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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Crisma»

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En su significado primitivo la palabra crisma, como la griega ''chrisma'', se usaba para designar cualquiera y toda [[substancia]] que sirviese al propósito de untar o ungir, como los distintos tipos de aceites, ungüentos y pigmentos.  Esta fue su significación ordinaria en la literatura profana, e incluso en los primeros escritos [[patrística|patrísticos]]. Poco a poco, sin embargo, en los escritos de los [[Padres de la Iglesia|Padres]] en todos los casos, el término llegó a estar restringido a ese tipo especial de aceite que se usaba en [[ceremonia]]s y funciones [[religión|religiosas]], y especialmente en la administración de los [[sacramentos]] del [[bautismo]] y la [[confirmación]].  Así, [[Orígenes y Origenismo|Orígenes]] se refiere al crisma visible en el que todos hemos sido bautizados; [[San Ambrosio]] venera en el crisma el aceite de la [[gracia]] que hace reyes y [[sacerdote]]s y [[San Cirilo de Jerusalén]] celebra las alabanzas del crisma [[misticismo|místico]] (cf. Dict. de Teol. Cat., s.v. Chreme, donde se dan muchas referencias a pasajes patrísticos donde aparece la palabra).
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Los primeros [[concilio]]s de [[la Iglesia]] tienen también referencias al crisma como algo separado para propósitos sagrados y el progreso para la santificación de los [[raza humana|hombres]]; por ejemplo, el [[Concilio de Constantinopla, 382 d.C.]] ([[cánones eclesiásticos|canon]] VII) y el Concilio de [[Toledo, España|Toledo]] (398) (canon X).  Respecto a la institución del crisma, o a su introducción en el sistema sacramental y ceremonial de la Iglesia, algunos [[teología dogmática|teólogos]] como [[Santo Tomás de Aquino|Santo Tomás]] (Summa Theol. III.72.4) y [[Francisco Suárez]] (De Conf., D. XXXIII) afirman que fue instituido inmediatamente por [[Jesucristo|Cristo]], mientras que otros alegan que es totalmente de origen [[la Iglesia|eclesiástico]].  El [[Papa]] [[Papa Eugenio IV|Eugenio IV]], en su famosa "Instrucción para los [[Armenia|Armenios]]" ([[Bulas y Breves|Bula]] "Exultate Deo", apud [[Heinrich Joseph Dominicus Denzinger|Denzinger]], "Enchiridion", p. 160) afirma que el crisma es la [[materia]] del sacramento de la confirmación, y, ciertamente, esta opinión es tan [[certeza|cierta]] que no puede ser negada sin incurrir en alguna clase de [[censuras teológicas|censura teológica]] (cf. Catecismo del Concilio de Trento, Pt. II, c. III, q. 7.)  Todo lo que el [[Concilio de Trento]] ha [[definición teológica|definido]] a este respecto es que aquellos que le atribuyen cierta eficacia spiritual y curativa al santo crisma de ningún modo menguan el respeto y reverencia debido al [[Espíritu Santo]] (Ses. VII, c. IV).
  
 
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Revisión de 23:11 27 mar 2012

Definición

Se le llama crisma a la mezcla de aceite de oliva y bálsamo, bendecida por un obispo de una manera especial y la cual se utiliza en la administración de ciertos sacramentos y en le realización de ciertas funciones eclesiásticas. Para que el crisma pueda servir como materia válida para el sacramento de la confirmación debe consistir en aceite puro de oliva, y debe ser bendecido por un obispo, o al menos por un sacerdote delegado por la Santa Sede. Estas dos condiciones son ciertamente necesarias para su validez; además es probable que deba haber una mezcla de bálsamo, y que la bendición del crisma deba ser especial, en el sentido de que debe ser diferente de la que se le da al aceite para los enfermos o al aceite de los catecúmenos. (cf. Lehmkuhl, Cas. Cons. II, n.102.). Si faltase cualquiera de estas dos condiciones, la validez del sacramento será dudosa. Para tratar sobre el tema de una forma bastante exhaustiva, será suficiente tocar:

  • 1. el origen y antigüedad del crisma;
  • 2. su naturaleza constitutiva;
  • 3. su bendición, y
  • 4. su uso y significado simbólico.

