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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Evangelio según San Mateo

De Enciclopedia Católica

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Estatus en el Canon

Las primeras comunidades cristianas consideraban los libros del Antiguo Testamento como Escritura Sagrada, y los leían en sus asambleas religiosas. Que los Evangelios, los cuales contienen las palabras de Jesucristo y la narrativa de su vida, pronto gozaron de la misma autoridad que el Antiguo Testamento, es atestiguado por Hegesipo (Eusebio, “Hist. Ecl.”, IV, XXII, 3), quien nos dice que en cada ciudad los cristianos eran fieles a las enseñanzas de la Ley, los profetas y el Señor. Se consideraba un libro como canónico cuando la Iglesia lo consideraba apostólico, y lo había leído en sus asambleas. Por lo tanto para establecer el estatus en el canon del Evangelio según San Mateo, debemos investigar en la tradición cristiana sobre el uso que se le daba a este documento, y sobre las indicaciones que prueban que era considerado como Escritura del mismo modo que los libros del Antiguo Testamento.

Los primeros indicios que hallamos de él no son indudables, porque los escritores post-apostólicos citaban los textos con cierta libertad, y principalmente porque es difícil decir si los pasajes así citados eran tomados de la tradición oral o del Evangelio escrito. El primer documento cristiano cuya fecha puede ser fijada con comparativa certeza (95-98) es la Epístola de San Clemente a los Corintios. Contiene dichos del Señor que se asemejan mucho a los registrados en el Primer Evangelio (Clemente, 16:17 = Mt. 11,29; Clem. 24:5 = Mt. 13,3), pero es posible que se deriven de la predicación apostólica como, en el capítulo 13,2, hallamos una mezcla de sentencias de Mateo, Lucas y una fuente desconocida. Además, notamos una mezcla similar de textos evangélicos en otras partes de la misma Epístola de Clemente, en la Doctrina de los Doce Apóstoles, en la Epístola de Policarpo y en Clemente de Alejandría. No se puede decir si estos textos estaban combinados de esa forma en la tradición oral o emanaron de una colección de las declaraciones de Cristo.

