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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «San Edmundo Campion»

De Enciclopedia Católica

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Fue un jesuita inglés y mártir, fue hijo de un librero católico y nació en Londres el 25 de enero de 1540. Fue ejecutado en Tyburn el 1 de diciembre de 1581. Una compañía de la ciudad envió al prometedor niño a la escuela de gramática y al hospital de la Iglesia de Cristo.
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[[Mártir]] y jesuita (ver [[Compañía de Jesús]] inglés, hijo y homónimo de un librero católico.  Nació en [[Londres]], [[Inglés]] el 25 de enero de 1540 y  fue ejecutado en Tyburn el 1 de diciembre de 1581. Una compañía de la ciudad envió al prometedor niño a una [[escuela]] de gramática y al [[Hospital]] de la [[Iglesia]] de Cristo. Cuando [[María Tudor]] hizo su entrada a [[Londres]] con gran ceremonia como una reina, él fue el colegial escogido para dar el discurso en latín a su majestad. Sir Tomás White, alcalde, quien construyó y dotó al San Juan College de [[Oxford]], aceptó a Campion como uno de sus primeros alumnos, le nombró hermano menor a los diecisiete años,  y, en su agonía,  le dio su último mensaje para la [[familia]] académica.   Campion brilló en Oxford en 1560, especialmente cuando pronunció un elogio fúnebre en el segundo entierro de  [[Amy Robsart]], y otro en el funeral del fundador de su [[colegio]]; y durante los siguientes doce años él fue seguido e imitado como ningún otro [[hombre]] lo había sido en una [[universidad]] inglesa, excepto él mismo y  [[Newman]]. Se graduó con  dos carrerasllegó a ser un tutor famoso en 1568, censor menor.   La reina Isabel había visitado Oxford dos años antes, ella y Dudley, entonces canciller, conquistados por la conducta, belleza e ingenio de Campion le rogaron que pidiera lo que quisiera. Los éxitos, responsabilidades locales, tentaciones, su natural facilidad de carácter, los razonamientos, sobre todo de su amigo el [[Obispo]] Cheyney de Gloucester, cegaron a Campion sobre su trayectoria como [[católico]]:  tomó el [[Juramento]] de Supremacía y órdenes de [[diácono]] de acuerdo al nuevo [[rito]].
 
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Sus pensamientos subsiguientes se tornaron en [[escrúpulos]], los escrúpulos en angustia, cortó con su feliz vida en Oxford cuando su cargo de censor terminó,  y se trasladó a [[Irlanda]], a esperar la reapertura de la Universidad de [[Dublín]], una antigua fundación papal temporalmente suprimida. Sir Henry Sydney, un agregado de lord, estuvo interesado en el futuro de Campion tanto como en el nuevo fervor religioso, el cual, sin embargo, fracasó. Con Felipe Sydney, quien en ese entonces era un muchacho, Campion  tendría una  conmovedora entrevista  en 1577.   Como demasiado [[católico]] mirado como [[anglicano]], Campion se volvió sospechoso y estaba expuesto al peligro. Escondido en casa  de sus amigos, compuso su tratado llamado “Una Historia de [[Irlanda]]”. Lo escribió desde el punto de vista inglés, y los nativos irlandeses se sintieron ofendidos;  y en el siguiente siglo [[Geoffrey Keating]] lo criticó severamente en su “Historia Irlandesa de [[Irlanda]]”.  
Cuando María Tudor hizo su entrada en Londres como una reina, nuestro personaje fue seleccionado con el fin de que diera la salutación en latín, ofrecida a su majestad. Sir Tomás White, lord mayor, quien construyó y dotó al San Juan Collage de Oxford, aceptó a Campion como uno de sus primeros académicos. Le nombró integrante del colegio y cuando estaba muriendo, le comunicó el último mensaje del benefactor para la familia del lord.
