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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Papa Clemente IX»

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(GIULIO ROSPIGLIOSI)  
 
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Nació el 28 de enero del año 1600, en Pistoja, proveniente de una [[familia]] ancestral originarios de [[Lombardía]], elegido (v. [[Elecciones Papales]]) el 20 de junio de 1667; murió en [[Roma]] el 9 de diciembre de 1669.  Él hizo una brillante carrera de estudios en el [[Seminario]] Romano, y en la [[Universidad de Pisa]], donde recibió el doctorado a los 23 años de edad y fue nombrado profesor de [[filosofía]]. Sus talentos y su vida virtuosa (v. [[virtud]])   trajeron  consigo una promoción rápida en la corte romana en un período donde la influencia  de los pontífices toscanos predominaba por doquier.  Disfrutaba de los favores especiales de [[Urbano VIII]], el cual era aficionado a la literatura y a la poesía igual que él, fue nombrado [[arzobispo]] titular de [[Tarso]] y fue enviado como [[nuncio]] a la corte española.  
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Vivió en retiro durante el [[pontificado]] de [[Inocencio X]],  a quien le disgustaba Barberini y sus seguidores, pero fue vuelto a llamar al cargo por [[Alejandro VII]], el cual lo nombró  secretario de estado y [[sacerdote]]-[[cardenal]] del título de San Sisto (1657).  Diez años después, un mes después de la muerte de Alejandro, el Cardenal Rospigliosi fue elegido al papado por el voto unánime del  Sacro Colegio.  El era el ídolo de los romanos, no tanto por su sabiduría y su aplicación a sus quehaceres, sino por su extrema caridad y su afabilidad hacia grandes y pequeños.  Aumentó la buena voluntad  de sus subordinados al librarlos mediante la compra del monopolio que  había asegurado el macinato, o el [[privilegio]] de vender grano, y como su predecesor  había  cobrado  el dinero para el propósito, Clemente hizo publicar el  decreto en nombre de Alejandro VII.  Dos veces por semana ocupaba el confesionario de la Iglesia de San Pedro y escuchaba a cualquier persona que quisiera confesarse ante él.  Visitaba frecuentemente los [[hospitales]] y era espléndido en sus [[limosnas]] a  los [[pobres]]. En época del nepotismo, él hizo poco o nada para enriquecer a su familia.  En su aversión por la [[notoriedad]], se negó a permitir  que su nombre fuera puesto  en los edificios construidos durante su reinado.  
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Nació el 28 de enero de 1600, en Pistoja, proveniente de una [[familia]] ancestral originarios de [[Lombardía]], [[Elecciones Papales|elegido]] el 20 de junio de 1667; murió en [[Roma]] el 9 de diciembre de 1669.  Él hizo una brillante carrera de estudios en el [[Seminario]] Romano, y en la [[Universidad de Pisa]], donde recibió el doctorado a los 23 años de edad y fue nombrado profesor de [[filosofía]]. Sus talentos y su vida [[Virtud|virtuosa]]  trajeron  consigo una promoción rápida en la corte romana en un período donde la influencia  de los pontífices toscanos predominaba por doquier.  Disfrutaba de los favores especiales del [[Papa Urbano VIII]], el cual era aficionado a la literatura y a la poesía igual que él, fue nombrado [[arzobispo]] titular de [[Tarso]] y fue enviado como [[nuncio]] a la corte española.  
El 15 de abril de 1668  declaró [[beata]] a [[Santa  Rosa de Lima]],  la  primera santa de América.  El 28 de abril de 1669  fueron solemnemente canonizados (v. [[beatificación y canonización]]Santa  [[María Magdalena de Pazzi]] y San [[Pedro de Alcántara]].  Reorganizó la [[Iglesia]] en [[Portugal]], después que esa nación logró independizarse  de [[España]].  Por un compromiso leve en el asunto  del jansenismo  (v. [[Jansenio y jansenismo]]) francés, conocido como la Paz Clementina, (Pax Clementina),  consiguió un momento de calma en la tormenta, la cual, desafortunadamente,  debido  a la insinceridad de los partidos, fue sólo temporal.  Actuando como árbitro, trajo consigo  la Paz de Aix-la-Chapelle entre [[Francia]] y España, y reprendió gravemente  a [[Luis XIV]]  contra  la carrera agresiva en la que se estaba enfrascando.  Por medio de una [[economía]] estricta llevó las finanzas papales a  un buen orden, y pudo  proveer ayuda material  a [[Venecia]] para la defensa de Creta, asediada entonces por  los turcos (v. [[Turquía]]).  Si los poderes europeos  (v. [[Europa]]) hubiesen  escuchado sus exhortaciones,  esa importante isla no se hubiese  perdido para la [[cristiandad]].  La noticia de su caída, después de una valiente resistencia de veinte años, apresuró la muerte del [[Papa]].  Murió después de su pontificado de dos años, cinco meses, y diecinueve días.  