  • Las Epístolas de San Ignacio (martirizado 110-17) no contienen citas literales de los Libros Sagrados; sin embargo, San Ignacio tomó prestadas expresiones y algunas sentencias de Mateo ("Ad Polyc.", 2:2 = Mt. 10,16; "Efesios", 14:2 = Mt. 12,33, etc.). En su "Epístola a los de Filadelfia” (v. 12), él habla del Evangelio en el que se refugia como en la Carne de Jesús; en consecuencia, tuvo una colección evangélica que consideraba como Escritura Sagrada, y no podemos dudar que el Evangelio de San Mateo formara parte de ella.
  • En la Epístola de Policarpo (110-17) encontramos varios pasajes de San Mateo citados literalmente (12,3 = Mt. 5,44; 7,2 = Mt. 26,41, etc.).
  • La Doctrina de los Doce Apóstoles (Didajé) contiene sesenta y seis pasajes que recuerdan el Evangelio de Mateo; algunos de ellos son citas literales (8,2 = Mt. 6,7-13; 7:1 = Mt. 28,19; 11,7 = Mt. 12,31, etc.).
  • En la llamada Epístola de Bernabé (117-30) encontramos un pasaje de Mateo (22,14), introducido por la fórmula bíblica “os gegraptai”, lo cual prueba que el autor consideraba el Evangelio de Mateo igual en cuanto a autoridad que los escritos del Antiguo Testamento.
  • El “Pastor de Hermas” tiene varios pasajes que tienen cercano parecido a los pasajes de Mateo, pero ninguna cita literal de él.
  • En su “Diálogo” (XCIX, 8), San Justino cita casi literalmente la oración de Cristo en el Jardín de los Olivos de Mt. 26,39-40.
  • Un gran número de pasajes en los escritos de San Justino recuerdan el Evangelio de Mateo, y prueban que lo clasificaban entre las Memorias de los Apóstoles, las cuales, decían ellos, eran llamadas Evangelios (I Apol., LXVI) eran leídos en los servicios eclesiásticos (ibid., I), y por consiguiente eran considerados Escritura.
  • En su “Legatio pro christianis”, XII, 11, Atenágoras (117) cita casi literalmente sentencias tomadas del Sermón de la Montaña (Mt. 5,44).
  • Teófilo de Antioquía (Ad Autol., III, XIII-XIV) cita un pasaje de Mateo (v. 28,32) y, según San Jerónimo (In Matt. Prol.), escribió un comentario sobre el Evangelio de San Mateo.
  • Encontramos en los Testamentos de los Doce Patriarcas---redactados, según algunos críticos, alrededor de mediados del siglo II---numerosos pasajes que se asemejan cercanamente al Evangelio de Mateo (Test. Gad, 5:3; 6:6; 5:7 = Mt. 18,15.35; Test. Joshua 1:5,6 = Mt. 25,35-36, etc.), pero el doctor Charles sostiene que los Testamentos fueron escritos en hebreo en el siglo I a.C. y traducidos al griego hacia mediados del mismo siglo. En este evento, el Evangelio de Mateo dependería sobre los Testamentos y no los Testamentos sobre el Evangelio. La cuestión no está resuelta todavía, pero nos parece que hay una mayor probabilidad que los Testamentos, por lo menos en su versión griega, son de una fecha posterior que el Evangelio de Mateo, y ciertamente recibieron numerosas adiciones cristianas.
  • El texto griego de las Homilías Clementinas contiene algunas citas de Mateo (Hom. 3:52 = Mt. 15,13); en Hom. XVIII, 15, la cita de Mt. 13,35 es literal.
  • Pasajes que sugieren el Evangelio de Mateo pueden citarse de los escritos heréticos del siglo II y de los evangelios apócrifos---el Evangelio de Pedro, el Protoevangelio de Santiago, etc., en los cuales las narrativas, en grado considerable, se derivan del Evangelio de Mateo.
  • Taciano incorpora el Evangelio de Mateo en su “Diatesseron”, citaremos más abajo los testimonios de San Papías y San Ireneo. Para este último, el Evangelio de Mateo, del que cita numerosos pasajes, fue uno de los cuatro que constituyeron el Evangelio cuadriforme dominado por un solo Espíritu.
  • Tertuliano (Adv. Marc., IV, II) afirma que el “Instrumentum evangelicum” fue compuesto por los Apóstoles, y menciona a Mateo como el autor de un Evangelio (De carne Christi, XII).
  • Clemente de Alejandría (Strom., III, XIII) habla de los cuatro Evangelios que han sido transmitidos, y cita más de trescientos pasajes del Evangelio de Mateo, el cual introduce con la fórmula “en de to kata Maththaion euaggelio” o por “phesin ho kurios”.

Es innecesario llevar más lejos nuestra investigación. Alrededor de mediados del siglo III toda la Iglesia Cristiana recibió el Evangelio de Mateo como un documento divinamente inspirado, y por lo tanto, como canónico. El testimonio de Orígenes ("In Matt.", citado por Eusebio, "Hist. Ecl.", III, XXV, 4), de Eusebio (op. cit., III, XXIV, 5; XXV 1), y de Jerónimo ("De Viris Ill.", III, "Prolog. in Matt.,") son explícitos a este respecto. Se debe añadir que este Evangelio se halla en la mayoría de las versiones antiguas: latín antigua, siríaca y egipcia. Finalmente, está a la cabeza de los Libros del Nuevo Testamento en el Canon del Concilio de Laodicea (363) y en el de San Atanasio (326-73), y muy probablemente aparecía en la última parte del Canon Muratorio. Además toda la cristiandad acepta el Evangelio de Mateo como canónico.

Autenticidad

Testimonio de la Tradición

Examen del Evangelio Griego de San Mateo

Plan y Contenido del Primer Evangelio

Objeto y Enseñanza Doctrinal

Destinatarios

Fecha y Lugar de Composición

Valor Histórico

Apéndice: Decisiones de la Comisión Bíblica

Fuente: Jacquier, Jacque Eugène. "Gospel of St. Matthew." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/10057a.htm>.

Está siendo traducido por L H M.