Hosio de Córdoba
De Enciclopedia Católica
En la carta del Concilio de Sárdica, dada en Atanasio "Apología contra Arrianos", C. XLIV, se habla de Hosio como “uno que por su edad, su confesión, y los muchos trabajos que ha realizado, es digno de reverencia”. La explicación sugerida del símbolo de Nicea no consiguió la aprobación del concilio. (Hefele, p. 758). Después de Sárdica lo perdemos de vista durante diez años hasta que el Papa Liberio le escribe una carta (cerca del 353) tras la caída de Vicente de Capua. El prestigio dado a la causa ortodoxa por el apoyo del venerable Hosio llevó a los arrianos a presionar a Constancio II, que lo llamó a Milán (Gwatkin, p. 292). Se negó a condenar a Atanasio o mantener la comunión con los arrianos. Impresionó de tal manera al emperador que le autorizó a volver a casa. Pero la continua presión de los arrianos llevó al emperador a escribirle una carta preguntándole si solamente él iba a permanecer obstinado. En respuesta, Hosio envió al emperador su valiente carta protestando de que el emperador se metiera en asuntos eclesiásticos, que se ha conservado en Atanasio (Hist. Arianorum, 42-45, cf. Migne, P. L., VIII, 1327-1332), lo que hizo que se le ordenara ir a Sirmium (finales del 353).
Los hechos relacionados con los últimos días de su vida están lejos de ser claros. Firmó, bajo presión, la declaración conocida como la segunda fórmula sirmiense (la primera era la profesión de fe de 351) que fue publicada como la fórmula de Hosio. El texto original en latín se ha preservado en San Hilario "De Synodis", c. XI (Migne, P. L., X, 598), el griego en Atanasio "De Syn.", 28. Rehusó, sin embargo, abandonar a Atanasio que habla de él como lapso “por un momento”. Tras haber servido al propósito por el que los arrianos le habían traído a Sirmium probablemente volvió a España donde murió. Una adición posterior a Atanasio declara que se retractó en su lecho de muerte. Los defensores de Hosio dicen que la concesión que se le arrancó ha sido enormemente magnificada y mal interpretada. Pero se discute que Atanasio no pudo haber tenido ante él todos los hechos cuando escribió y que la segunda fórmula sirmiense es claramente heterodoxa.
Bibliografía: TILLEMONT, Mémoires, etc. (Venice, 1732), VII, 300-321, 711-716, da las referencias a las fuentes originales; MACEDA, Hosius vere Hosius, Hosios alethos Hosios, h.e., Hosius vere innocens vere sanctus, Dissertationes Duœ (Bologna, 1790); GAMS, Die Kirchengeschichte von Spanien (Ratisbon, 1864), II, 1-309; III (1879), 384-490; MORSE in Dict. Christ. Biog., s. v.; DALE, El Sínodo de Elvira (Londres. 1882), 312 sqq.; GWATKIN, Estudios del Arrianismo (Londres, 1882); SEECK, Untersuchungen zur Geschichte des Nicänischen Konzils in Zeitschrift für Kirchengeschichte, XVII (1897), 1-71, 319-362; DEL CASTILLO, Les Véritables Grands d'Espagne: Osius évéque de Cordove, Etude historique (Namur, 1898); LECLERCQ, L'Espagne Chrétienne (Paris, 1905), 90-121; CHAPMAN, Los Primeros Ocho Concilios y la Infalibilidad Papal (Londres, 1906), 11; HEFELE, Histoire des Conciles, tr. LECLERCQ (Paris, 1907), I; DUCHESNE, Histoire Ancienne de l'Eglise (Paris, 1908), II, 139, 261, 283, 290.
Fuente: Myers, Edward. "Hosius of Cordova." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/07475a.htm>.
Traducido por Pedro Royo. L H M.