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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Megarenses

De Enciclopedia Católica

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Megarenses: La escuela megarense (o megárica) es una de las escuelas imperfectamente socráticas, llamada así porque desarrollaron de manera unilateral las doctrinas de Sócrates. Los megarenses, cuyos principales representantes fueron Euclides, el fundador de la escuela, y Estilpo, florecieron en Atenas durante la primera mitad del siglo IV a.C. Tomaron prestado de los eleáticos, especialmente de Parménides, la doctrina de que no hay cambio ni multiplicidad en el mundo, y combinaron este principio con la enseñanza socrática de que el conocimiento por medio de conceptos es el único conocimiento verdadero. De esto resulta que la única realidad es la naturaleza esencial inmutable, que el mundo de nuestra experiencia sensorial es una ilusión y que no hay nada posible excepto lo que realmente existe. La afirmación de la existencia de "formas incorpóreas", que parece haber sido la designación megarense para las naturalezas esenciales inmutables de las cosas, es la contribución más importante de la escuela al pensamiento especulativo.

Es evidente su analogía con la doctrina platónica de las ideas. En la parte práctica de su enseñanza, los megarenses enfatizaron la supremacía de la noción de bondad. El conocimiento, enseñó Sócrates, es la única virtud; es idéntico a la excelencia moral. El objeto supremo del conocimiento es el Bien Supremo. Pero, como enseñaron los eleáticos, el objeto más elevado de conocimiento es la realidad más elevada, el ser. Por lo tanto, los megarenses concluyen que el bien supremo y la realidad suprema son uno y lo mismo. Todo lo que Parménides predicaba del ser, es decir, la unicidad, la inmutabilidad, etc., también puede predicarse del bien. El bien es la intuición, la razón, Dios; es lo único que existe.

Para defender estos principios, que a la opinión popular no sólo le parecían falsos sino absurdos, los megarenses desarrollaron en gran medida el arte de la disputa. Este arte (el método erístico, o método de lucha, como se llamaba en contraposición al método heurístico, o método de encontrar, defendido por Sócrates), fue introducido en la filosofía por el eleático, Zenón, apodado el Dialéctico. Fue adoptado por la escuela megarense y llevado por los seguidores de Euclides a un punto en el que dejó de servir para ningún propósito útil o incluso serio. Al propio Euclides le debemos el uso del método de argumentación conocido como reductio ad absurdum, que consiste en atacar, no las premisas, sino la conclusión, del argumento del oponente y mostrar las absurdas consecuencias que se derivan de admitir su afirmación. Este método, sin embargo, estaba contenido germinalmente en el procedimiento de Zenón mediante el cual, en una serie de engañosas falacias, se había esforzado por mostrar que el movimiento, el cambio y la multiplicidad son ilusiones.


Fuente: Turner, William. "Megarians." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10, pág. 146. New York: Robert Appleton Company, 1911. 24 agosto 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/10146b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina