Diferencia entre revisiones de «Hillel»
De Enciclopedia Católica
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− | + | También se le representa como jefe del [[Sanedrín]] con el título de ''Nasi'' (príncipe), como el fundador de una [[escuelas|escuela]] indulgente, en usual oposición a la escuela más estricta de [[Shammai]], como el autor de siete reglas [[hermenéutica]]s, como el compositor de ciertos decretos que acomodaron felizmente algunos puntos de la Ley a los cambios circunstanciales de su época y como el antepasado de los [[patriarca y patriarcado|patriarcas]] que estuvieron a la cabeza del [[judaísmo]] palestino hasta cerca del siglo V de nuestra era. Hillel fue apodado “El Grande”, y también “El Anciano”, y sobre su [[tumba]] se pronunciaron las palabras “¡Oh, el gentil! ¡Oh, el [[virtud de religión|piadoso]]! ¡Oh, el [[discípulo]] de [[Esdras]]!” El Talmud contiene varias anécdotas que ilustran su celo por la Ley y su maravillosa paciencia. Entre los dichos que se le atribuyen, los siguientes son particularmente dignos de mención: “Cualquier cosa que te sea [[odio]]sa, no se la hagas a tu prójimo: esta es toda la Ley; el resto es simple comentario”; “Sé de los discípulos de [[Aarón]]; amando la paz y persiguiendo la paz; amando a la [[raza humana|humanidad]] y llevándolos cerca de la [[Tora]]”. | |
− | + | Es [[certeza|cierto]] que una gran parte de lo que está contenido en el relato del Talmud sobre la carrera de Hillel no es histórico; por ejemplo, la división de su [[vida]] en tres períodos de cuarenta años cada uno; su presidencia del Sanedrín; su comprensión de todos los idiomas, etc. Cuando todo esto ha sido debidamente deducido, sin embargo, uno no puede evitar la sensación de que él se encuentra en presencia de una fuerte [[personalidad]], de un [[carácter]] marcado con una inusual dulzura y elevación. De nuevo, cuando se examinan de cerca todas las [[bien|buenas]] obras y sabios consejos de Hillel, uno puede fácilmente ver que era en [[verdad|realidad]] un simple rabino, quizás el más inteligente y el mejor de los rabinos de su época: un [[casuística|casuista]] judío en lugar de un moralista; un hombre que, por su carácter [[persona]]l y su visión espiritual e influencia permanente, no puede de ninguna manera compararse con, mucho menos igualar o sobrepasar, como algunos han afirmado posteriormente, a [[Jesucristo|Cristo]], Luz, y Salvador del mundo. Se ha argumentado hábilmente que el ''Pollion'' a que se refirió [[Flavio Josefo|Josefo]] varias veces es Hillel bajo un nombre [[Grecia|griego]]. | |
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− | + | '''Bibliografía''': Autores católicos: VON HIMPEL en Kirchenlex., s.v.; FOUARD, Life of Christ, tr. (Nueva York, 1891); LE CAMUS, Life of Christ, tr. (Nueva York, 1906); DÖLLINGER, The Gentile and the Jew, tr. (Londres, 1906). —Autores No Católicos: EWALD, History of Israel, tr., V (Londres, 1874); FARRAR, Life of Christ, vol. II, Excursus iii (Londres, 1874); TAYLOR, Sayings of the Jewish Fathers (Cambridge, 1877); FZ. DELITZSCH, Jesus and Hillel, 3rd ed. (Erlangen, 1879); SCHECHTER, Aboth de Rabbi Nathan (Viena, 1887); SCHÜRER, The Jewish People in the Time of Jesus Christ, tr., 25 (Nueva York, 1891); GRÆTZ, History of the Jews, tr., III (Filadelria, 1894). | |
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+ | '''Fuente''': Gigot, Francis. "Hillel." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. 10 Jan. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/07354c.htm>. | ||
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Última revisión de 01:46 11 ene 2012
Hillel (Hebreo (inserción de palabra hebrea) "ha alabado"),
Famoso rabí judío que vivió cerca del año 70 a.C. – 10 d.C. Nuestra única fuente de información respecto a él es el Talmud, a partir del cual se puede obtener el siguiente relato sobre la carrera de Hillel. Nació en Babilonia, y fue descendiente de la familia de David. A pesar de que vivió en circunstancias muy pobres, su celo por la Ley de Dios lo impulsó a dedicarse a su estudio mientras se encontraba aun en Babilonia. Se dice que por ese mismo celo, a la edad de cuarenta, se fue a Jerusalén, donde Semaías y Abtalión eran en ese momento los principales maestros. En la Ciudad Santa se contrató como jornalero para ganarse su propio sustento y el de su familia, y también para sufragar los gastos de recibir instrucción. Pasó así los próximos cuarenta años de vida, con el resultado de que él entendía, se nos dice, todos los idiomas, incluyendo los de los inanimados y de la Creación bruta, y de los demonios mismos. Algún tiempo después de la muerte de Semaías y Abtalión, Hillel fue reconocido como el mejor jurista de su tiempo, y fue considerado así durante sus últimos cuarenta años de vida.