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Impulsado a un esfuerzo adicional por el [[celo]] de [[Gregory Martin]], cruzó a Inglaterra disfrazado y con un nombre falso y  llegó a [[Londres]] a [[tiempo]] para ser [[testigo]] del juicio de uno de los primeros  [[mártires]] oxonienses:   [[Dr. John Storey]].   Campion entonces reconoció su [[vocación]] y se apresuró a entrar al [[seminario]] en [[Douai]]. Cecil lamentó ante Richard Stanihurst, lo que llamó la expatriación de uno de los “diamantes de [[Inglaterra]]”.   En [[Douai]], Campion continuó sus  cursos teológicos y su grado menor, pero entonces se fue como peregrino descalzo a [[Roma]], arribando allí justo antes de la muerte de [[San Francisco Borja]];. “porque eso pretendo”, como lo dijo en su [[examen]]  “a entrar a la [[Compañía de Jesús]], de eso hacer voto y ser profeso.”. Esto realizó enseguida en abril (1573), siendo el primer [[novicio]] en ser recibido por Mercuriano, el cuarto general.   Como la provincia inglesa aún no existía, fue designado a la de [[Bohemia]], entrando en el [[noviciado]] de Praga y pasando su año de probación en [[Brunn]], en [[Moravia]]. Al regresar a [[Praga]], enseñó en el [[colegio]] y escribió un par de [[dramas]] sagrados, siendo ordenado (ver [[ordenación]]) allí en 1578. Mientras tanto, el Dr. Allen estaba organizando el trabajo [[apostólico]] en la misión inglesa, y se alegró de lograr que fueran los padres Robert Parsons y Edmund Campion sus primeros asistentes [[jesuitas]].   En el jardín en [[Brunn]], Campion había tenido una visión, en la cual [[Nuestra Señora]] le predijo su [[martirio]]. Sus compañeros de Praga deciden hacer un pergamino para P. Edmundo Campion, mártir  y a [[pintar]] una [[guirnalda]] de rosas profética en su celda. Parsons y Campion salen de [[Roma]], tuvieron muchas aventuras, y fueron reclamados por  [[San Carlos Borromeo]] en [[Milán]] y por [[Beza]] en Génova.
 
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Campion se encontró en [[Londres]] con un fiel amigo recién [[convertido]], el cual le proveyó ropa adecuada, armas y caballo. Su función principal era recuperar los católicos que estaban vacilantes o contemporizando  bajo la tiranía gubernamental, pero su [[celo]] por ganar [[protestantes]], sus prédicas,  su total [[personalidad]] santa y soldadesca, dejaron  una profunda y general impresión. Se produjo una alarma y él  huyó al norte, donde de nuevo comenzó a escribir y produjo su famoso panfleto “Diez Razones”. Regresó a [[Londres]], sólo para retirarse de nuevo, esta [[vez]] a Norfolk. Un espía, antiguo mayordomo de la familia Roper, George Eliot, estaba tras sus huellas, y lo capturó, junto con otros,  el 17 de julio de 1581 en Lyford Grange, cerca de Wantage.  
Campion tuvo un papel destacado en Oxford en 1560, especialmente cuando dio lectura a la oración fúnebre para Amy Robsart, y otra más en honor al fundador del colegio. Durante los siguientes doce años él fue seguido e imitado como ningún otro hombre lo había sido en la universidad inglesa, excepto Newman. Curso dos carreras y llegó a ser un autor famoso. En 1568 ya ocupaba un sitio en la carrera académica de profesorado.
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En medio de escenas de violenta (ver [[violencia]]) excitación, Campion fue burlonamente paseado por  las calles de su ciudad natal, atado de pies y manos, cabalgando de espaldas y con un cartel en su sombrero señalando al  “jesuita sedicioso”. Primero fue tirado al calabozo Little Ease en la Torre, luego fue llevado privadamente a la casa de su ex patrón, Leicester; allí se encontró con la propia reina, y recibió serias promesas de libertad si renunciaba a su papismo. Habiendo Hopton tratado en vano las mismas lisonjas,  fue llevado de regreso a la Torre y examinado bajo tortura,   y se informó que había traicionado a quienes lo habían protegido.   Se realizaron varios arrestos fundados en mentiras.   El había solicitado un debate público. Pero cuando se le concedió, en la [[capilla]] normanda de la Torre, ante el [[Decano]] de San Pablo y otros teólogos, a Campion se le había negado la oportunidad de preparar su disertación, y había sido torturado severamente. Debilitado, estuvo presente en las cuatro largas conferencias sin contar con una silla, mesa o notas, y se mantuvo de pie invicto. A consecuencia de esto, [[Felipe Howard]],  conde de Arendel, quien observaba lleno del [[orgullo]] mundano, tuvo la inspiración de retornar al servicio de [[Dios]]. El consejo privado, no sabiendo qué hacer o decir sobre un traidor puramente “espiritual”, tramaron un complot para poner en tela de juicio la lealtad de Campion, y llamaron a los asalariados  Eliot y Munday como acusadores.  
 
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Un juicio ridículo se realizó en la alcaldía de [[Westminster]] el 20 de noviembre de 1581. Campion, declarándose no culpable, le era completamente imposible mantener en alto su tantas veces retorcido brazo derecho; viendo esto un compañero [[prisionero]], quien primero le [[besó]], le levantó el brazo. Campion presentó una magnífica defensa. Pero la [[sentencia]] fue a muerte, por ahorcamiento, estiramiento y descuartizamiento:  una [[sentencia]] recibida por los [[mártires]]  con un grito jubiloso de [[Haec Dies]] y [[Te Deum]]. Campion, con [[Sherwin]] y [[Briant]], quienes estaban en un cañizo separado, fueron llevados en una rastra tirada por caballos a Tyburn el 1 de diciembre. Al pasar el [[arco]] de Newgate, se levantó tanto como pudo para saludar una [[imagen]]  de [[Nuestra Señora]], que se hallaba in situ.  
La reina Elizabeth había visitado Oxford dos años antes, ella y el rector del colegio fueron impresionados por la brillantez de Campion, quien llegó a tener éxito y responsabilidades, utilizando para ello su natural predisposición. Fue amigo del obispo Cheyney de Gloucester. Cegado por lo que creyó era su deber como católico, tomó el juramento de supremacía y se puso a disposición de celebrar los nuevos ritos.
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En el cadalso, interrumpido y provocado a expresar su opinión sobre la [[Bula]] de [[Pío V]] por medio de la cual [[excomulgaba]] a la reina Isabel, él respondió sólo con una [[oración]] por ella “vuestra reina y mi reina”. El fue un inglés [[católico]] con opiniones políticas que no eran las de Allen, sin embargo él murió, lo mismo que hizo [[Felton]] alguna vez, por la [[supremacía]] de la [[Santa Sede]]. El pueblo lamentó su destino a gritos y comenzó una nueva cosecha de conversiones.   A un joven impetuoso y  de corazón generoso, [[Henry Walpole]], que estaba cerca, se le manchó su jubón blanco con la sangre de Campion.   Este incidente lo convirtió también, con el tiempo, en un jesuita y [[mártir]].  
 
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Historiadores de todas las escuelas están de acuerdo que los cargos contra Campion fueron un simulacro al por mayor. Ellos alaban su gran inteligencia, su bella jovialidad, su fogosa energía, su muy caballerosa gentileza. Había renunciado a toda oportunidad de una deslumbrante carrera en un mundo de hombres magistrales. Cada tradición de Edmundo Campion, cada fragmento de  sus palabras escritas, y no menos en sus cartas doradas no estudiadas, nos muestran que él fue nada menos que  un hombre de genio, uno de los grandes isabelinos, pero [[santo]]  como ninguno de ellos.  
Campion se llenó de angustia cuando su protectorado en Oxford fue finalizando y se fue a Irlanda, a la espera de que la Universidad de Dublín se reabriera, se trataba de una antigua fundación papal que ya estaba como extinta. Sir Henry Sydney, un agregado de lord, estuvo muy interesado en el futuro de Campion. Con Felipe Sydney, quien en ese entonces era un muchacho, Campio tuvo en 1577 una importante entrevista.
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Fue beatificado por el papa [[León XIII]] el 9 de diciembre de 1886 y canonizado (ver [[canonización]] por el papa [[Paulo VI]] en 1970. Sus [[reliquias]] se conservan en [[Roma]] y  [[Praga]], en [[Londres]], [[Oxford]], Stonyhurst y Roehampton. Un retrato no muy convincente fue hecho muy pronto luego de su muerte por Gesu en [[Roma]], bajo la supervisión de muchos que le habían conocido. De esto hay una copia en óleo en Stonyhurst, y una grabada brillantemente en [[Hazart’s]], “Kerckelycke Historie” (Antwep, 1669), Vol. III (Enghelandt, etc).  
 
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Fuente:  CAMPION,  Historia de Irlanda, primero publicado por STANIHURST en HOLINSHED, Chronicles (1587), luego en el libro de WARE (1633). Hibernia Press (Dublin, 1809); Edmundi CampianiDecem Rationes et alia Opuscula, editado por Antwerp, 1631; Narratio Divortii Henrici VIII, Regis Angliae, ab Uzore et ab Ecclesia, HARPESFIELD. SIMPSON, Edmund Campion, Jesuit Protomartyr of England (London, 1866; reissued, London, 1907). CHALLONER, Memoirs of Missionary Priests; FOLEY, Records of the English Province of the Society of Jesus, and STANTON, Menology of England and Wales.  
Como un católico que podía ser asociado a lo anglicano, Campion se volvió sospechoso, y estaba expuesto al peligro. Escondiéndose en casas de sus amigos, fue como compuso su tratado llamado “Una Historia de Irlanda”. Lo escribió desde el punto de vista inglés, y provocó reacciones de ofensa entre irlandeses. Este trabajo fue severamente criticado en el siglo siguiente, por Geoffrey Keating en su “Historia Irlandesa de Irlanda”.
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L.I. GUINEY Transcripción de John C. Lacroix  
 
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Traducido al español por Giovanni E. Reyes  
Con la influencia de Gregory Martin, cruzó a Inglaterra utilizando otro nombre. Llegó a Londres a tiempo para ser testigo del juicio de otro mártir en Oxford: John Storey. Campion entonces reconoció su vocación y fue al seminario en Douai. Cecil lamentó ante Richard Stanihurst, lo que llamó la expatriación de uno de los “diamantes de Inglaterra”.
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Recisiado y corregido por Luz María Hernández Medina
 
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En Douai, Campion permaneció asociado a cursos teológicos y con bajo perfil, luego hizo un peregrinaje descalzo a Roma, arribando allí justo antes de la muerte de San Francisco Borgia. “Lo digo de una manera significante”, indicó en su examen al entrar en al “Compañía de Jesús, sobre la cual juró y llegó a profesar”. Esto sucedió en abril de 1573, siendo inicialmente recibido como novicio por los “mercurianos”.
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Como la delimitación provincial inglesa aún no existía, fue a Bohemia, entrando en el noviciado de Praga y pasando su probación en Brunn, en Moravia. Regresando a Bohemia, enseñó en el colegio y escribió un par de dramas sagrados, siendo ordenado allí en 1578. Mientras tanto, el Dr. Allen estaba organizando el trabajo apostólico en la misión inglesa, y obtuvo que fueran los padres Robert Parsons y Edmund Campion sus primeros asistentes jesuitas.
