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Jueves, 2 de mayo de 2024

Nehemías

De Enciclopedia Católica

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Introducción

También llamado el Segundo Libro de Esdras (Ezra). El Talmud y la Iglesia cristiana primitiva, por lo menos hasta el tiempo de Orígenes, lo consideraban como un solo libro con Esdras, y San Jerónimo en su prefacio (ad Dominionem et Rogatianum), siguiendo el ejemplo de los judíos, todavía continuaba tratándolo como parte del Libro de Esdras. La unión de los dos en un solo libro, sin duda, tiene su origen en el hecho de que los documentos de los que se componen los libros de Esdras y Nehemías, como la mayoría de los críticos piensan, fueron sometidos juntos a compilación y redacción por las manos, probablemente, del autor de los Libros de las Crónicas, cerca del 300 a.C. La separación del Libro de Nehemías del de Esdras, conservada en nuestras ediciones, puede a su vez justificarse por la consideración de que el primero relata de forma distinta la labor realizada por Nehemías, y está compuesto por, al menos en gran parte , a partir de las memorias auténticas del personaje principal. El libro se compone de tres secciones:

  • Sección I: Capítulos 1 a 6;
  • Sección II: Capítulos 7 a 13,3;
  • Sección III: Capítulos 13,4 a 31.

Se tratarán primero las secciones I y II, y la sección II se discutirá al final, pues ésta presenta problemas literarios especiales.

Sección I: Capítulos 1 a 6

(1) Comprende el relato, escrito por Nehemías mismo, sobre la restauración de las murallas de Jerusalén. Ya en el reinado de Jerjes (485-65 a.C.), y especialmente durante la primera mitad del reinado de Artajerjes I (465-24 a.C-), los judíos había intentado, pero sólo con éxito parcial, reconstruir los muros de su capital, una obra, hasta entonces, nunca sancionada por los reyes persas (véase Esdras 4,6-23). Como consecuencia del edicto de Artajerjes, dado en Esd. 4,18-22, los enemigos de los judíos en Jerusalén detuvieron la obra por la fuerza (Esd. 4,23) y derribaron una parte de lo que ya se había construido.

(2) El inicio del Libro de Nehemías está relacionado con estos eventos. Nehemías, el hijo de Jakalías, relata cómo en la corte de Artajerjes en Susa, donde realizaba el oficio de portador de la copa del rey, recibió la noticia de esta calamidad en el año veinte del rey (Neh. 1), y cómo, gracias a su prudencia, logró que lo enviaran a una primera misión a Jerusalén con plenos poderes para reconstruir los muros de la capital judía (Neh. 2,1-8). Esta primera misión duró doce años (5,14; 13,6); tenía el título de gobernador (Pehah) (5,14; 12, 26) o Athersatha (8,9; 10,1). Durante mucho tiempo la opinión de la mayoría de los historiadores de Israel fue que el Artajerjes de Nehemías fue sin duda el primero de ese nombre, y que en consecuencia la primera misión de Nehemías cayó en el año 445 a.C. Los papiros arameos de Elefantina, publicados en el siglo XIX por Sachau, colocan esta fecha más allá de la sombra de la duda; pues en la carta que ellos escribieron a Bahohim, el gobernador de Judea, en el año decimoséptimo de Darío II (408 a.C.), los sacerdotes judíos de Elefantina dicen que ellos también habían hecho una solicitud a los hijos de Sambal-lat en Samaria. Ahora bien, Sambal-lat fue contemporáneo de Nehemías, y el Artajerjes de Nehemías, por lo tanto, fue el predecesor, y no el sucesor de Darío II.

(3) A su llegada a Jerusalén, Nehemías no perdió tiempo; inspeccionó el estado de las paredes, y luego tomó medidas y dio órdenes para emprender los trabajos en curso (2,9-18). El capítulo 3, un documento de la mayor importancia para determinar el área de Jerusalén a mediados del siglo V a.C., contiene una descripción de la obra, llevada a cabo en todos los puntos a la vez bajo la dirección del celoso gobernador judío. Entre los compañeros de trabajo de Nehemías se menciona en primer lugar al sumo sacerdote Elyasib (3,1). Para llevar la empresa a un feliz término este último tuvo que luchar contra todo tipo de dificultades.

