Arcosolio
De Enciclopedia Católica
La palabra arcosolio se deriva de arcus , "arco", y solium, un término usado a veces por los escritores latinos en el sentido de “sarcófago”; solium porphyretici marmoris (Suet., Ner., 50). Los primeros cristianos aplicaban el término arcosolio a una forma de tumbas que existen en las catacumbas romanas. Así una inscripción publicada por Marchi (Mon. delle arti prim., 85), que todavía se puede observar en el patio del Palacio Borghese, establece que "Aur. Celsus y Aur. Hilaritas habían construido para ellos y sus amigos este arcosolio, con su pequeño muro, en paz".
Los arcosolios en las catacumbas se formaban, primero, al excavar en las paredes de toba un espacio similar a una cavidad ordinaria coronada por un arco. Después de despejar ese espacio, se abría una cavidad desde arriba hacia abajo en la parte de la roca que mira hacia el arco; una losa de mármol colocada horizontalmente sobre la abertura completaba la tumba, que de esta manera se convertía en una especie de sarcófago tallado en la roca viva. La losa horizontal que cerraba la tumba tenía aproximadamente la altura de una mesa ordinaria desde el suelo. En algunos casos como en el de la "cripta papal" y en la cripta de San Genaro, la pared frontal de la tumba arcosolio estaba hecha de mampostería.
Una especie de tumba similar al arcosolio en todos los aspectos, excepto en uno, es la llamada "sepulchrum a mensa", o mesa-tumba, en la que un nicho rectangular ocupa el lugar del arco. Las tumbas baldaquino de Sicilia y Malta también pertenecen a esa clase; consisten en una combinación de varios arcosolios. Una forma de arcosolio más antigua que la descrita consistía en un nicho arqueado, excavado al nivel del suelo, en el que se colocaban los sarcófagos de mármol o terracota que contenían los restos de los difuntos. Los arcosolios estuvieron muy de moda en Roma en el siglo III. Muchos de los mártires posteriores fueron enterrados en ellos y, existen razones para suponer que en tales casos las losas horizontales que cerraban los sepulcros servían como altares en ciertas ocasiones.
Los arcosolios de los cementerios romanos solían estar decorados con frescos simbólicos, y se preparaban el arco y la luneta con estuco para ese propósito. Uno de los ejemplos más interesantes de arcosolios adornados de este modo se puede ver en la catacumba de los santos Pedro y Marcelino; en la luneta se representa el milagro de Caná como símbolo de la Eucaristía, mientras que en el arco se representa una escena bautismal y un símbolo del bautismo, —siempre asociado a los símbolos eucarísticos— a cada lado de un orans con velo. Un segundo excelente ejemplo de arcosolio decorado, en el Cæmeterium Majus, representa en el arco a nuestro Salvador entre dos figuras orantes, y en la luneta María como una orans (único en las catacumbas), con el niño Jesús. (Vea CATACUMBAS).
Bibliografía: KRAUS, Real-Encyklop., I, 89, 90; LECLERCQ in Dict. d'arch. chrét., I.
Fuene: Hassett, Maurice. "Arcosolium." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1, pág. 699. New York: Robert Appleton Company, 1907. 29 agosto 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/01699a.htm>.
Traducido por Cecilia Nieto B. lmhm