Dosel de Altar
De Enciclopedia Católica
El "Caeremoniale Episcoporum” (I, XII, 13), al tratar de los ornamentos del altar, dice que un dosel (baldachinum) se debe suspender sobre el altar. Debe ser de forma cuadrada, y lo suficientemente grande para cubrir el altar y la predela en la que se para el celebrante; y si se puede hacer fácilmente, el color del material, de terciopelo de seda u otra tela, con el que se cubre, debe variar con el color de los ornamentos del altar. Puede ser suspendido del techo por una cadena movible, de modo que se pueda bajar o subir cuando sea necesario, o se puede unir a la pared, o al retablo en la parte posterior del altar. También puede ser una estructura fija, y este es generalmente el caso en las iglesias grandes, y entonces se hace de mármol, piedra, metal o madera bellamente tallada y recubierta con oro o plata, en la forma de una cúpula erigida sobre cuatro pilares. En la liturgia antes se le llamaba el ciborio. (N. del T.: Ahora se le llama ciborio al copón.)
El dosel, según la decisión de la Sagrada Congregación de Ritos, debe ser erigido sobre el altar del Santisimo Sacramento (23 mayo 1846), y sobre los otros altares de la iglesia (27 abr. 1697), pero como la costumbre contraria ha prevalecido hasta ahora, incluso en Roma se erige solamente sobre el altar mayor y el altar del Santísimo Sacramento. El propósito de este dosel es proteger el altar del polvo o de otro material que caiga del techo, el cual, al ser usualmente muy alto, no puede ser limpiado fácil o convenientemente. En fiestas solemnes a veces se coloca un dosel temporal sobre un altar o en el exterior de la iglesia. El marco en el que se levanta tal dosel se llama la “carroza de altar”, una palabra probablemente derivada de carroza fúnebre, cuyo marco se cubría con un paño, y que anteriormente se ponía sobre un cadáver en las solemnidades funerales.
Fuente: Schulte, Augustin Joseph. "Altar Canopy." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. 26 Feb. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/01351a.htm>.
Traduccion X. L. Vilar – Del Castillo. rc