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Jueves, 21 de noviembre de 2024

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Wilibaldo Pirkheimer fue un humanista alemán, nació en Eichstätt el 5 de diciembre de 1470; murió en [[Nuremberg]] el 22 de diciembre de 1530.  Fue hijo del consejero episcopal y distinguido abogado, Johannes Pirkheimer, cuya [[familia]] venía de Nuremberg,  lugar que  Wilibaldo consideraba su  sitio de actividad.  Estudió [[jurisprudencia]], los clásicos y música en las universidades de Papua y Pavia (1489-95).  En 1495 se casó con Crescentia Rieter (m.  1504), con quien tuvo cinco hijas.  De 1498 a 1523, cuando [[Voluntad|voluntariamente]] se retiró, fue uno de los consejeros de la ciudad de Nuremberg, donde él fue el corazón del movimiento [[humanista]], y fue considerado  uno de los más distinguidos representantes de [[Alemania]].  Su casa se mantuvo abierta a todos los que buscaban mejoramiento [[Intelecto|intelectual]], y fue proclamada por Celtis como el lugar de reunión de académicos y artistas. Su gran correspondencia muestra el alcance de sus conexiones literarias.
Wilibaldo Pirkheimer fue un [[humanista]] alemán, nació en Eichstätt el 5 de diciembre de 1470; murió en [[Nuremberg]] el 22 de diciembre de 1530.  Fue hijo del consejero episcopal y distinguido abogado, Johannes Pirkheimer, cuya [[familia]] venía de Nuremberg,  lugar que  Wilibaldo consideraba su  sitio de actividad.  Estudió [[jurisprudencia]], los clásicos y música en las universidades de Papua y Pavia (1489-95).  En 1495 se casó con Crescentia Rieter (m.  1504), con quien tuvo cinco hijas.  De 1498 a 1523, cuando voluntariamente (v. [[voluntario]]) se retiró, fue uno de los consejeros de la ciudad de Nuremberg, donde él fue el corazón del movimiento [[humanista]], y fue considerado  uno de los más distinguidos representantes de [[Alemania]].  Su casa se mantuvo abierta a todos los que buscaban mejoramiento intelectual (v. [[intelecto]], y fue proclamada por Celtis como el lugar de reunión de académicos y artistas. Su gran correspondencia muestra el alcance de sus conexiones literarias.
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En 1499, con la ayuda de un competente soldado, dirigió el [[contingente]] de Nuremberg en la [[guerra]] [[suiza]], cuya clásica historia vio la luz en  1610 y le hizo acreedor al sobrenombre de el  Jenofonte alemán.  Maximiliano le nombró consejero imperial.  El debe su fama  a los muchas aspectos de su [[conocimiento]], y muy pocos eran tan ampliamente versados  como él en literatura griega y latina.  Tradujo los clásicos griegos, por ejemplo, Euclides,  Jenofonte, [[Platón]], Ptolomeo, Plutarco, Luciano y los [[Padres de la Iglesia]] al latín.  Al igual que [[Erasmo]], puso menos atención a una interpretación  literal, que al sentido de sus traducciones, y por tanto produjo trabajos que pueden ser comparados con lo mejor de la literatura traducida  de su tiempo. También escribió un trabajo sobre los períodos más antiguos de la historia alemana;  además se interesó en la [[astronomía]], matemáticas, [[ciencias]] naturales, [[numismática]] y arte. [[Alberto Durero]] fue uno de sus amigos y pintó su característico retrato.  Defendió a [[Reuchlin]] en las últimas disputas con los [[teólogos]] de Colonia.
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Al principio del período de la [[Reforma]], tomó partido a favor de [[Martín Lutero]], a cuyo hábil oponente [[Johan Eck]], atacó en su áspera satira: “Eckius dedolatus” (Eck cepillado).  En apoyo a Lutero, también escribió una segunda sátira marcadamente amarga, como una comedia no impresa, llamada “Schutzschrift”. Consecuentemente con lo anterior, su nombre fue incluido en la [[Bula]] de [[Excomunión]] de 1520, y en 1521 fue absuelto (v. [[absolución]]), pero “no sin una penosa humillación personal”.  Se le exigió que reconociera que la doctrina de Lutero era [[herejía]], y que la denunciara  (v. [[denuncia]]) formalmente bajo [[juramento].  Sin embargo, hasta 1525, su afinidad estuvo con la Reforma, pero a medida que se intensificaba la lucha, al igual que otros [[humanistas]], se apartó de la lucha y  regresó al movimiento de la [[Iglesia]], con la que no deseaba romper.  En Lutero, quien al principio había considerado un reformador, vio finalmente un  maestro de [[falsas doctrinas]], “completamente presa de engaño, y guiado por el [[diablo]]”.  Las [[ideas]] teológicas (v. [[teología]]) de Lutero no habían llegado a ser nunca asuntos de [[conciencia]] para él, por lo tanto los resultados de los cambios, la decadencia  de las [[bellas artes]], la propagación del movimiento social y económicamente, las riñas religiosas, los excesos de los fanáticos más celosos le causaban repugnancia al igual que a su amigo Erasmo, el cual estaba en afinidad intelectual con él.