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El ordenó que sus restos fuesen sepultados (v. [[entierro cristiano]]bajo el pavimento de Santa María la Mayor, con una inscripción sencilla Clemente IX, Cineres, pero su sucesor, [[Clemente X]], erigió en su [[honor]] un monumento suntuoso, el cual se encuentra a mano derecha de la [[nave]], cerca de la puerta.  Los romanos lamentaron la  muerte del querido pontífice por largo tiempo, al cual consideraban, si no el más grande, por lo menos el más amable de los Papas.  
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Vivió en retiro durante el [[pontificado]] del [[Papa Inocencio X]],  a quien le disgustaba Barberini y sus seguidores, pero fue vuelto a llamar al cargo por el [[Papa Alejandro VII]], el cual lo nombró  secretario de estado y [[cardenal]] [[sacerdote]] del título de San Sixto (1657).  Diez años después, un mes después de la muerte de Alejandro, el Cardenal Rospigliosi fue elegido al [[papado]] por el voto unánime del  [[Sacro Colegio]].  El era el ídolo de los romanos, no tanto por su sabiduría y su aplicación a sus quehaceres, sino por su extrema [[caridad]] y su afabilidad hacia grandes y pequeños.  Aumentó la buena voluntad  de sus subordinados al librarlos mediante la compra del monopolio que  había asegurado el macinato, o el [[privilegio]] de vender grano, y como su predecesor  había  cobrado  el dinero para el propósito, Clemente hizo publicar el  [[decreto]] en nombre de Alejandro VII.  Dos veces por semana ocupaba el confesionario de la Iglesia de San Pedro y escuchaba a cualquier persona que quisiera [[Sacramento de la Penitencia|confesarse]] ante él.  Visitaba frecuentemente los [[hospital]]es y era espléndido en sus [[limosna]]s a  los [[pobres]]. En época del nepotismo, él hizo poco o nada para enriquecer a su familia.  En su aversión por la [[notoriedad]], se negó a permitir  que su nombre fuera puesto  en los edificios construidos durante su reinado.  
Fuente:  FABRONI, Vita Clem. X, in Vitae Italorum doctrinâ excellentium, II, 1; DE MONTOR, Lives of the Roman Pontiffs (New York, 1867), II; GÉRIN, Louis XIV et Clément IX dans l'affaire des deux mariages de Marie de Savoie (1666-68) in Rev. des quest. hist. (1880).  
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El 15 de abril de 1668  declaró [[beata]] a [[Santa  Rosa de Lima]],  la  primera santa de América.  El 28 de abril de 1669  fueron solemnemente [[Beatificación y Canonización|canonizados]] Santa  [[María Magdalena de Pazzi]] y San [[Pedro de Alcántara]].  Reorganizó la [[Iglesia]] en [[Portugal]], después que esa nación logró independizarse  de [[España]].  Por un compromiso leve en el asunto  del [[jansenismo]] francés, conocido como la Paz Clementina, (Pax Clementina),  consiguió un momento de calma en la tormenta, la cual, desafortunadamente,  debido  a la insinceridad de los partidos, fue sólo temporal.  Actuando como árbitro, trajo consigo  la Paz de [[Aix-la-Chapelle]] entre [[Francia]] y España, y reprendió gravemente  a [[Luis XIV]]  contra  la carrera agresiva en la que se estaba enfrascando.  Por medio de una [[economía]] estricta llevó las finanzas papales a  un buen orden, y pudo  proveer ayuda material  a [[Venecia]] para la defensa de Creta, asediada entonces por  los [[Turquía|turcos]].  Si los poderes [[Europa|europeos]] hubiesen  escuchado sus exhortaciones,  esa importante isla no se hubiese  perdido para la [[cristiandad]].  La noticia de su caída, después de una valiente resistencia de veinte años, apresuró la muerte del [[Papa]].  Murió después de su [[pontificado]] de dos años, cinco meses, y diecinueve días.  
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El ordenó que sus restos fuesen [[Entierro Cristiano|sepultados]] bajo el pavimento de [[Santa María]] la Mayor, con una inscripción sencilla Clemente IX, Cineres, pero su [[Sucesión Apostólica|sucesor]], [[Papa Clemente X]], erigió en su [[honor]] un monumento suntuoso, el cual se encuentra a mano derecha de la [[nave]], cerca de la puerta.  Los romanos lamentaron la  muerte del querido pontífice por largo tiempo, al cual consideraban, si no el más grande, por lo menos el más amable de los [[Papas]].  
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'''Fuente''':  FABRONI, Vita Clem. X, in Vitae Italorum doctrinâ excellentium, II, 1; DE MONTOR, Vidas de los Pontífices Romanos (Nueva York, 1867), II; GÉRIN, Louis XIV et Clément IX dans l'affaire des deux mariages de Marie de Savoie (1666-68) in Rev. des quest. hist. (1880).  
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Loughlin, James. "Pope Clement IX." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04028a.htm>.
 
