Warde, Mary Francis Xavier
De Enciclopedia Católica
Nacida en Belbrook House, Mountrath, Condado de Queen, Irlanda, en 1810; murió en Manchester , New Hampshire, E.U.A., el 17 de septiembre de 1884. Huérfana de madre desde la infancia, fue entregada a los cuidados maternales de su tía abuela quien asumió la responsabilidad de formar su carácter religioso de acuerdo al método de Fenelon. De carácter alegre por naturaleza, se sintió atraída por las frivolidades de un estilo de vida que sigue las corrientes de moda hasta que los escrúpulos la guiaron hasta su directora, quien fue su confidente. Mary siguió los consejos escuchados y fue así que ofreció servicio a la que sería fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Misericordia, la madre McAuley, a quien asistió en la instrucción de los pequeños internos de la Casa de los Niños sin Hogar, erigida recientemente por aquella época. Asumiendo el sencillo hábito negro de la institución en 1828, se encargó de los asuntos de la casa asistencial mientras que la madre McAuley y dos de sus compañeras fundadoras estuvieron realizando el noviciado en el Convento de la Presentación de George’s Hill, como preparación al establecimiento de una nueva congregación. Después de ser declaradas como Hermanas de la Misericordia, la madre McAuley regresó a la Casa de los Niños y junto a otras seis compañeras tomaron las riendas de la congregación.
Durante 1837, a la hermana Mary Francis Xavier se le designó superiora de un convento en Carlow, el cual se construyó bajo su supervisión y fue la primera casa de la congregación fuera de Dublín. En 1839 fundó el convento de Naas y en 1840 el de Wexford al cual poco tiempo después se afilió el asilo y orfanato público. Las instituciones que tuvieron su origen en la de Wexford llegaron a lugares tan remotos como Australia. El convento de Sligo es, probablemente, la más sobresaliente de todas las instituciones irlandesas que fundó la madre Warde debido a su floreciente escuela de entrenamiento para maestros. En 1843 el obispo O’Connor de Pittsburgh, Pennsylvania, solicitó a Carlow un convento para su diócesis, fue así que la madre Warde, con un grupo de seis de sus compañeras de congregación, partieron rumbo a los Estados Unidos. En Pittsburgh las hermanas se hicieron cargo de la escuela dominical de la catedral y de la instrucción de los adultos. El poder de las palabras de la madre Warde, su simpatía y el apasionado entusiasmo que demostraba ganaron muchos fieles para la iglesia. La fundación de escuelas parroquiales y academias, visitas a casas de los enfermos pobres y las que estos hacían al sencillo hogar de la madre Warde, así como aquellas efectuadas a la penitenciaría y la apertura del primer hospital en Pittsburgh, fueron eventos que se siguieron uno tras otro en rápida sucesión. En 1846 se construyó una nueva institución de asistencia en Chicago de acuerdo a lo prometido por la madre Warde al obispo Quarter. En 1848 abrió una segunda sucursal de la Casa de los Niños sin Hogar en los Alleghanies (conocidos hoy en día como los montes Apalaches) en un terreno del reverendo Demetrio Gallitzen dentro de los límites de un asentamiento católico en Loretto, Pennsylvania. En 1850, a pesar de que los “knownothings” habían incendiado el convento de las ursulinas, cerca de Boston, la madre Warde aceptó la invitación del obispo O’Reilly de Hartford, Connecticut, para abrir una de sus instituciones en Providence, Rhode Island. Después de que las hermanas se instalaron, una turba rodeó el convento, amenazándolas de muerte si no desalojaban de inmediato las instalaciones. La madre Warde exigió la promesa por parte de cada uno de sus defensores católicos de que no se haría ningún disparo excepto en defensa propia, así las hermanas mantendrían la posesión del convento. Uno de los alborotadores comentó a sus compañeros:
“Hicimos nuestros planes sin calcular la posibilidad de que deberíamos de competir con la poderosa fuerza controladora que ejercen las órdenes de esa monja. El único curso honorable que podemos seguir es retirarnos de esta lucha mal planeada. Yo, como primera opción, no levantaré una mano para lastimar a estas damas.”
En 1852 la madre Warde abrió casas en Hartford y New Heaven, Connecticut, a las cuales se unieron escuelas independientes; tiempo después se inauguraron academias e iniciaron obras de caridad. En 1854 la señora Goodloe Harper, hija de Charles Carroll de Carrollton, donó a la congregación una casa y algunas tierras en Newport, Rhode Island, para construir un convento y escuelas. Su hija, la señorita Emily Harper, también fue una benefactora generosa. En 1857 abrieron escuelas libres y seleccionadas en Rochester y más adelante en Buffalo, ambas ciudades de Nueva York, según el deseo del obispo Timon. El 16 de julio de 1858, la madre Warde y un grupo de misioneras partieron de Providence, rumbo a Manchester, en Maine, por invitación del obispo Bacon de Portland, en el mismo estado de Maine; y allí establecieron escuelas nocturnas para los niños de las fábricas. La Academia de Santa María abrió sus puertas el mismo año. En 1861, como respuesta a la petición del obispo Wood, la madre Warde abrió un convento en Filadelfia, Pennsylvania, donde se instituyeron escuelas libres y practicaron obras de caridad. En 1864 se creó una casa de asistencia en Omaha y en 1865 se abrieron escuelas y una sucursal de la Casa de los Niños sin Hogar en Bangor, Maine; durante 1871 una colonia de hermanas fue enviada a Yreka, California, y a la Misión North Whitefield en Maine, de esta última se hizo responsable la madre Warde, quien, al igual que en otras ocasiones, creó nuevas instituciones de asistencia en Jersey City, Bordentown y Princeton, Nueva Jersey. En 1857 el obispo Bacon le solicitó a la madre Warde abrir un orfanato en Portland, pero un desastroso incendio retrazó el trabajo hasta 1872, cuando la fundación Burlington inició su labor. La escuela Kavanagh, fue otorgada a las hermanas por medio de la señorita Winifred Kavanagh; además de que también se inauguró una academia en Portland. En las fiestas de la Exaltación de la Santa Cruz, en 1878, la madre Warde envió a las hermanas a trabajar entre los hindúes de Maine, en Old Town, Pleasant Point, y en Dana's Point. El gobierno construyó las casas-escuela y les pagó salarios a las hermanas para enseñar a los niños hindúes. Los últimos trabajos de la madre Warde fueron la apertura de una casa para ancianas y una academia para señoritas en Deering, Maine. Para la celebración de su quincuagésimo aniversario en 1883, la madre Warde era la más longeva de las Hermanas de la Misericordia. Sus características sobresalientes fueron pureza de corazón, transparencia de propósitos, sinceridad y mente abierta. Fue extremadamente reservada, pero simpática y compasiva para con los demás. Dotada con un poco usual sentido común, fue una optimista en toda ocasión. Aparentemente fue de complexión media, erguida y de presencia dominante; de frente amplia y profundos ojos azules.
Bibliografía. Life of Mother M. Xavier Warde (Manchester); Annals of Sisters of Mercy, III-IV.
Traducido al español por Hanzel Carlos Cardoso L.