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Su hermana, [[Caridad Pirkheimer]], fue [[abadesa]] del convento de [[Santa Clara]] en Nuremberg, donde otra hermana, Clara, y sus hijas, Katharina y Crescentia, fueron también [[monjas]]. Desde 1524 ellas fueron perturbadas por las pequeñas molestias  y  “esfuerzos de [[conversión]]” por parte del consejo de la ciudad, que se había convertido al luteranismo.  Esto afectó a Wilibaldo profundamente, y le ayudó a extinguir su entusiasmo por la Reforma. Su último trabajo literario, el cual dirigió al consejo en 1530, fue  en pro del convento, se trató de la “Oratio apologetica monialium nomine”, una obra maestra en su clase.
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Fuente:  WILLIBALD — PIRKHEIMER, Opera (Frankfort, 1619); ROTH, Willibald Pirkheimer (Halle, 1887); HAGEN, Pirkheimer in seinem Verhältnis zum Humanismus und zur Reformation (Nuremberg, 1882); DREWS, Pirkheimers Stellung zur Reformation (Leipzig, 1887); REIMANN, Pirkheimerstudien (Berlin, 1900).  
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En 1499, con la ayuda de un competente soldado, dirigió el [[contingente]] de Nuremberg en la [[guerra]] [[suiza]], cuya clásica historia vio la luz en  1610 y le hizo acreedor al sobrenombre de el  Jenofonte alemán.  Maximiliano le nombró consejero imperial.  El debe su fama  a los muchas aspectos de su [[conocimiento]], y muy pocos eran tan ampliamente versados  como él en literatura griega y latina.  Tradujo los clásicos griegos, por ejemplo, Euclides,  Jenofonte, [[Platón]], Ptolomeo, Plutarco, Luciano y los [[Padres de la Iglesia]] al latín.  Al igual que [[Erasmo]], puso menos atención a una interpretación  literal, que al sentido de sus traducciones, y por tanto produjo trabajos que pueden ser comparados con lo mejor de la literatura traducida  de su tiempo. También escribió un trabajo sobre los períodos más antiguos de la historia alemana;  además se interesó en la [[astronomía]], matemáticas, [[ciencias]] naturales, [[numismática]] y arte. [[Alberto Durero]] fue uno de sus amigos y pintó su característico retrato.  Defendió a [[Reuchlin]] en las últimas disputas con los [[Teología|teólogos]] de Colonia.
KLEMENS LÖFFLER.   Transcripción de W. G. Kofron
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Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes.   
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Al principio del período de la [[Reforma]], tomó partido a favor de [[Martín Lutero]], a cuyo hábil oponente [[Johan Eck]], atacó en su áspera satira: “Eckius dedolatus” (Eck cepillado).  En apoyo a Lutero, también escribió una segunda sátira marcadamente amarga, como una comedia no impresa, llamada “Schutzschrift”. Consecuentemente con lo anterior, su nombre fue incluido en la [[Bula]] de [[Excomunión]] de 1520, y en 1521 fue [[Absolución|absuelto]], pero “no sin una penosa humillación personal”.  Se le exigió que reconociera que la doctrina de Lutero era [[herejía]], y que la [[denuncia]]ra formalmente bajo [[juramento].  Sin embargo, hasta 1525, su afinidad estuvo con la Reforma, pero a medida que se intensificaba la lucha, al igual que otros [[humanistas]], se apartó de la lucha y  regresó al movimiento de la [[Iglesia]], con la que no deseaba romper.  En Lutero, quien al principio había considerado un reformador, vio finalmente un  maestro de falsas doctrinas, “completamente presa de engaño, y guiado por el [[diablo]]”.  Las [[idea]]s teológicas de Lutero no habían llegado a ser nunca asuntos de [[conciencia]] para él, por lo tanto los resultados de los cambios, la decadencia  de las [[bellas artes]], la propagación del movimiento social y económicamente, las riñas religiosas, los excesos de los fanáticos más celosos le causaban repugnancia al igual que a su amigo Erasmo, el cual estaba en afinidad intelectual con él.
Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.
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Su hermana, Caridad [[Pirkheimer]], fue [[abadesa]] del [[convento]] de [[Santa Clara]] en Nuremberg, donde otra hermana, Clara, y sus hijas, Katharina y Crescentia, fueron también [[monja]]s. Desde 1524 ellas fueron perturbadas por las pequeñas molestias  y  “esfuerzos de [[conversión]]” por parte del consejo de la ciudad, que se había [[Conversión|convertido]] al luteranismo.  Esto afectó a Wilibaldo profundamente, y le ayudó a extinguir su entusiasmo por la [[Reforma]]. Su último trabajo literario, el cual dirigió al consejo en 1530, fue  en pro del convento, se trató de la “Oratio apologetica monialium nomine”, una obra maestra en su clase.
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'''Bibliografía''':  WILLIBALD — PIRKHEIMER, Opera (Frankfort, 1619); ROTH, Willibald Pirkheimer (Halle, 1887); HAGEN, Pirkheimer in seinem Verhältnis zum Humanismus und zur Reformation (Nuremberg, 1882); DREWS, Pirkheimers Stellung zur Reformation (Leipzig, 1887); REIMANN, Pirkheimerstudien (Berlin, 1900).  
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'''Fuente''':  Löffler, Klemens. "Pirkheimer." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/12108b.htm>.
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Traducido por Giovanni E. Reyes.  L H M.

