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Martes, 3 de diciembre de 2024

Blosio Emilio Draconcio

De Enciclopedia Católica

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Draconcio (Blosio Emilio Draconcio) fue un poeta cristiano del siglo V; perteneció a una distinguida familia de Cartago y fue discípulo de un notable gramático llamado Feliciano. Fue llamado clarissimus (el más ilustre), ganó el favor del procónsul Pacideio y llevó una vida próspera por medio de riquezas heredadas y los ingresos de su práctica legal hasta que incurrió en la mala voluntad del rey vándalo Guntamundo. La causa de esta desgracia parece haber sido la expresión de sentimientos de patriotismo romano-bizantino, por cuyas declaraciones Draconcio sufrió un largo encarcelamiento. No se sabe nada más de su historia, excepto que todavía estaba vivo cuando Trasamundo ascendió al trono en 496.

Sus obras son la “Romulea”, tres libros sobre Dios (De laudibus Dei) y un poema titulado “Satisfactio”. Los dos últimos fueron escritos en prisión; la “Romulea” es una colección de piezas compuestas en varias ocasiones y escrita en el estilo de los ejercicios escolares retóricos. Así, uno de estos poemas representa a un rico y a un pobre como enemigos; como recompensa por las hazañas del rico, se erige su estatua en la plaza pública y se le concede el derecho de santuario. Posteriormente, en recompensa por servicios adicionales, el rico pide la cabeza del pobre, tras lo cual este último huye a la estatua por seguridad y se produce un proceso formal. En otro poema Aquiles delibera sobre si venderá o no el cuerpo de Héctor. Cuando Draconcio trata temas de su época, como en el elogio de su antiguo maestro, y la "Epithalamia" para dos parejas que eran amigas, su estilo es en ocasiones menos convencional.

Los escritos que forman la “Romulea” contienen poco que sugiera a un poeta cristiano; por otro lado, la “Satisfactio” y la “De laudibus Dei” manifiestan una ardiente y a veces elocuente fe. La “Satisfactio”, escrita alrededor de 490, iba destinada a ser fundamental para obtener el perdón real; el “De laudibus Dei”, producido entre 486 y 496, es un recital de los beneficios de Dios. El primer libro del "De laudibus Dei" tiene como contenido principal una descripción de la creación; el tema principal del segundo es la Encarnación y la redención; también contiene vehementes ataques al arrianismo. El tercero compara, con ejemplos apropiados, la esperanza del cristiano, que se niega a sí mismo para amar a Dios, con la triste perspectiva del pagano que no cuenta con recompensa futura. Este poema, como los demás, está lleno de ideas extraídas de otras fuentes; los episodios extraídos de la Biblia, la historia profana y la mitología son tan variados como las reminiscencias textuales de los poetas latinos, tanto cristianos como paganos. Sin embargo, el excelente alumno de Feliciano no era un maestro completo de la dicción y la prosodia latinas; sus escritos dan pruebas frecuentes en su forma de la barbarie circundante.

La colección denominada "Romulea" está incompleta. Probablemente también debía contener dos pequeños poemas, uno sobre los meses y otro sobre el origen de la rosa; quizás, además, la "Orestis tragœdia", que se llama tragedia aunque en realidad es un poema épico de unos mil versos, en la que el autor sigue una versión antigua única del mito; finalmente, aunque con menos certeza, el "Ægritudo Perdicæ" (Enfermedad de Pérdicas). El tema de este pequeño poema de 290 hexámetros es interesante desde el punto de vista del folklore. Pérdicas, un estudiante de Atenas, ha descuidado el culto a Venus y, a modo de venganza, esta diosa lo inspira con un amor culpable por su madre, Castalia. Pérdicas cae en una depresión y sus médicos son incapaces de comprender su dolencia, pero Hipócrates, que comprueba que el corazón de Pérdicas late con más violencia cuando se acerca Castalia, reconoce la verdadera naturaleza de la enfermedad. No hay remedio para el problema y Pérdicas se ahorca (vea Rohde, Der grischisch. Roman, p. 54).

Las obras de Draconcio no se conocieron en su forma real hasta 1791 y 1873. Sus poemas cristianos fueron muy populares en los siglos VI y VII. Fueron revisadas por Eugenio, obispo de Toledo (fallecido en 657), pero estas revisiones hicieron grandes cambios en las declaraciones del autor. Fueron revisadas por Eugenio, obispo de Toledo (m. 657), pero estas revisiones hicieron grandes cambios en las declaraciones del autor. Lo que Eugenio no entendió, lo alteró; además, corrigió la doctrina de Draconcio. Este último había dicho que Dios creó deliberadamente el bien y el mal al mismo tiempo (Satisfactio, 15); Eugenio le hizo decir que Dios toleraba el mal. Fue en esta recensión que se conocieron ambos poemas cristianos hasta 1791. La mayor parte de los poemas seculares de Draconcio fueron publicados por primera vez en 1873.


Bibliografía: VOLLMER in PAULY-WISSOWA. Realencykl. d. clase. Altertumswiss. (Stuttgart, 1905), s.v. Draconcio; primera edición de poemas cristianos en forma original, ARÉVALO ed. (Roma, 1791), reimpreso en P.L., LX; primera edición de poemas seculares, ed. VON DUHN (Leipzig, 1873), mejor edición por VOLLMER en Mon. Germ. Hist. (Berlín, 1905), except por Ægritudo Perdicæ, que está editado por BÄHRENS en Poetæ latini minores (Leipzig, 1883). V, 112.

Fuente: Lejay, Paul. "Blossius Æmilius Dracontius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5, pág. 153. New York: Robert Appleton Company, 1909. 1 nov. 2020 <http://www.newadvent.org/cathen/05153a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina