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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Marcosianos

De Enciclopedia Católica

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Los marcosianos fueron una secta de gnósticos valentinianos fundada por Marco y combatida extensamente por Ireneo (Hær. I, XII-XXIII). En el distrito de Lyon, el valle del Ródano y España continuaron existiendo hasta bien entrado el siglo IV. Mantuvieron su sistema gnóstico no sólo en teoría, sino que formaron comunidades gnósticas y eran adictos a sus prácticas.

En sus conventículos se practicaba habitualmente la profecía; sus líderes o por sorteo invitaban no solo a los hombres, sino también a las mujeres, a que se pusieran de pie en la congregación y profetizaran. El galimatías incoherente que pronunciaban era considerado ser la voz de Dios. Asimismo, se pedía a las mujeres que pronunciaran la fórmula eucarística sobre los elementos. Luego se vertía el vino en una copa grande y mediante un truco químico se aumentaba de volumen. Ireneo repite con desdén que la secta fue un asunto de mujeres tontas, que arruinaban sus almas y sus cuerpos, y narra que las mujeres que se arrepentían y regresaban a la Iglesia confesaban su degradación pasada.

El sistema marcosiano era una variedad degradada del de Valentino. Conservó los 30 eones, pero los llamó "grandezas" y les dio valores numéricos. Mantuvo el mito de la caída de Sofía pero lo llamó una "deficiencia divina". Le fue peculiar la adaptación de la teoría de números pitagórica al gnosticismo. Los 30 eones se obtenían sumando los números de la “ogdóada”: 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 7 + 8 = 30. Omitían el 6 intencionalmente porque es el episemon y no una letra del alfabeto griego habitual. La caída de Sofía se muestra claramente por el hecho de que Lambda, que equivale a 30, o el conjunto completo de “grandezas”, es en realidad solo la undécima letra del alfabeto, pero para compensar esta deficiencia buscó un consorte y se convirtió en M (= Λ ΛLambda Lambda). El episemón, o 6, es un número lleno de potencia; el nombre Iesous consta de seis letras, de ahí el nombre del Salvador.

Cuando el propator, que es el Monas, quiso que se hablara lo “inefable”, pronunció la palabra que tiene 4 sílabas y 30 letras. La plenitud de la “grandeza” es 2 tétradas, una década y una dodécada (4 + 4 + 10 + 12 = 30); las 2 tétradas son el Inefable, el Silencio, el Padre y la Verdad seguidas por el Logos, la Vida, el Hombre y la Iglesia. Estos forman la “Ogdóada”. Las mudas del alfabeto griego pertenecen al Padre y la Verdad (Lo Inefable y el Silencio, por supuesto, no cuentan); estas mudas no revelan nada al hombre. Las semivocales pertenecen al Verbo y la Vida, pero las vocales al Hombre y a la Iglesia, porque a través del Hombre la voz dio poder a todos. Las 7 vocales griegas atraviesan los siete cielos, que así cantan en armonía la Gran Doxología. Los números pares son femeninos, los números impares masculinos, por la unión del primero de estos, 2 x 3, se engendró el episemon, o 6, el número de nuestra salvación.

G. Salmon bien comenta que el sistema de Marco es el más inútil de todos los que pasaron bajo el nombre de conocimiento en la literatura del siglo II. Ireneo (1. c) es prácticamente nuestra única autoridad. (Vea GNOSTICISMO.)


Fuente: Arendzen, John. "Marcosians." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. 29 Sept. 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/09649b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina