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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Ambón»

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Palabra de origen griego que significa montaña o elevación; al menos así lo entendió Inocencio III, dado que en su trabajo sobre la Misa (III, XXXIII) luego de hablar del faro que significaba el Evangelio, cito la siguiente expresión de Isaías (XL, 9): “Sobre la gente llegó una gran luz, toda sobre [[Sión]], y levantó su voz con fuerza”.  Y con sobre el mismo tema alude a Nuestro Señor [[Jesucristo]] predicando sobre una montaña: “Viendo la multitud, subió al monte y abriendo su boca les enseñaba” (Mateo 5:1,2).
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Palabra de origen griego que alegadamente significa montaña o elevación; al menos así lo entendió [[Papa Inocencio III | Inocencio III]], dado que en su obra sobre la [[Sacrificio de la Misa | Misa]] (III, XXXIII) luego de hablar del [[diáconos | diácono]] que subía al ambón a leer el Evangelio, citó el siguiente pasaje de [[Isaías]] (40,9): “Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión; clama con voz poderosa”  Y en el mismo contexto también alude a [[Jesucristo | Nuestro Señor]] predicando sobre una montaña: “Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó… Y tomando la palabra, les enseñaba” ([[Evangelio según San Mateo |Mt.]] 5,1-2). Un ambón es un pupitre elevado o [[púlpito]] desde el cual en las iglesias antiguas y [[basílica]]s se cantaban o leían el [[Evangelios | Evangelio]] y la [[Epístola]], y desde el cual se hacían toda clase de comunicaciones a la congregación.  A veces el [[obispo]] predicaba desde allí, tal como fue el caso de [[San Juan Crisóstomo]], quien, dice [[Sócrates]], solía subir hasta el ambón para hablarle a la gente, para que lo oyesen más claramente (Hist. Ecl., VI, V). 
  
Un ambón es un púlpito, una elevación que se tenía en las iglesias antiguas, y desde el cual se hacían las lecturas de los [[Evangelios]], las [[Epístolas]] y la [[homilía]]; en muchas ocasiones el [[Obispo]] predicaba desde allí, tal como fue el caso de [[San Juan Crisóstomo]]; [[Sócrates]] indicaba que era costumbre subir al ambo para hablar a la gente, y ser de esta manera más directamente escuchado (Eccl. Hist., VI, v).
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Originalmente en las iglesias había sólo un ambón, colocado en la [[nave]], y provisto de con dos tramos de escalones; uno desde el este, el lado hacia el [[altar]]; y el otro desde el oeste.  Desde los escalones del este, el [[subdiácono]] con el rostro hacia el altar, leía las Epístolas; y desde los escalones occidentales, el diácono, de cara a la congregación, leía los [[Evangelios]].  Pronto se puso de manifiesto la inconveniencia de tener un solo ambón, y como consecuencia de ello, en muchas [[edificaciones eclesiásticas | iglesias]] se colocaron dos ambones.  Cuando había dos, se colocaban generalmente a cada lado del [[coro]], el que estaba separado de la nave y [[ala]]s por un muro bajo.  Un excelente ejemplo de este arreglo aún se puede ver en la iglesia de San Clemente de [[Roma]].  Muy a menudo el ambón del evangelio estaba equipado con un [[candeleros | candelero]] permanente; el adjuntado al ambón en San Clemente es una columna de mármol en espiral, ricamente decorada con [[mosaicos]], y terminada en un capital de cuatro metros del suelo.  
  
Originalmente se colocaba únicamente un ambón en la iglesia, en la nave central, con dos hileras de escalones para subir; uno del este, el lado hacia el altar; y otro desde el occidenteDesde los escalones del este, el subdiácono con el rostro hacia el altar, leía las Epístolas, desde el occidental, viendo hacia la congregación, leía los Evangelios.
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Se cree que los ambones tuvieron su origen en la plataforma elevada desde la cual los [[rabí y rabinismo | rabinos]] [[judaísmo| judíos]] le leían las [[Biblia | Escrituras]] al pueblo.  Fueron introducidos por primera vez a las iglesias en el siglo IV, ya eran de uso universal en el IX, y alcanzaron su pleno desarrollo y belleza artística en el siglo XII.  Luego cayeron gradualmente en desuso hasta el siglo XIV, cuando fueron ampliamente superados por los púlpitos.  En el [[rito y liturgia ambrosianos | rito ambrosiano]] ([[Milán]]) el Evangelio aún se lee desde el ambónUsualmente estaban construidos de mármol blanco, enriquecidos con tallas, incrustaciones de mármoles de colores y mosaicos de cristal.  El ambón más famoso fue el erigido por el emperador Justiniano en la Iglesia de Santa Sofía en [[Constantinopla]], el cual es completamente descrito por el poeta contemporáneo Paulo Silenciario en su obra ''peri ktismaton''.  El cuerpo del ambón estaba hecho de varios metales preciosos, con incrustaciones de [[marfil]], recubierto con láminas de plata repujada, y luego enriquecido con dorados y bronce.  La desaparición de este magnífico ejemplo del [[arte cristiano]] está envuelta en una gran oscuridad.  Probablemente estuvo intacto hasta la época de la toma de Constantinopla por los [[Cruzadas | cruzados]] en 1203, cuando fue despojado de gran parte de su belleza y riqueza.  En San Marcos, en [[Venecia]], existe un ambón muy peculiar, de dos pisos; desde el más bajo se leen las Epístolas, y desde el más alto los Evangelios.  Esta forma fue copiada posteriormente en lo que se conoce como el púlpito de dos tarimas.  Varios ejemplos interesantes del mismo se pueden observar en las [[basílica]]s italianas; en [[Rávena]] hay unos que datan del siglo VI, uno del VII en Torcello; pero los más hermosos se encuentran en las iglesias de San Clemente, Santa María en Cosmedin, San Lorenzo y el de Ara Coeli.
  
La inconveniencia de sólo tener un ambón se puso pronto de manifiesto, y como consecuencia de ello, se establecieron dos ambones; generalmente colocados a ambos lados del coro, el que estaba separado de la nave y aislado por un largo muro.  Un ejemplo de esta composición se puede observar en la iglesia de San Clemente en [[Roma]].  Frecuentemente, el ambón que se dedicaba al evangelio tenía un candelabro; estaba ajustado al ambo, con una columna en espiral, de mármol, ricamente decorado con mosaicos y terminaba a unos 4 metros del suelo.
 
  
Se considera que los ambones tuvieron sus orígenes en las plataformas altas o elevadas desde las cuales los rabinos judíos leían las escrituras a las personas, y se introdujeron a las iglesias en el Siglo IV, se llegaron a tener como de uso universal en el Siglo IX, y alcanzaron su máximo desarrollo artístico y belleza en el Siglo XII.  Fueron gradualmente entrando en desuso hasta el Siglo XIV, cuando fueron normalmente substituidos por los púlpitos. En el [[rito ambrosiano]] ([[Milán]]) el Evangelio aún se lee desde el ambo.
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'''Bibliografía''':  DE FLEURY, La Messe (París, 1883), III; Revue de l'art chrétien (Lilla, 1887, 1894); REUSENS, Larchéologie chrétienne (Lovaina, 1885); Architectural Record (Nueva York); THIERS, Dissertation sur les jubés (París, 1688); KRAUS, Geschichte der christlichen Kunst (Friburgo, 1894), I, 233; LECLERCQ in Dict. darchéologie chrétienne (París, 1904), I, 1330-47.
  
Usualmente los ambos eran construidos de mármol blanco, enriquecido a la vista mediante grabados, e incluyendo mármol coloreado y mosaicos de cristal. El ambo más famoso fue uno, erigido por el Emperador Justiniano en la Iglesia de Santa Sofía en Constantinopla, el cual es completamente descrito por el poeta Paulus Silentiarius en su trabajo peri ktismatonEl cuerpo del ambo está hecho de varios metales preciosos, junto con marfil, y capas superpuestas de plata, que luego se enriquecieron con oro y bronce.
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'''Fuente''':  Coleman, Caryl. "Ambo." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907<http://www.newadvent.org/cathen/01381e.htm>.
  
Se desconocen los hechos y procesos relacionados con la desaparición de este magnífico ejemplo del arte cristiano.  Probablemente estaba intacto hasta el tiempo de la toma de Constantinopla por los [[Cruzados]] en 1203, cuando era muestra de gran belleza y riqueza.  En [[San Marcos]], en [[Venecia]], existe aún un ambón particular el cual tiene dos niveles, desde el más bajo se leen las Epístolas, y desde el más alto los Evangelios.
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Traducido por Giovanni E. Reyes. rc
 
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Esta forma fue una vez generalizada y se conoció como el púlpito de dos tarimas.  Varios ejemplos interesantes al respecto se pueden observar en las basílicas italianas; en Ravena, hay uno que data del Siglo VI, uno del VII en Torcello; pero los más hermosos se encuentran en las iglesias de San Clemente, Santa María en Cosmedin, San Lorenzo y el de Ara Cli.
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Escrito por Caryl Coleman.
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Transcripción de W. S. French, Jr.
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Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
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Dedicado al Reverendo Kenneth Geyer, O.S.B. (Choirmaster, Belmont Abbey, Belmont, N.C., EEUU).
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The Catholic Encyclopedia, Volume I. Published 1907. New York: Robert Appleton Company. Nihil Obstat, March 1, 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimatur. +John Cardinal Farley, Archbishop of New York
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DE FLEURY, La Messe (Paris, 1883), III; Revue de l'art chrétien (Lille, 1887, 1894); REUSENS, Larchéologie chrétienne (Louvain, 1885); Architectural Record (New York); THIERS, Dissertation sur les jubés (Paris, 1688); KRAUS, Geschichte der christlichen Kunst (Freiburg, 1894), I, 233; LECLERCQ in Dict. darchéologie chrétienne (Paris, 1904), I, 1330-47.
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Revisión de 01:51 6 sep 2010