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En un jardín en Brunn, Campion tuvo la una visión, en la cual Nuestra Señora le predijo su martirio. Sus compañeros se hicieron eco de tal situación y decidieron hacer un pergamino donde se dejara constancia del evento, y a pintar un cuadro en su celda. Parsons y Campion fueron a Roma y llegaron a tener muchas aventuras, incluyendo las de Milan y Beza en Génova, en las que estuvieron asociados con San Carlos Borromeo. Campion fue vestido y acondicionado en Londres por un joven recién convertido.
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Su oficina jugó un papel importante en la situación de los católicos que eran asediados bajo la presión de la tiranía gubernamental. Pero él continuó con su labor en la prédica y en su aspiración por ganar las voluntades de los protestantes, todo esto iba dejando una profunda impresión. A todo ello, se le dio un alarma y huyó al norte, donde escribió su famosa obra “Decem Rationes”. Regresó a Londres, sólo para huir de nuevo, esta vez a Norfolk. Un espía, un delegado de la familia Roper, George Eliot, estaba tras su pista, y llegó a capturarlos el 17 de julio de 1581 en Lyford Grange, cerca de Wantage.
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Entre escenas impresionantemente violentas, Campion fue llevado en medio de las calles de su ciudad natal, atado de pies y manos, y con un cartel en su sombrero que le señalaba como un “jesuita sedicioso”. Primero fue enviado a la Torre, luego a la casa privada de su ex patrón, Leicester; allí se encontró con la propia reina quien le ofreció libertad y prerrogativas a cambio de arrepentimientos. Hopton ya había tratado en vano de obtener lo mismo. Luego fue de regreso a la Torre donde fue torturado, y se reportó que había llegado a traicionar a quienes lo habían protegido.
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Varios arrestos fueron realizados con base en mentiras. Campion pidió una disputa pública. Pero cuando la petición se concretó y estuvo frente al Decano de San Pablo y otras personalidades, a Campion se le negó la oportunidad de preparar su debate. Debilitado, estuvo presente en las cuatro largas conferencias sin contar con una silla, mesa o notas, y se mantuvo de pie, no derrotado. Felipe Howard, quien estaba bajo el influjo del orgullo mundano, llegó a estar inspirado por un retorno al servicio de Dios. El concejo concluyó indicando que era un “traidor espiritual”, se había conjurado un complot para destituir la lealtad de Campion, y Elios y Munday fueron colocados como acusadores.
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Un curioso juicio se desarrolló en la alcaldía de Westminster el 20 de noviembre de 1581. Campion se pronunció como no culpable, siendo casi incapaz de mantener en alto su brazo derecho, ante lo cual, un compañero prisionero quien primero le besó, le levantó su brazo ayudándole. Campion presentó una magnífica defensa. Pero la sentencia fue a muerte, por ahorcamiento o ahogamiento. Una sentencia que los mártires recibieron con gozo a manera de un Te Deum. Campion, conjuntamente con Sherwin y Briant, fueron llevados a Tyburn el 1 de diciembre. Al pasar el arco de Niégate, nuestro personaje se levantó tanto como pudo a fin de saludar una representación de Nuestra Señora, que se hallaba en las cercanías.
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Ante la presentación de la Bula de Pío V por medio de la cual excomulgaba a la reina Elizabeth, él respondió con una oración por la monarca, “su reina y mi reina”. El fue un inglés católico con opiniones políticas, murió por la primacía de la Santa Sede. El pueblo intensamente lamentó su destino, y muchos se convirtieron al catolicismo. Un joven de corazón generoso, Henry Walpole, que se encontraba cerca del lugar del martirio, quedó con su ropa con manchas de sangre. Este incidente hizo que él, con el tiempo, también fuera un jesuita y un mártir.
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Existen historiadores y académicos, que no se manifiestan de acuerdo con los cargos imputados contra Campion. Ellos alaban su gran inteligencia, su fuerza, energía, su gentileza. Había renunciado ante las oportunidades de tener una carrera en el mundo. En las tradiciones que quedan, en sus palabras escritas y en sus cartas, se nos manifiesta como un hombre de genio, como uno de los grandes elizabetistas, pero santo, como ninguno de ellos.