Loughlin, James. "Pope Clement IX." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04028a.htm>.
Transcrito por  Gerald Rossi Traducido por: Lourdes P. Gómez.
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Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina
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Traducido por Lourdes P. Gómez.   L H M.

Última revisión de 14:59 23 nov 2008

(GIULIO ROSPIGLIOSI)

Nació el 28 de enero de 1600, en Pistoja, proveniente de una familia ancestral originarios de Lombardía, elegido el 20 de junio de 1667; murió en Roma el 9 de diciembre de 1669. Él hizo una brillante carrera de estudios en el Seminario Romano, y en la Universidad de Pisa, donde recibió el doctorado a los 23 años de edad y fue nombrado profesor de filosofía. Sus talentos y su vida virtuosa trajeron consigo una promoción rápida en la corte romana en un período donde la influencia de los pontífices toscanos predominaba por doquier. Disfrutaba de los favores especiales del Papa Urbano VIII, el cual era aficionado a la literatura y a la poesía igual que él, fue nombrado arzobispo titular de Tarso y fue enviado como nuncio a la corte española.

Vivió en retiro durante el pontificado del Papa Inocencio X, a quien le disgustaba Barberini y sus seguidores, pero fue vuelto a llamar al cargo por el Papa Alejandro VII, el cual lo nombró secretario de estado y cardenal sacerdote del título de San Sixto (1657). Diez años después, un mes después de la muerte de Alejandro, el Cardenal Rospigliosi fue elegido al papado por el voto unánime del Sacro Colegio. El era el ídolo de los romanos, no tanto por su sabiduría y su aplicación a sus quehaceres, sino por su extrema caridad y su afabilidad hacia grandes y pequeños. Aumentó la buena voluntad de sus subordinados al librarlos mediante la compra del monopolio que había asegurado el macinato, o el privilegio de vender grano, y como su predecesor había cobrado el dinero para el propósito, Clemente hizo publicar el decreto en nombre de Alejandro VII. Dos veces por semana ocupaba el confesionario de la Iglesia de San Pedro y escuchaba a cualquier persona que quisiera confesarse ante él. Visitaba frecuentemente los hospitales y era espléndido en sus limosnas a los pobres. En época del nepotismo, él hizo poco o nada para enriquecer a su familia. En su aversión por la notoriedad, se negó a permitir que su nombre fuera puesto en los edificios construidos durante su reinado.

El 15 de abril de 1668 declaró beata a Santa Rosa de Lima, la primera santa de América. El 28 de abril de 1669 fueron solemnemente canonizados Santa María Magdalena de Pazzi y San Pedro de Alcántara. Reorganizó la Iglesia en Portugal, después que esa nación logró independizarse de España. Por un compromiso leve en el asunto del jansenismo francés, conocido como la Paz Clementina, (Pax Clementina), consiguió un momento de calma en la tormenta, la cual, desafortunadamente, debido a la insinceridad de los partidos, fue sólo temporal. Actuando como árbitro, trajo consigo la Paz de Aix-la-Chapelle entre Francia y España, y reprendió gravemente a Luis XIV contra la carrera agresiva en la que se estaba enfrascando. Por medio de una economía estricta llevó las finanzas papales a un buen orden, y pudo proveer ayuda material a Venecia para la defensa de Creta, asediada entonces por los turcos. Si los poderes europeos hubiesen escuchado sus exhortaciones, esa importante isla no se hubiese perdido para la cristiandad. La noticia de su caída, después de una valiente resistencia de veinte años, apresuró la muerte del Papa. Murió después de su pontificado de dos años, cinco meses, y diecinueve días.

El ordenó que sus restos fuesen sepultados bajo el pavimento de Santa María la Mayor, con una inscripción sencilla Clemente IX, Cineres, pero su sucesor, Papa Clemente X, erigió en su honor un monumento suntuoso, el cual se encuentra a mano derecha de la nave, cerca de la puerta. Los romanos lamentaron la muerte del querido pontífice por largo tiempo, al cual consideraban, si no el más grande, por lo menos el más amable de los Papas.


Fuente: FABRONI, Vita Clem. X, in Vitae Italorum doctrinâ excellentium, II, 1; DE MONTOR, Vidas de los Pontífices Romanos (Nueva York, 1867), II; GÉRIN, Louis XIV et Clément IX dans l'affaire des deux mariages de Marie de Savoie (1666-68) in Rev. des quest. hist. (1880).

Loughlin, James. "Pope Clement IX." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04028a.htm>.

Traducido por Lourdes P. Gómez. L H M.