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Viernes, 26 de abril de 2024

Iglesia de Antioquía

De Enciclopedia Católica

Revisión de 00:19 6 ago 2010 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones) (Origen e historia de la ciudad)

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Origen e historia de la ciudad

Vea además el artículo Antioquía.

(Avrtoxeta, Antiocnia),

Del vasto imperio conquistado por Alejandro el Grande se formaron muchos estados, uno de ellos compuesto por Siria y otros países al este y al oeste de la misma. Este reino cayó en suerte a uno de los generales del conquistador, Seleuco Nicátor, o Seleuco I, fundador de la dinastía de los seléucidas. Hacia el año 300 a.C. fundó una ciudad a orillas del Orontes inferior, a unas veinte millas de la costa de Siria, y a una corta distancia por debajo de Antigonia, la capital de su derrotado rival Antígono. La ciudad que fue llamada Antioquía, por Antíoco, el padre de Seleuco, estaba destinada a ser la capital del nuevo reino. Estaba situada en la ladera norte del Monte Silpio, en un sitio agradable y bien elegido, que se extendía hasta el Orontes, que allí fluye de este a oeste. Creció rápidamente a grandes proporciones; se le añadieron nuevos barrios o suburbios, por lo que en última instancia, consistió en cuatro ciudades delimitadas por las tantas paredes distintas y por una muralla común, que con la ciudadela llegaba a la cima del Monte Silpio.

Cuando Pompeyo (64 a.C.) convirtió a Siria en una provincia romana, Antioquía continuó siendo la metrópolis de Oriente. También se convirtió en la residencia de los legados, o gobernadores, de Siria. De hecho, Antioquía, después de Roma y Alejandría, fue la ciudad más grande del imperio, con una población de más de medio millón. Cuando los emperadores venían a Oriente, la honraban con su presencia. Los seléucidas, así como los gobernantes romanos compitieron entre sí para adornar y enriquecer la ciudad con estatuas, teatros, templos, acueductos, baños públicos, jardines, fuentes y cascadas; una amplia avenida con cuatro filas de columnas, que formaban pórticos cubiertos en cada lado, atravesaban la ciudad de este a oeste hasta una distancia de varias millas. Su lugar de placer más atractivo fue la hermosa arboleda de laureles y cipreses llamada Daphne, a unas cuatro o cinco millas al oeste de la ciudad. Era famosa por su parecido a un parque, por su magnífico templo de Apolo y por el pomposo festival religioso que se celebraba allí en el mes de agosto; de ahí que a Antioquía a veces se le llamaba Epidafne.

La población incluía una gran variedad de razas. Había macedonios y griegos, sirios y fenicios nativos, judíos y romanos, además de un contingente de la Asia lejana; muchos acudían allí porque Seleuco les había dado a todos el derecho de la ciudadanía. No obstante, siempre se mantuvo predominantemente una ciudad griega. Los habitantes no gozaban de una gran reputación por el aprendizaje o la virtud; se dedicaban excesivamente al placer, y fueron universalmente conocidos por sus bromas y sarcasmo. No pocos de sus rasgos peculiares han llegado hasta nosotros a través de los sermones de San Juan Crisóstomo, las cartas de Libanio, el "Misopogon" de Julián, y otras fuentes literarias. No siempre se podía depender de su lealtad a la autoridad imperial. A pesar de estos defectos, siempre hubo en Antioquía un cierto número de hombres, especialmente en la colonia judía, que se dedicaban a los pensamientos serios, incluso a los pensamientos de la religión.

Después del siglo V Antioquía perdió gran parte de su tamaño e importancia. Fue azotada por terremotos frecuentes, no menos de diez desde el siglo II a.C. hasta finales del siglo VI d.C. Dos veces fue capturada y saqueada por los persas, en los años 260 y 540 d.C. En esta última ocasión fue casi completamente destruida, pero fue reconstruida por el emperador Justiniano I (527-565) en una escala mucho más pequeña, y la llamó Teópolis. Se dice que una gran parte de sus muros se mantuvo hasta 1825, un ejemplar de la arquitectura militar del siglo VI. En el año 638 fue tomada por los mahometanos, fue restaurada por el Imperio Bizantino en 969, y reconquistada por los selyúcidas en 1084. Desde 1098 hasta 1268 estuvo en manos de los cruzados y sus descendientes; el sultán Bibars de Egipto la tomó en 1268; y en 1517 entró con Siria al imperio turco. La antigua y populosa metrópolis de Oriente es ahora el pequeño pueblo de Antakia con cerca de 145,000 habitantes (vea Alepo).

Cristianismo de Antioquía

Patriarcado de Antioquía

Patriarcado latino de Antioquía

Sínodos de Antioquía

Bibliografía: MOMMSEN, Römische Geschichte (Berlín, 1886), V; RENAN, Les apôtres (París, 1894); St. Paul (París, 1893); ABBÉ FOUARD, Saint Peter (trad. al inglés, Nueva York, 1892); Saint Paul (trad. al inglés Nueva York, 1899); DöLLINGER, Christenthum und Kirche (Ratisbona, 1868); J. M. NEALE, The Patriarchate of Antioch (continuación póstuma de su Holy Eastern Church) (Londres, 1873); TREPPNER, Das Patriarchat von Antiochien (Friburgo, 1891); STIFTER, The Church of Antioch in Bibliotheca Sacra (1900), LVII, 645-659; S. VAILHÉ L'ancien patriarchat d'Antioche, in Echos d'Orient, 1899, 216-227; C. DIEHL, Justinien et la civilisation byzantine au VIe siècle (París, 1901); HARNACK, Mission und Ausbreitung des Christenthums (Leipzig, 1902); DUCHESNE, Histoire ancienne de l'église (París, 1906); IDEM, Christian Worship (trad. al inglés Londres, 1904); BINGHAM, Antiquities of the Christian Church (Londres, 1710), I; THOMASSEN, Discipline de l'église (Bar-le-Duc, 1864) I; BINTERIM, Denkwürdigkeiten (Maguncia, 1838) III; PHILIPPS, Kirchenrecht (Ratisbona, 1857) II; HEFELE, Conciliengesch. (2da. ed., Friburgo, 1886) I.—Las antigüedades profanas de Antioquía se describen en la obra clásica de OTTFRIED MÜLLER, Antiquitates Antiochenæ (Göttingen, 1839). Cf. R. FÖRSTER, Antiochia am Orontes in Jahrb. d. kaiser. deutsch. Inst. (1897) XII, 103, sq., y DAMIANI, Antioch During the Crusades, en Archæologia (18906) XV, 234-263; también REY, Recherches hist. et géogr. sur la domination des Latins en Orient (París, fd 1877). Las antigüedades eclesiásticas medievales del patriarcado son descritas en dos importantes obras: ASSEMANI, Bibliotheca Orientale etc. (Roma, 1719-28), y LEQUIEN, Oriens Christianus (París, 1740); cf. STREIBER, dAntiochien en Kirchenlex., I, 941-962, y LECLERCQ en Dict. d'arch. et de liturg. chrét., I, coll. 2359- 2427. Extensas bibliografías aparecen en esta última obra (coll. 2625-26) y en CHEVALIER, Rép. des sources hist. f(Topo-Bibl.), I, 168-170.

Fuente: Schaefer, Francis. "The Church of Antioch." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01567a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina.