Advocatus Diaboli
De Enciclopedia Católica
(Abogado del Diablo) Un nombre popular que se da a uno de los más importantes oficiales de la Sagrada Congregación de Ritos, establecido en 1587 por el Papa Sixto V, para que tratara jurídicamente con los procesos de beatificación y canonización. Su título oficial es Promotor de la Fe (Promotor Fidei). Su deber le requiere que prepare por escrito todos los argumentos, incluso a veces aparentemente leves, contra la elevación de cualquiera a los honores del altar. Para proteger el interés y honor de la Iglesia, se preocupa en evitar que nadie reciba esos honores si no se prueba jurídicamente que su muerte ha sido “preciosa a los ojos de Dios”. (Ver Beatificación y Canonización).
Prospero Lamertini, después Papa Benedicto XIV (1740-58), fue Promotor de la Fe durante veinte años y tuvo todas las oportunidades de estudiar la obra de la Iglesia en este importante función; estaba, pues, especialmente cualificado para escribir su monumental obra “Sobre la Beatificación y Canonización de los Santos”, la cual contiene la reivindicación completa de los derechos de la Iglesia es este asunto y expone históricamente el extremo cuidado del uso de este derecho.
Ningún acto importante en el proceso de beatificación o canonización es válido a no ser que se lleve a cabo en la presencia del Promotor de la Fe formalmente reconocido. Su obligación es protestar contra la omisión de las formas establecidas e insistir en la consideración de cualquier objeción. La primera mención formal de este oficio se halla en la canonización de San Lorenzo Justiniano, bajo León X (1513-21). Urbano VIII, en 1631, hizo que su presencia fuera necesaria, al menos por un delegado, para la validez de cualquier acto relacionado con el proceso de beatificación y canonización.
Bibliografía: BENEDICT XIV, De Beat. et Canon. Sanctorum, I, XVIII.
Fuente: Burtsell, Richard. "Advocatus Diaboli." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01168b.htm>.
Traducido por Pedro Royo. L H M.