(4) Primero que todo, el elemento extranjero tuvo gran influencia en Judea. Los judíos que habían regresado del cautiverio casi un siglo antes, habían encontrado el país ocupado en parte por personas pertenecientes a las razas vecinas, y que, al ser incapaces de organizarse políticamente, poco a poco se habían visto reducidos a una posición humillante en su propia tierra. Y así, en la época de Nehemías, vemos a ciertos extranjeros que toman una actitud muy arrogante hacia el gobernador judío y su obra. Sambal-lat el joronita, gobernador de los samaritanos (4,1-2), Tobías, el amonita y Guésem el árabe reclamaban el ejercicio de un control constante sobre los asuntos judíos, y trataban por todos los medios a su alcance, por la calumnia (2,19), la burla (4, 1 ss), las amenazas de violencia (4,7 ss), y con artificios (6,1 ss.), de obstaculizar la obra de Nehemías o de arruinarlo. La razón de esto era que el levantar de nuevo las murallas de Jerusalén estaba destinado a provocar el derrocamiento de la dominación moral, que por circunstancias de muchos años habían asegurado esos extranjeros.

(5) La causa de los extranjeros era apoyada por un grupo de judíos, traidores a su propia nación. La profetisa Noadía y otros falsos profetas trataban de aterrorizar a Nehemías (6,14); hubo algunos que, como Samaías, se dejaron contratar por Tobías y Sambal-lat para ponerle trampas (6,10-14). Muchos judíos se alinearon con Tobías debido a las alianzas matrimoniales existentes entre su familia y algunas familias judías. Sin embargo, Nehemías no habla de matrimonios mixtos como si realmente estuviesen prohibidos. El suegro del hijo de Tobías, Messul-lam, hijo de Berekías, por el contrario, fue un compañero de trabajo de Nehemías (3,4; 6,18). La Ley del Deuteronomio sólo prohibía los matrimonios entre los judíos y cananeos (Deut. 7,1.3).

(6) Las dificultades de naturaleza social, el resultado del tratamiento egoísta de los ricos hacia los pobres, que utilizaron el sufrimiento común para sus propios fines, también requirieron la intervención enérgica de Nehemías (5). En esta ocasión Nehemías recuerda el hecho de que los gobernadores anteriores habían practicado la extorsión, mientras que él fue el primero en mostrarse desinteresado en el desempeño de sus deberes (5,15 ss.)

(7) A pesar de todas estas dificultades, la reconstrucción de la muralla hizo rápidos progresos. Sabemos por 7,15 que la obra fue terminada por completo dentro de cincuenta y un días. Josefo (Ant., V, 7, 8) dice que duró dos años y cuatro meses, pero su testimonio, a menudo lejos de ser confiable, no presenta ninguna razón plausible para dejar de lado el texto. La duración relativamente corta de la obra se explica si tenemos en cuenta que Nehemías tuvo que reparar solamente los daños causados después de la prohibición de Artajerjes (Esd. 4,23), y terminar la construcción, la que podría estar ya muy adelantada en ese momento (vea el 1 arriba).

Sección III: Capítulos 13,4 a 31

Luego de cumplir su primera misión, Nehemías había regresado a Susa en el trigésimo segundo año de Artajerjes (433 a.C.; 1,6). Poco tiempo después, se le encomendó una nueva misión a Judea, y los capítulos 13,4 a 31 tratan sobre sus quehaceres durante esta segunda misión.. El relato al principio parece mutilado. Nehemías relata cómo, en el tiempo de su segunda llegada a Jerusalén, él comenzó por poner fin a los abusos que Tobías, el amonita, apoyado por el sumo sacerdote Elyasib, practicaban en el Templo respecto al depósito de las ofrendas sagradas (13,4-9). Censura severamente la violación del derecho de los levitas en la distribución de los diezmos, y toma medidas para prevenir su ocurrencia en el futuro (13,10-14); insiste en que se respete estrictamente el Sabbath, incluso por los comerciantes extranjeros (13,15-22). Finalmente intervino severamente con los judíos que eran culpables por haberse casado con mujeres extranjeras, y desterró a un nieto de Elyasib, que se había casado con una hija de Sambal-lat (13,23-28). A este yerno de Sambal-lat se le atribuye generalmente la inauguración de la idolatría en el templo de Garizim. Es evidente que la actitud de Nehemías durante su segunda misión en lo que respecta a los matrimonios mixtos difiere mucho de su actitud en el comienzo de su primera estancia en Jerusalén [vea la sección I (5)].

Sección II: Capítulos 7 - 13,3

Fuente: Van Hoonacker, Albin. "Book of Nehemiah." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/10737c.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.