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Martes, 19 de marzo de 2024

Alfonso de Albuquerque

De Enciclopedia Católica

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También Dalboquerque; apodado “El Grande”).

Murió en Goa el 16 de diciembre de 1515. Fue el segundo hijo de Gonzalo de Albuquerque, Señor de Villaverde, y llegó a ser muy cercano al rey de Portugal. Fue a Otranto con Alfonso V en 1480, e hizo su primer viaje al lejano Oriente en 1503, regresando a Lisboa en 1504. Cuando Tristán de Cunha zarpó para la India en 1506, Albuquerque fue uno de sus oficiales. El plan que tenía era monopolizar el comercio con las Indias Orientales para Portugal, excluyendo tanto a los venecianos como a los sarracenos y por lo tanto buscaba hacerse amo del Mar Rojo. Con ese propósito, capturó la isla de Socotra y atacó Ormuz, en donde desembarcó el 10 de octubre de 1507 y donde levantó fortificaciones. El ataque se repitió al año siguiente, y también atacó Cochim en diciembre. Cuando el Virrey de India D´Almeida regresó a Portugal (1509) Albuquerque fue nombrado en su lugar. En 1513 el Rey Emmanuel le llamó “protho-capitaneus noster”. Molesto por las constantes hostilidades de la gente de Calcuta, destruyó el lugar el 4 de enero de 1510. A fin de asegurarse una posesión permanente en la costa de India, tomó Goa en marzo de 1510, abandonándola dos meses después, solamente para volver en noviembre, cuando tomó el lugar y lo retuvo para Portugal.

Una vez establecido seguramente en la costa oriental de lo que generalmente se comprende bajo el nombre de Dekkan, Albuquerque dirigió su atención a la organización de las colonias y los territorios descubiertos en el Lejano Oriente. Tomó Malaca en julio de 1511, e intentó explorar las Moluccas durante el mismo año. Siguiendo su política de evitar que otras naciones se relacionaran con la India, ocupó una fuerte posición en Aden, en el Mar Rojo, en marzo de 1513, pero al mismo tiempo, los turcos habían conquistado a Egipto y efectivamente prohibieron el acceso al lejano Oriente a todas las naciones, excepto por el mar. Mientras Albuquerque establecía la colonización portuguesa en la India a paso firme, y planificaba avances hacia Asia oriental, la Corona de Portugal escuchaba intrigas que lo perjudicaban. El estado débil de su salud, empeorado debido al clima, hizo que el Rey Emmanuel nombrara un sucesor. Cuando Albuquerque estaba ya muy decaído físicamente, López Suárez fue enviado a sucederle. La noticia de lo que consideró un acto de ingratitud lo postró, y aunque el rey Emmanuel recomendó firmemente a su sucesor que tuviera especial deferencia con el meritorio líder, expresándole también su pesar por haberlo removido de su alta posición, Albuquerque murió a la entrada de Goa, el 16 de diciembre de 1515.

Cincuenta y un años más tarde sus restos fueron trasladados a Lisboa, donde se había preparado para ellos un lugar más digno. Alfonso de Albuquerque ocupó un lugar prominente entre los distinguidos líderes y administradores que se dispersaron por el sur de Europa a fines del siglo XVI. Sus logros, desde el punto de vista militar, fueron más sobresalientes que los de otros conquistadores del Nuevo Mundo; pues tuvo que lidiar con adversarios armados casi como los europeos, con tropas que fueron superiores a ninguna que enfrentara Hernán Cortés o Pizarro, y tuvo bajo su mando fuerzas apenas más numerosas que aquellas que las que realizaron la conquista de Perú y Méjico. Sus enemigos se le opusieron por mar y por tierra, y podían en cualquier momento, obtener ayuda de estados sarracenos poderosos entre Europa y Asia. Su única ruta para la comunicación y descanso fue la que bordeaba el Cabo de Buena Esperanza. Cuando, durante los últimos cinco años de su vida, pudo por fin dedicarse a la organización y administración, probó también ser un gran hombre en ese rol. Su celo religioso no fue menos notable. Construyó iglesias en Goa y contó con el apoyo de franciscanos y dominicos. El Padre Spellmann, S.J., llama a la iglesia de la Santísima Virgen en Goa, construida por Albuquerque, “la cuna del cristianismo, no solamente en India, sino también en toda Asia oriental” (Kirchenlexicon, V, s.v. Goa).


Bibliografía: Quizá la primera mención de Albuquerque y sus logros, está contenida en Far East del Rey Emmanuel, en su carta "idus Junias", 1513, Epistola Potentissimi Regis Portugalensis et Algarbiarum, etc., De Victoriis habitis in India et Malachia (Rome, 9 Aug., 1518), donde el rey lo llama (quizás error de imprenta) "Albiecherqe". JOÄN DE BARROS, Asia (segunda década, Lisboa, 1553); FERNÄO LOPEZ DE CASTANHEDA, Historia do descubrimiento & conquista da India (Coimbra, 1552), II, III; DAMIÄO DE GOES, Chronica do Serenissimo Senhor Rei d. Manuel (Second ed., Lisbon, 1749, by Reinerio Bocache). ALFONSO EL JOVEN, Commentarios do Grande Afonso Dalboquerque, capitan geral que foy das Indias Orientoes, etc. (1ra. ed., Lisboa 1576, 2da. ed. (Ibid., 1776), traducción al inglés por Sociedad Hakluyt, 1875-84, Comentarios del gran Afonso Dalboquerque, four vols.; Biographie universelle (Paris, 1854), I; SILVA, Diccionario bibliografico portuguez (Lisbon, 1859), I.

Fuente: Bandelier, Adolph Francis. "Afonzo de Albuquerque." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01270c.htm>.

Traducido por Giovanni E. Reyes. L H M.