Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Domingo, 24 de noviembre de 2024

Chevalier de Lamarck

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet, Chevalier de Lamarck (también escrito La Marck; abreviatura botánica Lam.; abreviatura zoológica Lm.) fue un distinguido botánico, zoólogo y filósofo natural; nació en Bazentin en Picardía (departamento de Somme), Francia el 1 de agosto de 1744; murió en París el 18 de diciembre de 1829. Su padre, Pierre de Monet, lo destinó al sacerdocio, por lo que Lamarck estudió por primera vez en el colegio jesuita de Amiens. Sin embargo, tras la muerte de su padre, se unió al ejército francés en el norte de Alemania en 1761, y el día de su llegada, durante la Guerra de los Siete Años, fue nombrado oficial en el campo de batalla por su valentía. A sus veinticuatro años fue obligado a dejar el ejército debido a una enfermedad, y recibió una pensión muy pequeña. Mientras se ganaba el sustento trabajando como oficinista en un banco en París, en su tiempo libre estudiaba medicina, meteorología y botánica. Nunca practicó la medicina y sus numerosos escritos meteorológicos no tienen ningún valor científico; lo mismo es cierto para sus obras sobre química y física, en las cuales se oponía a Lavoisier. Todas fueron escritas para mantenerse él y su familia. Fue de otro modo con las diferentes ramas de la biología: desde 1778 fue un botánico muy diestro, desde 1794, un zoólogo, y alrededor de 1800 comenzó sus obras especulativas sobre la variación de las especies.

En 1778 escribió en seis meses el primer relato completo de la flora de Francia, "Flore française" (3 vols., París, 1778; 3ª ed., editado por de Candolle, 6 vols., 1805-15). Tanto en la introducción a su obra como en varios tratados, Lamarck explicó el sistema analítico y dicotómico de determinar las especies de plantas, un sistema originado por él y muy utilizado ahora. En la clasificación mantuvo el principio, en oposición a Jussieu, que una sola parte, no importa cuán esencial, no era suficiente para la clasificación de la planta sino que, en la clasificación, se debe considerar todas las partes. Este trabajo lo llevó a conocer a Buffon y en 1779 ganó su elección a la Academia de Ciencias. Con el hijo de Buffon viajó a través de Holanda, Alemania y Hungría. Este trabajo lo llevó a conocer a Buffon y en 1779 ganó su elección a la Academia de Ciencias. Con el hijo de Buffon, viajó a través de Holanda, Alemania y Hungría.

Una vez más en París se convirtió en un colaborador a la "Encyclopédie méthodique", para la cual escribió los primeros cuatro volúmenes del "Dictionnaire de botanique" (París, 1783-96). En esta obra se trata hábilmente sobre en orden alfabético desde la A hasta la P, y las grandes colecciones de París están dibujadas exhaustivamente. El gran atlas "Illustration des Genres", que acompañó la obra, contiene 900 láminas. Lamarck comenzó una "Histoire naturelle des végétaux" (París, 1802), como parte de la compilación "Suites de Buffon"; Mirbel continuó la "Histoire naturelle" desde el volumen III al XV. Mientras tanto Lamarck había recibido, en 1789, la posición de guardián del herbario en el Jardin des Plantes como ayudante de Daubenton, pero la perdió pronto. Él no estuvo en circunstancias prósperas en ninguna época de su vida. Cuando el Museo de Historia Natural fue reorganizado en 1793 no había profesores de zoología. La cátedra para los animales inferiores se le ofreció al botánico Lamarck, y a la edad de cuarenta y nueve años tuvo el coraje de enseñarse zoología. En 1794 comenzó sus conferencias sobre zoología y las continuó hasta que en 1818 la ceguera lo obligó en 1818 a transferirlas al entomólogo Latreille.

Lamarck comenzó separando el reino animal en dos importantes divisiones de vertebrados e invertebrados. Buscó desarrollar la clasificación de los invertebrados ("Système des animaux sans vertèbres", París, 1801), y estableció numerosos géneros y especies nuevos para ellos. Su obra más importante sobre zoología es la "Histoire des animaux sans vertebras" (7 vols., París, 1815-22; 2da ed., 11 vols., 1835-45). Se debe hacer mención particular de las investigaciones de Lamarck respecto a los moluscos, especialmente sus estudios de los moluscos fósiles geológicamente importantes. Durante los últimos veinte años (1907), su reputación ha sido mucho mayor que en su vida en un grado que crece continuamente. Sus puntos de vista teóricos acerca de las formas de vida que a menudo eran considerados por sus contemporáneos, como por Cuvier, solo como ridículos, caprichos fantásticos, indignos de notoriedad o incluso contradictorios, ahora muchos biólogos consideran que muestran en el más alto grado la originalidad del genio. Estas opiniones son expresadas en numerosos tratados publicados durante el período de 1802 a 1820 pero especialmente en su obra "Philosophie zoologique" (2 vols., París, 1809, 1839, 1873, etc.; traducida más tarde a otros idiomas). Ellos son la base de aquella forma de evolución que como “lamarcksmo”, y últimamente en aguda oposición a Darwin como “neo-lamarckismo”, tiene distinguidos seguidores entre botánicos, zoólogos y paleontólogos. Estos adherentes, sin embargo, no concurren entre sí. Cada año en número creciente aparecen obras populares y científicas sobre Lamarck y el “lamarckismo”.

Sus ideas fueron parcialmente influenciadas por Maillet, Condillac, Rousseau, y especialmente por Buffon. Lamarck puede, con más derecho que Darwin, ser llamado el creador de la teoría de la evolución, así como también fue el primero en elegir la forma de un árbol genealógico para ilustrar la conexión genética de los organismos. Según él, sólo unas pocas especies se han extinguido; en su mayor parte han sido modificadas. Sin embargo, la palabra “lamarckismo” significa sobre todo las fuerzas impulsoras de la filogenia, postuladas por Lamarck: el uso o desuso de los órganos, ocasionado por la necesidad, en consecuencia por un factor inherente a la forma de vida, se dice que pone de manifiesto adaptaciones que se vuelven permanentes por la herencia. Por lo tanto, Lamarck fue un vitalista, no un materialista; tampoco era un ateísta, ni irreligioso, ni se oponía a las Escrituras. Por el contrario, con respecto a la creación del hombre, francamente colocó la autoridad de la Biblia por encima de sus propias ideas. Al menos no hay una razón válida para considerar como hipócritas sus palabras relativas a esto, como hacen muchos “lamarckianos”. El nombre de Lamarck se perpetúa en botánica en los géneros Monetia, Markea, Lamarchea y Lamarckia. En 1909 se inauguró un monumento a él en el Museo de Historia Natural de París.


Bibliografía: De la extensa literatura sobre Lamarck se puede mencionar: CUVIER, Eloge de Lamarck (París, 1835); COPE,The Origin of the fittest (Nueva York, 1887); PACKARD, Lamarck, the Founder of Evolution (Nueva York, Londres y Bombay, 1901); PAULY, Darwinismus und Lamarckismus (Munich, 1905); LOTSY, Vorlesungen uber Desce: denztheor er, (Jena, 1906-08); BURCKHARDT, Geschichte der Zoologie (Leipsig, 1907); PERRIER, GUIGNARD y DELAGE en Acad. des Sciences, Inst. de France, CXLIX (París, 1909); RADL, Geschichte der biolog. Theorien (Leipzig 1905-09).

Fuente: Rompel, Josef. "Chevalier de Lamarck." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8, pp. 753-754. New York: Robert Appleton Company, 1910. 26 junio 2019 <http://www.newadvent.org/cathen/08753c.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.