Diferencia entre revisiones de «Abandono»
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− | [[Archivo:Sanjuandelacruz2.jpg|300px|thumb|left|]]Término utilizado por escritores de obras [[Ascetismo|ascéticas]] y [[Misticismo|místicas]] para referirse a la primera etapa de la unión del [[alma]] con [[Dios]] al conformarse con su voluntad. Es descrito como el primer paso en la vía unitiva o perfecta para acercarse a Dios mediante la [[contemplación]], de la cual es el preludio. Éste implica la purificación pasiva a través de la cual la [[persona]] pasa a aceptar pruebas y sufrimientos permitidos por Dios para volver las [[alma]]s hacia Él. Implica también la desolación que viene sobre el alma cuando se renuncia a lo que gratifica desordenadamente a las creaturas, la renuncia a consuelos naturales con el fin de buscar a Dios, y la pérdida por un [[tiempo]] de la [[conciencia]] de fuertes y ardientes impulsos de las [[virtudes]] de [[fe]], [[esperanza]] y [[caridad]]; y finalmente la aridez o la falta de devoción ferviente en la [[oración]] y en otras actividades espirituales. Según algunos, es equivalente a la "noche oscura," descrita por [[San Juan de la Cruz]], o la oscuridad del alma en un estado de purificación, sin luz, en medio de muchas [[duda]]s, riesgos y peligros. También es usado [[error|erradamente]] para expresar una condición [[Quietismo|quietista]] del alma, que excluye no sólo todo esfuerzo personal, sino incluso deseos, y dispone a la persona a aceptar el [[mal]] con la [[Fatalismo|fatalista]] razón de que éste no puede ser evitado. | + | [[Archivo:Sanjuandelacruz2.jpg|300px|thumb|left|Según algunos, el abandono de sí es equivalente a la "noche oscura," descrita por San Juan de la Cruz, o la oscuridad del alma en un estado de purificación, sin luz, en medio de muchas dudas, riesgos y peligros]]Término utilizado por escritores de obras [[Ascetismo|ascéticas]] y [[Misticismo|místicas]] para referirse a la primera etapa de la unión del [[alma]] con [[Dios]] al conformarse con su voluntad. Es descrito como el primer paso en la vía unitiva o perfecta para acercarse a Dios mediante la [[contemplación]], de la cual es el preludio. Éste implica la purificación pasiva a través de la cual la [[persona]] pasa a aceptar pruebas y sufrimientos permitidos por Dios para volver las [[alma]]s hacia Él. Implica también la desolación que viene sobre el alma cuando se renuncia a lo que gratifica desordenadamente a las creaturas, la renuncia a consuelos naturales con el fin de buscar a Dios, y la pérdida por un [[tiempo]] de la [[conciencia]] de fuertes y ardientes impulsos de las [[virtudes]] de [[fe]], [[esperanza]] y [[caridad]]; y finalmente la aridez o la falta de devoción ferviente en la [[oración]] y en otras actividades espirituales. Según algunos, es equivalente a la "noche oscura," descrita por [[San Juan de la Cruz]], o la oscuridad del alma en un estado de purificación, sin luz, en medio de muchas [[duda]]s, riesgos y peligros. También es usado [[error|erradamente]] para expresar una condición [[Quietismo|quietista]] del alma, que excluye no sólo todo esfuerzo personal, sino incluso deseos, y dispone a la persona a aceptar el [[mal]] con la [[Fatalismo|fatalista]] razón de que éste no puede ser evitado. |
Última revisión de 07:53 24 ene 2012
(Más propiamente, ABANDONO DE SÍ) Término utilizado por escritores de obras ascéticas y místicas para referirse a la primera etapa de la unión del alma con Dios al conformarse con su voluntad. Es descrito como el primer paso en la vía unitiva o perfecta para acercarse a Dios mediante la contemplación, de la cual es el preludio. Éste implica la purificación pasiva a través de la cual la persona pasa a aceptar pruebas y sufrimientos permitidos por Dios para volver las almas hacia Él. Implica también la desolación que viene sobre el alma cuando se renuncia a lo que gratifica desordenadamente a las creaturas, la renuncia a consuelos naturales con el fin de buscar a Dios, y la pérdida por un tiempo de la conciencia de fuertes y ardientes impulsos de las virtudes de fe, esperanza y caridad; y finalmente la aridez o la falta de devoción ferviente en la oración y en otras actividades espirituales. Según algunos, es equivalente a la "noche oscura," descrita por San Juan de la Cruz, o la oscuridad del alma en un estado de purificación, sin luz, en medio de muchas dudas, riesgos y peligros. También es usado erradamente para expresar una condición quietista del alma, que excluye no sólo todo esfuerzo personal, sino incluso deseos, y dispone a la persona a aceptar el mal con la fatalista razón de que éste no puede ser evitado.
Fuente: Wynne, John. "Abandonment." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01006a.htm>.
Traducido por O.A. L H M.
Enlaces internos
[1] Abandono en el Estoicismo y Budismo
[2] Abandono en Francisco de Sales
[3] Abandono en San Juan Eudes
[4] Abandono en las Dos Alianzas
[5] Abandono en la espiritualidad de San Agustín
[6] Abandono en la teología musulmana
[7] Abandono en el seno del Judaísmo
[8] Abandono en Teresa de Liseux
[9] Abandono y espiritualidad ignaciana