Palabra de origen griego que alegadamente significa montaña o elevación; al menos así lo entendió Inocencio III, dado que en su obra sobre la Misa (III, XXXIII) luego de hablar del diácono que subía al ambón a leer el Evangelio, citó el siguiente pasaje de Isaías (40,9): “Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión; clama con voz poderosa” Y en el mismo contexto también alude a Nuestro Señor predicando sobre una montaña: “Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó… Y tomando la palabra, les enseñaba” (Mt. 5,1-2). Un ambón es un pupitre elevado o púlpito desde el cual en las iglesias antiguas y basílicas se cantaban o leían el Evangelio y la Epístola, y desde el cual se hacían toda clase de comunicaciones a la congregación. A veces el obispo predicaba desde allí, tal como fue el caso de San Juan Crisóstomo, quien, dice Sócrates, solía subir hasta el ambón para hablarle a la gente, para que lo oyesen más claramente (Hist. Ecl., VI, V).

Originalmente en las iglesias había sólo un ambón, colocado en la nave, y provisto de con dos tramos de escalones; uno desde el este, el lado hacia el altar; y el otro desde el oeste. Desde los escalones del este, el subdiácono con el rostro hacia el altar, leía las Epístolas; y desde los escalones occidentales, el diácono, de cara a la congregación, leía los Evangelios. Pronto se puso de manifiesto la inconveniencia de tener un solo ambón, y como consecuencia de ello, en muchas iglesias se colocaron dos ambones. Cuando había dos, se colocaban generalmente a cada lado del coro, el que estaba separado de la nave y alas por un muro bajo. Un excelente ejemplo de este arreglo aún se puede ver en la iglesia de San Clemente de Roma. Muy a menudo el ambón del evangelio estaba equipado con un candelero permanente; el adjuntado al ambón en San Clemente es una columna de mármol en espiral, ricamente decorada con mosaicos, y terminada en un capital de cuatro metros del suelo.

Se cree que los ambones tuvieron su origen en la plataforma elevada desde la cual los rabinos judíos le leían las Escrituras al pueblo. Fueron introducidos por primera vez a las iglesias en el siglo IV, ya eran de uso universal en el IX, y alcanzaron su pleno desarrollo y belleza artística en el siglo XII. Luego cayeron gradualmente en desuso hasta el siglo XIV, cuando fueron ampliamente superados por los púlpitos. En el rito ambrosiano (Milán) el Evangelio aún se lee desde el ambón. Usualmente estaban construidos de mármol blanco, enriquecidos con tallas, incrustaciones de mármoles de colores y mosaicos de cristal. El ambón más famoso fue el erigido por el emperador Justiniano en la Iglesia de Santa Sofía en Constantinopla, el cual es completamente descrito por el poeta contemporáneo Paulo Silenciario en su obra peri ktismaton. El cuerpo del ambón estaba hecho de varios metales preciosos, con incrustaciones de marfil, recubierto con láminas de plata repujada, y luego enriquecido con dorados y bronce. La desaparición de este magnífico ejemplo del arte cristiano está envuelta en una gran oscuridad. Probablemente estuvo intacto hasta la época de la toma de Constantinopla por los cruzados en 1203, cuando fue despojado de gran parte de su belleza y riqueza. En San Marcos, en Venecia, existe un ambón muy peculiar, de dos pisos; desde el más bajo se leen las Epístolas, y desde el más alto los Evangelios. Esta forma fue copiada posteriormente en lo que se conoce como el púlpito de dos tarimas. Varios ejemplos interesantes del mismo se pueden observar en las basílicas italianas; en Rávena hay unos que datan del siglo VI, uno del VII en Torcello; pero los más hermosos se encuentran en las iglesias de San Clemente, Santa María en Cosmedin, San Lorenzo y el de Ara Coeli.


Bibliografía: DE FLEURY, La Messe (París, 1883), III; Revue de l'art chrétien (Lilla, 1887, 1894); REUSENS, Larchéologie chrétienne (Lovaina, 1885); Architectural Record (Nueva York); THIERS, Dissertation sur les jubés (París, 1688); KRAUS, Geschichte der christlichen Kunst (Friburgo, 1894), I, 233; LECLERCQ in Dict. darchéologie chrétienne (París, 1904), I, 1330-47.

Fuente: Coleman, Caryl. "Ambo." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01381e.htm>.

Traducido por Giovanni E. Reyes. rc