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Martes, 19 de marzo de 2024

Publio Helvio Pertinax

De Enciclopedia Católica

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Emperador romano (31 de diciembre de 192); nació en Alba Pompeya en Liguria el 1 de agosto de 126; murió en Roma el 28 de marzo de 193. Hijo de un liberto, enseñó gramática en Roma antes de entrar al ejército. Debido a su habilidad militar y su competencia en los empleos civiles, fue nombrado pretor y cónsul. Sus servicios en la campaña contra Avidio Casio llevaron a Marco Aurelio para darle a Pertinax el comando en jefe del ejército a lo largo del Danubio, una posición que él llenó con tal distinción que Marco Aurelio le nombró sucesivamente gobernador de Moesia, Dacia y Siria.

Cómodo primero le nombró comandante en jefe de las tropas de Gran Bretaña; luego lo designó como gobernador en África, y finalmente lo hizo prefecto de la ciudad de Roma. A causa de una conspiración en contra de Cómodo, muchas personas inocentes, incluyendo a Pertinax, fueron desterradas. Después del estrangulamiento de Cómodo, Pertinax fue proclamado emperador por los soldados a sugerencia de Leto, prefecto de la guardia pretoriana. Pertinax se hizo elegir como jefe del Estado una vez más por los senadores y revivió el título de "Princeps Senatus"; el primer día de su reinado asumió el título de "Pater Patriæ". Trató de restablecer el orden en la administración del Estado. Al vender en una subasta los muebles costosos y la placa de Cómodo y por una administración frugal, antes de tres meses fue capaz de hacer donaciones de dinero a la gente y dar a la guardia pretoriana la generosidad prometida. También fue capaz de reanudar las obras públicas. Separó los terrenos públicos de los que pertenecían al emperador, trató de lograr el reasentamiento de las fincas abandonadas, para hacer volver a los desterrados arbitrariamente, y llevar a juicio a los informadores. Rechazó el título de Augusta para su esposa, o la de César para su hijo hasta que él se hubiese ganado el honor.

Cuando los pretorianos vieron que el emperador intentaba restablecer la antigua disciplina, y cuando el prefecto Leto notó que se esforzaba por limitar su propia influencia, levantó a los soldados de la guardia contra el emperador. Después suprimir la revuelta del cónsul, Sosio Falco, Pertinax se negó a condenarlo a muerte, aunque el Senado había decretado su ejecución. Varios pretorianos eran sospechosos de ser miembros de la conspiración; Leto condenó a muerte a éstos sin juicio e hizo creer a los soldados que se hizo por orden imperial. Los pretorianos ahora resolvieron deponer a Pertinax. Una noche, una turba de alrededor de dos centenares de soldados se dirigió al palacio para asesinar al emperador. Este último salió a ellos sin armas, con la esperanza de calmarlos por su influencia personal. Sus palabras impresionaron a los amotinados y pusieron sus espadas en las vainas de nuevo, cuando de repente un soldado de caballería cayó sobre Pertinax y lo apuñaló en el pecho. Esto incitó a los otros que cayeron sobre Pertinax; ensartaron la cabeza del emperador en una lanza y la llevaron por las calles de la ciudad al campo. Severo, el segundo sucesor de Pertinax, le deificó.


Bibliografía: SCHILLER, Gesch. der röm. Kaiserzeit, I, pt. II (Gotha, 1883); VON DOMASZEWSKI, Gesch. der röm. Kaiser (Leipzig, 1909).

Fuente: Hoeber, Karl. "Publius Helvius Pertinax." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11732a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.