Origen

En su significado primitivo la palabra crisma, como la griega chrisma, se usaba para designar cualquiera y toda substancia que sirviese al propósito de untar o ungir, como los distintos tipos de aceites, ungüentos y pigmentos. Esta fue su significación ordinaria en la literatura profana, e incluso en los primeros escritos patrísticos. Poco a poco, sin embargo, en los escritos de los Padres en todos los casos, el término llegó a estar restringido a ese tipo especial de aceite que se usaba en ceremonias y funciones religiosas, y especialmente en la administración de los sacramentos del bautismo y la confirmación. Así, Orígenes se refiere al crisma visible en el que todos hemos sido bautizados; San Ambrosio venera en el crisma el aceite de la gracia que hace reyes y sacerdotes y San Cirilo de Jerusalén celebra las alabanzas del crisma místico (cf. Dict. de Teol. Cat., s.v. Chreme, donde se dan muchas referencias a pasajes patrísticos donde aparece la palabra).

Los primeros concilios de la Iglesia tienen también referencias al crisma como algo separado para propósitos sagrados y el progreso para la santificación de los hombres; por ejemplo, el Concilio de Constantinopla, 382 d.C. (canon VII) y el Concilio de Toledo (398) (canon X). Respecto a la institución del crisma, o a su introducción en el sistema sacramental y ceremonial de la Iglesia, algunos teólogos como Santo Tomás (Summa Theol. III.72.4) y Francisco Suárez (De Conf., D. XXXIII) afirman que fue instituido inmediatamente por Cristo, mientras que otros alegan que es totalmente de origen eclesiástico. El Papa Eugenio IV, en su famosa "Instrucción para los Armenios" (Bula "Exultate Deo", apud Denzinger, "Enchiridion", p. 160) afirma que el crisma es la materia del sacramento de la confirmación, y, ciertamente, esta opinión es tan cierta que no puede ser negada sin incurrir en alguna clase de censura teológica (cf. Catecismo del Concilio de Trento, Pt. II, c. III, q. 7.) Todo lo que el Concilio de Trento ha definido a este respecto es que aquellos que le atribuyen cierta eficacia spiritual y curativa al santo crisma de ningún modo menguan el respeto y reverencia debido al Espíritu Santo (Ses. VII, c. IV).

Naturaleza

Bendición

Uso y Significado

Bibliografía: ISIDORO DE SEVILLE, De Officiis Ecclesiasticis, II, n. 26 en P.L. LXXXIII; RUPERT, De Officiis Ecclesiasticis, V, XVI, XVII, XVIII en P.L. CLXXII; STO. TOMÁS, Summa Theol. (Roma, 1894), III, Q, LXXII, a.2; GOAR. Euchologion (París, 1647), 618-642; BINGHAM, Antiquities of the Christian Church, s.v. Chrism (Londres, 1850); CATALANI, Pontificale Romanum (Roma, 1850), I, 120; DENZINGER, Ritus Orientalium Ecclesiarum (Wurzbert, 1863), I, 54 ss.; PERRONE. Praelectiones Theologicae, III, De Confirmatione (París, 1887); BELLARMINE, III, De Confirmatione (Nápoles, 1858); LEHMKUHL, Casus Conscientiae (Freiburg im Br., 1902); JANSSENS, La Confirmation (Lille, 1888), 100-120; VAN DER STRAPPEN, De Sacramentorum Administratione (Malinas, 1902); passim; BERNARD, Le Pontifical (París, 1902) II, xi; DUCHESNE, Christian Worship: Its Origin and Evolution (Londres, 1903), 306; CABROL, Les Origines Liturgiques (París, 1906), 164 sq.; Dictionnaire de Theologie Catholique, s.v. Chreme (París, 1905); Kirchenlex., art. Chrisma (Friburgo im Br., 1882).

Fuente: Morrisroe, Patrick. "Chrism." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. 27 Mar. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/03696b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.