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Fue beatificado por el Papa León XIII el 9 de diciembre de 1886, y canonizado por el Papa Paulo VI en 1970. Sus reliquias se preservan en Roma, en Pragua y Londres, Oxford, Stonyhurst y Roehampton. Un retrato que no es muy convincente fue hecho casi inmediatamente luego de su muerte por Gesu en Roma, bajo la supervisión de muchos que le habían conocido. De esto hay una copia en óleo en Stonyhurst, y un grabado brillante en Hazart, “Kerckelycke Historie” (Antwep, 1669), Vol. III (Enghelandt, etc).
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Notas
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CAMPION'S Historie of Ireland, primero publicado por STANIHURST en HOLINSHED, Chronicles (1587), luego en el libro de WARE (1633). Hibernia Press (Dublin, 1809); Edmundi Campiani Decem Rationes et alia Opuscula, editado por Antwerp, 1631; Narratio Divortii Henrici VIII, Regis Angliae, ab Uzore et ab Ecclesia, HARPESFIELD. SIMPSON, Edmund Campion, Jesuit Protomartyr of England (London, 1866; reissued, London, 1907). CHALLONER, Memoirs of Missionary Priests; FOLEY, Records of the English Province of the Society of Jesus, and STANTON, Menology of England and Wales.  
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L.I. GUINEY
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Transcripción de John C. Lacroix
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Traducido al español por Giovanni E. Reyes
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Revisión de 04:45 22 ago 2008

Mártir y jesuita (ver Compañía de Jesús inglés, hijo y homónimo de un librero católico. Nació en Londres, Inglés el 25 de enero de 1540 y fue ejecutado en Tyburn el 1 de diciembre de 1581. Una compañía de la ciudad envió al prometedor niño a una escuela de gramática y al Hospital de la Iglesia de Cristo. Cuando María Tudor hizo su entrada a Londres con gran ceremonia como una reina, él fue el colegial escogido para dar el discurso en latín a su majestad. Sir Tomás White, alcalde, quien construyó y dotó al San Juan College de Oxford, aceptó a Campion como uno de sus primeros alumnos, le nombró hermano menor a los diecisiete años, y, en su agonía, le dio su último mensaje para la familia académica. Campion brilló en Oxford en 1560, especialmente cuando pronunció un elogio fúnebre en el segundo entierro de Amy Robsart, y otro en el funeral del fundador de su colegio; y durante los siguientes doce años él fue seguido e imitado como ningún otro hombre lo había sido en una universidad inglesa, excepto él mismo y Newman. Se graduó con dos carreras, llegó a ser un tutor famoso y en 1568, censor menor. La reina Isabel había visitado Oxford dos años antes, ella y Dudley, entonces canciller, conquistados por la conducta, belleza e ingenio de Campion le rogaron que pidiera lo que quisiera. Los éxitos, responsabilidades locales, tentaciones, su natural facilidad de carácter, los razonamientos, sobre todo de su amigo el Obispo Cheyney de Gloucester, cegaron a Campion sobre su trayectoria como católico: tomó el Juramento de Supremacía y órdenes de diácono de acuerdo al nuevo rito. Sus pensamientos subsiguientes se tornaron en escrúpulos, los escrúpulos en angustia, cortó con su feliz vida en Oxford cuando su cargo de censor terminó, y se trasladó a Irlanda, a esperar la reapertura de la Universidad de Dublín, una antigua fundación papal temporalmente suprimida. Sir Henry Sydney, un agregado de lord, estuvo interesado en el futuro de Campion tanto como en el nuevo fervor religioso, el cual, sin embargo, fracasó. Con Felipe Sydney, quien en ese entonces era un muchacho, Campion tendría una conmovedora entrevista en 1577. Como demasiado católico mirado como