Última revisión de 14:34 13 dic 2008

Wilibaldo Pirkheimer fue un humanista alemán, nació en Eichstätt el 5 de diciembre de 1470; murió en Nuremberg el 22 de diciembre de 1530. Fue hijo del consejero episcopal y distinguido abogado, Johannes Pirkheimer, cuya familia venía de Nuremberg, lugar que Wilibaldo consideraba su sitio de actividad. Estudió jurisprudencia, los clásicos y música en las universidades de Papua y Pavia (1489-95). En 1495 se casó con Crescentia Rieter (m. 1504), con quien tuvo cinco hijas. De 1498 a 1523, cuando voluntariamente se retiró, fue uno de los consejeros de la ciudad de Nuremberg, donde él fue el corazón del movimiento humanista, y fue considerado uno de los más distinguidos representantes de Alemania. Su casa se mantuvo abierta a todos los que buscaban mejoramiento intelectual, y fue proclamada por Celtis como el lugar de reunión de académicos y artistas. Su gran correspondencia muestra el alcance de sus conexiones literarias.

En 1499, con la ayuda de un competente soldado, dirigió el contingente de Nuremberg en la guerra suiza, cuya clásica historia vio la luz en 1610 y le hizo acreedor al sobrenombre de el Jenofonte alemán. Maximiliano le nombró consejero imperial. El debe su fama a los muchas aspectos de su conocimiento, y muy pocos eran tan ampliamente versados como él en literatura griega y latina. Tradujo los clásicos griegos, por ejemplo, Euclides, Jenofonte, Platón, Ptolomeo, Plutarco, Luciano y los Padres de la Iglesia al latín. Al igual que Erasmo, puso menos atención a una interpretación literal, que al sentido de sus traducciones, y por tanto produjo trabajos que pueden ser comparados con lo mejor de la literatura traducida de su tiempo. También escribió un trabajo sobre los períodos más antiguos de la historia alemana; además se interesó en la astronomía, matemáticas, ciencias naturales, numismática y arte. Alberto Durero fue uno de sus amigos y pintó su característico retrato. Defendió a Reuchlin en las últimas disputas con los teólogos de Colonia.

Al principio del período de la Reforma, tomó partido a favor de Martín Lutero, a cuyo hábil oponente Johan Eck, atacó en su áspera satira: “Eckius dedolatus” (Eck cepillado). En apoyo a Lutero, también escribió una segunda sátira marcadamente amarga, como una comedia no impresa, llamada “Schutzschrift”. Consecuentemente con lo anterior, su nombre fue incluido en la Bula de Excomunión de 1520, y en 1521 fue absuelto, pero “no sin una penosa humillación personal”. Se le exigió que reconociera que la doctrina de Lutero era herejía, y que la denunciara formalmente bajo [[juramento]. Sin embargo, hasta 1525, su afinidad estuvo con la Reforma, pero a medida que se intensificaba la lucha, al igual que otros humanistas, se apartó de la lucha y regresó al movimiento de la Iglesia, con la que no deseaba romper. En Lutero, quien al principio había considerado un reformador, vio finalmente un maestro de falsas doctrinas, “completamente presa de engaño, y guiado por el diablo”. Las ideas teológicas de Lutero no habían llegado a ser nunca asuntos de conciencia para él, por lo tanto los resultados de los cambios, la decadencia de las bellas artes, la propagación del movimiento social y económicamente, las riñas religiosas, los excesos de los fanáticos más celosos le causaban repugnancia al igual que a su amigo Erasmo, el cual estaba en afinidad intelectual con él.

Su hermana, Caridad Pirkheimer, fue abadesa del convento de Santa Clara en Nuremberg, donde otra hermana, Clara, y sus hijas, Katharina y Crescentia, fueron también monjas. Desde 1524 ellas fueron perturbadas por las pequeñas molestias y “esfuerzos de conversión” por parte del consejo de la ciudad, que se había convertido al luteranismo. Esto afectó a Wilibaldo profundamente, y le ayudó a extinguir su entusiasmo por la Reforma. Su último trabajo literario, el cual dirigió al consejo en 1530, fue en pro del convento, se trató de la “Oratio apologetica monialium nomine”, una obra maestra en su clase.


Bibliografía: WILLIBALD — PIRKHEIMER, Opera (Frankfort, 1619); ROTH, Willibald Pirkheimer (Halle, 1887); HAGEN, Pirkheimer in seinem Verhältnis zum Humanismus und zur Reformation (Nuremberg, 1882); DREWS, Pirkheimers Stellung zur Reformation (Leipzig, 1887); REIMANN, Pirkheimerstudien (Berlin, 1900).

Fuente: Löffler, Klemens. "Pirkheimer." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/12108b.htm>.

Traducido por Giovanni E. Reyes. L H M.