Trajano
De Enciclopedia Católica
En su administración interna, Trajano estuvo ocupado incesantemente en fomentar el comercio y las industrias. Se amplió el puerto de Ancona y se construyeron nuevos puertos y caminos. Numerosas ruinas magníficas en y alrededor de Roma dan testimonio del celo del emperador en erigir edificios para propósitos públicos. El principal de éstos es el inmenso Foro Trajano, que por su tamaño y esplendor pone en la sombra los foros de otros emperadores. En medio del gran espacio abierto estaba la colosal estatua ecuestre de Trajano; el área libre en sí misma estaba rodeada por filas de columnas y nichos coronados por elevados arcos. Al final de la estructura estaba la Biblioteca Ulpia, en cuyo atrio estaba la famosa columna de Trajano con sus relieves representando escenas de las guerras dacias. Más tarde Adriano construyó un templo al deificado Trajano al final del foro hacia el Campo Marcio.
El arte y el aprendizaje florecieron durante el reinado de Trajano. Entre sus literatos contemporáneos estaban Tácito, Juvenal y el joven Plinio con los cuales el emperador realizaba una animada correspondencia. Esta correspondencia perteneciente a los años 111-13 arroja luz sobre la persecución de los cristianos durante su reinado. Plinio era legado de la doble provincia de Bitinia y Ponto. En su territorio encontró muchos cristianos y le solicitó instrucciones a Trajano (Ep. 96). En su respuesta (Ep. 97) Trajano considera la confesión del cristianismo como un crimen digno de la muerte, pero prohíbe la búsqueda de los cristianos y la aceptación de denuncias anónimas. Cualquiera que demostrara no ser cristiano al ofrecer sacrificio a los dioses, era liberado. A quien se le probara la adherencia al cristianismo recibiría la pena de muerte. La acción a ser prescrita descansaba en el poder coercitivo de la policía, el derecho de represión de la magistratura, la cual no requería una forma establecida de procedimiento. En cumplimiento de estas órdenes, se tomaron medidas contra los cristianos en otros lugares también. Los mártires más distinguidos bajo Trajano fueron los obispos San Ignacio de Antioquía y Simeón de Jerusalén. La leyenda nombra a muchos otros, pero no hubo una persecución a gran escala y la posición de los cristianos en general era satisfactoria.
Bibliografía: MERIVALE, Historia de los romanos bajo el Imperio (Londres, 1850-62), LXIII, LXIV; SCHILLER, Gesch. der römischen Kaiserzeit, I (Gotha, 1883), 543-94; DOMASZEWSKI, Gesch. der römischen Kaiser, II (Leipzig, 1909), 171-86; LA BERGE, Essai sur le regne de Trajan (Paris, 1877); RAMSAY, The Church in the Roman Empire (London, 1893); ARNOLD, Studien zur Gesch. de plinianischen Christenverfolgung (Konigsberg, 1887).
Fuente: Löffler, Klemens. "Trajan." The Catholic Encyclopedia. Vol. 15. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/15015a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.