anglicano, Campion se volvió sospechoso y estaba expuesto al peligro. Escondido en casa de sus amigos, compuso su tratado llamado “Una Historia de Irlanda”. Lo escribió desde el punto de vista inglés, y los nativos irlandeses se sintieron ofendidos; y en el siguiente siglo Geoffrey Keating lo criticó severamente en su “Historia Irlandesa de Irlanda”. Impulsado a un esfuerzo adicional por el celo de Gregory Martin, cruzó a Inglaterra disfrazado y con un nombre falso y llegó a Londres a tiempo para ser testigo del juicio de uno de los primeros mártires oxonienses: Dr. John Storey. Campion entonces reconoció su vocación y se apresuró a entrar al seminario en Douai. Cecil lamentó ante Richard Stanihurst, lo que llamó la expatriación de uno de los “diamantes de Inglaterra”. En Douai, Campion continuó sus cursos teológicos y su grado menor, pero entonces se fue como peregrino descalzo a Roma, arribando allí justo antes de la muerte de San Francisco Borja;. “porque eso pretendo”, como lo dijo en su examen “a entrar a la Compañía de Jesús, de eso hacer voto y ser profeso.”. Esto realizó enseguida en abril (1573), siendo el primer novicio en ser recibido por Mercuriano, el cuarto general. Como la provincia inglesa aún no existía, fue designado a la de Bohemia, entrando en el noviciado de Praga y pasando su año de probación en Brunn, en Moravia. Al regresar a Praga, enseñó en el colegio y escribió un par de dramas sagrados, siendo ordenado (ver ordenación) allí en 1578. Mientras tanto, el Dr. Allen estaba organizando el trabajo apostólico en la misión inglesa, y se alegró de lograr que fueran los padres Robert Parsons y Edmund Campion sus primeros asistentes jesuitas. En el jardín en Brunn, Campion había tenido una visión, en la cual Nuestra Señora le predijo su martirio. Sus compañeros de Praga deciden hacer un pergamino para P. Edmundo Campion, mártir y a pintar una guirnalda de rosas profética en su celda. Parsons y Campion salen de Roma, tuvieron muchas aventuras, y fueron reclamados por San Carlos Borromeo en Milán y por Beza en Génova. Campion se encontró en Londres con un fiel amigo recién convertido, el cual le proveyó ropa adecuada, armas y caballo. Su función principal era recuperar los católicos que estaban vacilantes o contemporizando bajo la tiranía gubernamental, pero su celo por ganar protestantes, sus prédicas, su total personalidad santa y soldadesca, dejaron una profunda y general impresión. Se produjo una alarma y él huyó al norte, donde de nuevo comenzó a escribir y produjo su famoso panfleto “Diez Razones”. Regresó a Londres, sólo para retirarse de nuevo, esta vez a Norfolk. Un espía, antiguo mayordomo de la familia Roper, George Eliot, estaba tras sus huellas, y lo capturó, junto con otros, el 17 de julio de 1581 en Lyford Grange, cerca de Wantage. En medio de escenas de violenta (ver violencia) excitación, Campion fue burlonamente paseado por las calles de su ciudad natal, atado de pies y manos, cabalgando de espaldas y con un cartel en su sombrero señalando al “jesuita sedicioso”. Primero fue tirado al calabozo Little Ease en la Torre, luego fue llevado privadamente a la casa de su ex patrón, Leicester; allí se encontró con la propia reina, y recibió serias promesas de libertad si renunciaba a su papismo. Habiendo Hopton tratado en vano las mismas lisonjas, fue llevado de regreso a la Torre y examinado bajo tortura, y se informó que había traicionado a quienes lo habían protegido. Se realizaron varios arrestos fundados en mentiras. El había solicitado un debate público. Pero cuando se le concedió, en la capilla normanda de la Torre, ante el Decano de San Pablo y otros teólogos, a Campion se le había negado la oportunidad de preparar su disertación, y había sido torturado