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Miércoles, 11 de diciembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Vicio»

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([[latín eclesiástico|Latín]] vitium, cualquier clase de defecto).  El vicio es considerado como un [[hábito]] que inclina a uno al [[pecado]].  Es el producto de acciones pecaminosas de cierta clase repetidas y cuando se forman es en algún sentido también su [[causa]].  Su caracterización específica en cualquier caso se puede [[deducción|deducir]] de la oposición que implica a una [[virtud]] particular.  Es manifiesto que es completamente impropio usar el término para designar el acto [[mal]]vado individual.  Difieren en que el hábito de hacer algo se distingue del acto de esa cosa.  Por lo tanto una [[persona]] puede tener vicios y aún a veces no ser culpable de ningún pecado, y a la inversa, la comisión de pecados aislados no lo hace un vicioso.  La culpabilidad que puede haber contraído en cualquier caso se atribuye directamente al acto pecaminoso, y no al vicio.  De ahí la enseñanza de [[Santo Tomás de Aquino]] de que, hablando absolutamente, el pecado sobrepasa al vicio en maldad.  Incluso aunque el pecado sea removido por [[Dios]], el vicio, si había alguno, puede permanecer todavía, igual que el fracaso en actuar en alguna dirección no necesaria e inmediatamente destruye el hábito que quizás existía.   
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[[Archivo:Vicente.jpg|300px|thumb|left|]]([[latín eclesiástico|Latín]] vitium, cualquier clase de defecto).  El vicio es considerado como un [[hábito]] que inclina a uno al [[pecado]].  Es el producto de acciones pecaminosas de cierta clase repetidas y cuando se forman es en algún sentido también su [[causa]].  Su caracterización específica en cualquier caso se puede [[deducción|deducir]] de la oposición que implica a una [[virtud]] particular.  Es manifiesto que es completamente impropio usar el término para designar el acto [[mal]]vado individual.  Difieren en que el hábito de hacer algo se distingue del acto de esa cosa.  Por lo tanto una [[persona]] puede tener vicios y aún a veces no ser culpable de ningún pecado, y a la inversa, la comisión de pecados aislados no lo hace un vicioso.  La culpabilidad que puede haber contraído en cualquier caso se atribuye directamente al acto pecaminoso, y no al vicio.  De ahí la enseñanza de [[Santo Tomás de Aquino]] de que, hablando absolutamente, el pecado sobrepasa al vicio en maldad.  Incluso aunque el pecado sea removido por [[Dios]], el vicio, si había alguno, puede permanecer todavía, igual que el fracaso en actuar en alguna dirección no necesaria e inmediatamente destruye el hábito que quizás existía.   
  
 
El hábito de cualquier clase de indulgencia pecaminosa se debe extirpar mediante la vigilancia implacable y la ejecución de los actos contrarios por un espacio de [[tiempo]] más o menos prolongado, según el vicio sea más o menos inveterado.  Obviamente esto aplica vicios antagónicos a las virtudes adquiridas, pues en cuanto a las virtudes infusas concierne, ellas sólo pueden ser recuperadas como fueron obtenidas originalmente, a través de la graciosa generosidad de Dios.  Es interesante notar que según Santo Tomás, luego que uno ha sido rehabilitado en el estado de [[gracia]] y ha recibido, digamos, la virtud infusa de la [[templanza]], el vicio de la intemperancia no continúa formalmente como un hábito, sino sólo como una cierta clase de disposición y como algo que está en proceso de destrucción (in via corruptionis).   
 
El hábito de cualquier clase de indulgencia pecaminosa se debe extirpar mediante la vigilancia implacable y la ejecución de los actos contrarios por un espacio de [[tiempo]] más o menos prolongado, según el vicio sea más o menos inveterado.  Obviamente esto aplica vicios antagónicos a las virtudes adquiridas, pues en cuanto a las virtudes infusas concierne, ellas sólo pueden ser recuperadas como fueron obtenidas originalmente, a través de la graciosa generosidad de Dios.  Es interesante notar que según Santo Tomás, luego que uno ha sido rehabilitado en el estado de [[gracia]] y ha recibido, digamos, la virtud infusa de la [[templanza]], el vicio de la intemperancia no continúa formalmente como un hábito, sino sólo como una cierta clase de disposición y como algo que está en proceso de destrucción (in via corruptionis).   

Revisión de 17:16 9 feb 2012

Vicente.jpg
(Latín vitium, cualquier clase de defecto). El vicio es considerado como un hábito que inclina a uno al pecado. Es el producto de acciones pecaminosas de cierta clase repetidas y cuando se forman es en algún sentido también su causa. Su caracterización específica en cualquier caso se puede deducir de la oposición que implica a una virtud particular. Es manifiesto que es completamente impropio usar el término para designar el acto malvado individual. Difieren en que el hábito de hacer algo se distingue del acto de esa cosa. Por lo tanto una persona puede tener vicios y aún a veces no ser culpable de ningún pecado, y a la inversa, la comisión de pecados aislados no lo hace un vicioso. La culpabilidad que puede haber contraído en cualquier caso se atribuye directamente al acto pecaminoso, y no al vicio. De ahí la enseñanza de Santo Tomás de Aquino de que, hablando absolutamente, el pecado sobrepasa al vicio en maldad. Incluso aunque el pecado sea removido por Dios, el vicio, si había alguno, puede permanecer todavía, igual que el fracaso en actuar en alguna dirección no necesaria e inmediatamente destruye el hábito que quizás existía.

El hábito de cualquier clase de indulgencia pecaminosa se debe extirpar mediante la vigilancia implacable y la ejecución de los actos contrarios por un espacio de tiempo más o menos prolongado, según el vicio sea más o menos inveterado. Obviamente esto aplica vicios antagónicos a las virtudes adquiridas, pues en cuanto a las virtudes infusas concierne, ellas sólo pueden ser recuperadas como fueron obtenidas originalmente, a través de la graciosa generosidad de Dios. Es interesante notar que según Santo Tomás, luego que uno ha sido rehabilitado en el estado de gracia y ha recibido, digamos, la virtud infusa de la templanza, el vicio de la intemperancia no continúa formalmente como un hábito, sino sólo como una cierta clase de disposición y como algo que está en proceso de destrucción (in via corruptionis).


Fuente: Delany, Joseph. "Vice." The Catholic Encyclopedia. Vol. 15. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/15403c.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.