXXXI (1902), 2, p. 3880; CARO Y HOLM, El Monumento Nestoriano (Londres, 1910).

Fuente: Chapman, John. "Nestorius and Nestorianism." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/10755a.htm>.

Traducido por Pedro Royo. lhm