severamente. Debilitado, estuvo presente en las cuatro largas conferencias sin contar con una silla, mesa o notas, y se mantuvo de pie invicto. A consecuencia de esto, Felipe Howard, conde de Arendel, quien observaba lleno del orgullo mundano, tuvo la inspiración de retornar al servicio de Dios. El consejo privado, no sabiendo qué hacer o decir sobre un traidor puramente “espiritual”, tramaron un complot para poner en tela de juicio la lealtad de Campion, y llamaron a los asalariados Eliot y Munday como acusadores. Un juicio ridículo se realizó en la alcaldía de Westminster el 20 de noviembre de 1581. Campion, declarándose no culpable, le era completamente imposible mantener en alto su tantas veces retorcido brazo derecho; viendo esto un compañero prisionero, quien primero le besó, le levantó el brazo. Campion presentó una magnífica defensa. Pero la sentencia fue a muerte, por ahorcamiento, estiramiento y descuartizamiento: una sentencia recibida por los mártires con un grito jubiloso de Haec Dies y Te Deum. Campion, con Sherwin y Briant, quienes estaban en un cañizo separado, fueron llevados en una rastra tirada por caballos a Tyburn el 1 de diciembre. Al pasar el arco de Newgate, se levantó tanto como pudo para saludar una imagen de Nuestra Señora, que se hallaba in situ. En el cadalso, interrumpido y provocado a expresar su opinión sobre la Bula de Pío V por medio de la cual excomulgaba a la reina Isabel, él respondió sólo con una oración por ella “vuestra reina y mi reina”. El fue un inglés católico con opiniones políticas que no eran las de Allen, sin embargo él murió, lo mismo que hizo Felton alguna vez, por la supremacía de la Santa Sede. El pueblo lamentó su destino a gritos y comenzó una nueva cosecha de conversiones. A un joven impetuoso y de corazón generoso, Henry Walpole, que estaba cerca, se le manchó su jubón blanco con la sangre de Campion. Este incidente lo convirtió también, con el tiempo, en un jesuita y mártir. Historiadores de todas las escuelas están de acuerdo que los cargos contra Campion fueron un simulacro al por mayor. Ellos alaban su gran inteligencia, su bella jovialidad, su fogosa energía, su muy caballerosa gentileza. Había renunciado a toda oportunidad de una deslumbrante carrera en un mundo de hombres magistrales. Cada tradición de Edmundo Campion, cada fragmento de sus palabras escritas, y no menos en sus cartas doradas no estudiadas, nos muestran que él fue nada menos que un hombre de genio, uno de los grandes isabelinos, pero santo como ninguno de ellos. Fue beatificado por el papa León XIII el 9 de diciembre de 1886 y canonizado (ver canonización por el papa Paulo VI en 1970. Sus reliquias se conservan en Roma y Praga, en Londres, Oxford, Stonyhurst y Roehampton. Un retrato no muy convincente fue hecho muy pronto luego de su muerte por Gesu en Roma, bajo la supervisión de muchos que le habían conocido. De esto hay una copia en óleo en Stonyhurst, y una grabada brillantemente en Hazart’s, “Kerckelycke Historie” (Antwep, 1669), Vol. III (Enghelandt, etc). Fuente: CAMPION, Historia de Irlanda, primero publicado por STANIHURST en HOLINSHED, Chronicles (1587), luego en el libro de WARE (1633). Hibernia Press (Dublin, 1809); Edmundi Campiani, Decem Rationes et alia Opuscula, editado por Antwerp, 1631; Narratio Divortii Henrici VIII, Regis Angliae, ab Uzore et ab Ecclesia, HARPESFIELD. SIMPSON, Edmund Campion, Jesuit Protomartyr of England (London, 1866; reissued, London, 1907). CHALLONER, Memoirs of Missionary Priests; FOLEY, Records of the English Province of the Society of Jesus, and STANTON, Menology of England and Wales. L.I. GUINEY Transcripción de John C. Lacroix Traducido al español por Giovanni E. Reyes Recisiado y corregido por Luz María Hernández Medina