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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Ira»

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El deseo de venganza.  Su valuación [[ética]] depende de la [[cualidad]] de la venganza y de la [[cantidad]] de la pasión.  Cuando éstas están en conformidad con las prescripciones de la [[razón]] balanceada, la ira no es un [[pecado]].  Es más bien una cosa encomiable y justificable con un [[celo]] propio.  Se convierte en pecaminosa cuando se busca tomar  venganza sobre uno que no se la merece, o en mayor medida de lo que se ha merecido, o en conflicto con las disposiciones de la [[ley]], o a partir de un motivo impropio.  El pecado es entonces mortal en un sentido general como opuesto a la [[justicia]] y la [[caridad]].  Sin embargo, puede ser venial porque el castigo planeado sea uno insignificante o por falta de plena deliberación.  Del mismo modo, la ira es pecado cuando hay una excesiva vehemencia en la pasión misma, ya sea interior o exterior.  Por lo general es entonces considerada un pecado venial a menos que el exceso sea tan grande como para ir seriamente contra el [[amor]] de [[Dios]] o el prójimo.   
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Traducido por Luz Hernández Medina.
 
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Selección de imagen: José Gálvez Krüger
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Fuente de la imagen: Fine Arts Museums of San Francisco [http://art.famsf.org/philip-galle/ira-wrath-no-6-seven-deadly-sins-19633014820]

Última revisión de 01:12 21 sep 2016

3328201301800079.jpg
El deseo de venganza. Su valuación ética depende de la cualidad de la venganza y de la cantidad de la pasión. Cuando éstas están en conformidad con las prescripciones de la razón balanceada, la ira no es un pecado. Es más bien una cosa encomiable y justificable con un celo propio. Se convierte en pecaminosa cuando se busca tomar venganza sobre uno que no se la merece, o en mayor medida de lo que se ha merecido, o en conflicto con las disposiciones de la ley, o a partir de un motivo impropio. El pecado es entonces mortal en un sentido general como opuesto a la justicia y la caridad. Sin embargo, puede ser venial porque el castigo planeado sea uno insignificante o por falta de plena deliberación. Del mismo modo, la ira es pecado cuando hay una excesiva vehemencia en la pasión misma, ya sea interior o exterior. Por lo general es entonces considerada un pecado venial a menos que el exceso sea tan grande como para ir seriamente contra el amor de Dios o el prójimo.


Fuente: Delany, Joseph. "Anger." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01489a.htm>.

Traducido por Luz Hernández Medina.

Selección de imagen: José Gálvez Krüger

Fuente de la imagen: Fine Arts Museums of San Francisco [1]