También se le representa como jefe del Sanedrín con el título de Nasi (príncipe), como el fundador de una escuela indulgente, en usual oposición a la escuela más estricta de Shammai, como el autor de siete reglas hermenéuticas, como el compositor de ciertos decretos que acomodaron felizmente algunos puntos de la Ley a los cambios circunstanciales de su época y como el antepasado de los patriarcas que estuvieron a la cabeza del judaísmo palestino hasta cerca del siglo V de nuestra era. Hillel fue apodado “El Grande”, y también “El Anciano”, y sobre su tumba se pronunciaron las palabras “¡Oh, el gentil! ¡Oh, el piadoso! ¡Oh, el discípulo de Esdras!” El Talmud contiene varias anécdotas que ilustran su celo por la Ley y su maravillosa paciencia. Entre los dichos que se le atribuyen, los siguientes son particularmente dignos de mención: “Cualquier cosa que te sea odiosa, no se la hagas a tu prójimo: esta es toda la Ley; el resto es simple comentario”; “Sé de los discípulos de Aarón; amando la paz y persiguiendo la paz; amando a la humanidad y llevándolos cerca de la Tora”.
Es cierto que una gran parte de lo que está contenido en el relato del Talmud sobre la carrera de Hillel no es histórico; por ejemplo, la división de su vida en tres períodos de cuarenta años cada uno; su presidencia del Sanedrín; su comprensión de todos los idiomas, etc. Cuando todo esto ha sido debidamente deducido, sin embargo, uno no puede evitar la sensación de que él se encuentra en presencia de una fuerte personalidad, de un carácter marcado con una inusual dulzura y elevación. De nuevo, cuando se examinan de cerca todas las buenas obras y sabios consejos de Hillel, uno puede fácilmente ver que era en realidad un simple rabino, quizás el más inteligente y el mejor de los rabinos de su época: un casuista judío en lugar de un moralista; un hombre que, por su carácter personal y su visión espiritual e influencia permanente, no puede de ninguna manera compararse con, mucho menos igualar o sobrepasar, como algunos han afirmado posteriormente, a Cristo, Luz, y Salvador del mundo. Se ha argumentado hábilmente que el Pollion a que se refirió Josefo varias veces es Hillel bajo un nombre griego.
Bibliografía: Autores católicos: VON HIMPEL en Kirchenlex., s.v.; FOUARD, Life of Christ, tr. (Nueva York, 1891); LE CAMUS, Life of Christ, tr. (Nueva York, 1906); DÖLLINGER, The Gentile and the Jew, tr. (Londres, 1906). —Autores No Católicos: EWALD, History of Israel, tr., V (Londres, 1874); FARRAR, Life of Christ, vol. II, Excursus iii (Londres, 1874); TAYLOR, Sayings of the Jewish Fathers (Cambridge, 1877); FZ. DELITZSCH, Jesus and Hillel, 3rd ed. (Erlangen, 1879); SCHECHTER, Aboth de Rabbi Nathan (Viena, 1887); SCHÜRER, The Jewish People in the Time of Jesus Christ, tr., 25 (Nueva York, 1891); GRÆTZ, History of the Jews, tr., III (Filadelria, 1894).
Fuente: Gigot, Francis. "Hillel." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. 10 Jan. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/07354c.htm>.
Traducido por Alma del Rosario Guerra. rc