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Jueves, 28 de marzo de 2024

Urim y Thummim

De Enciclopedia Católica

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Destino sagrado por el cual los antiguos hebreos estaban habituados a seguir las manifestaciones de la voluntad divina. Se reconocían otros dos canales de comunicación divina, a saber, los sueños y las manifestaciones proféticas, como sabemos de numerosos pasajes del Antiguo Testamento. Las tres formas son mencionadas juntas en 1 Kings, xxvii, 6. "And he (Saul) consulted the Lord, and he answered him not, neither by dreams, nor by priests (Hebrew, Urim, LXX delois), not by the prophets." No existe duda que en esta ocasión la traducción Douay de “sacerdotes” está equivocada, basada en el revoque equivocado “sacerdotes” de la Vulgata Latina. La significación etimológica de las palabras, por lo menos como están indicadas en la puntuación Masorética, es suficientemente sencilla. Urim se deriva de la palabra hebrea para “luz”, o “dar luz”, y Tummin para “totalidad”, “perfección” o “inocencia”. En vista a estas derivaciones algunos estudiosos presumen que el destino sagrado puede haber tenido un propósito doble en las pruebas de los juicios, a saber: Urim servía para traer a la luz la culpabilidad del acusado, y Tummin para establecer su inocencia. Es así como las relativamente escasas menciones de Urim y Tummin en el Antiguo Testamento dejan la naturaleza y uso del destino como un tema de conjetura más o menos plausible. Tampoco se aclara el concepto de las antiguas versiones en las que el término es sujeto a usos confusos y divergentes. En el capítulo 28 del Éxodo (“P”) donde se describen algunas indicaciones sobre las vestiduras sacerdotales, y en particular en el versículo 30: “(Moisés) En el pectoral del juicio pondrás el Urim y el Tummim, que estarán sobre el corazón de Aarón cuando se presente ante Yahveh. Así llevará Aarón constantemente sobre su corazón, delante de Yahveh, el oráculo de los hijos de Israel.” Por esto parece que por lo menos cerca de la culminación del Exilio, el Urim y el Tummin eran considerados como algo distinto del efod del sumo sacerdote y las gemas con las que estaba adornado. También muestra que se les consideraba como objetos materiales lo suficientemente pequeños para ser insertados dentro del “zurrón”, cuyo propósito principal parece haber sido recibirlos. En Levítico, 8, 7-8 leemos: “Puso (Moisés) sobre Aarón la túnica y se la ciñó con la faja; lo vistió con el manto y poniéndole encima el efod, se lo ciñó atándoselo con la cinta del efod. Luego, le impuso el pectoral en el que depositó el Urim y el Tummim.” Nuevamente en Números 27, 21: “Que se presente al sacerdote Eleazar y que éste consulte acerca de él, según el rito del Urim, delante de Yahveh.” Estos pasajes añaden poco para el conocimiento de la naturaleza y uso del oráculo, excepto quizás la importancia que tenía como medio de comunicación divina en el período posterior al Exilio.

Algunos de los pasajes más antiguos del Antiguo Testamento son más instructivos. Entre éstos se puede mencionar el Primer Libro de Samuel, 14, 41-42. Luego de la batalla con los Filisteos durante la cual Jonatán violó una prohibición de su padre, Saúl, al probar un poco de miel silvestre, Saúl consultó al Señor, pero no recibió respuesta. Deseando averiguar la causa de la displicencia divina, Saúl congrega a la gente para que el culpado sea revelado y así se dirige al Señor: “«Yahveh Dios de Israel, ¿por qué no respondes hoy a tu siervo? Si el pecado es mío o de mi hijo Jonatán, Yahveh Dios de Israel, da urim; si el pecado es de tu pueblo Israel, da tummim.» Fueron señalados Saúl y Jonatán, quedando libre el pueblo. Saúl dijo: «Sortead entre mi hijo Jonatán y yo»; fue señalado Jonatán.” Esta traducción de la Vulgata es confirmada por el texto griego revisado de Luciano (vea ed. Lagarde). De este y otros pasajes, de los cuales podríamos discutir largamente, (v.g. Deut. 33, 8; I Samuel 14, 36; I Samuel 23, 6-12 etc.) sabemos que el Urim y el Tummim era una especie de oráculo manipulado por el sacerdote para conocer la voluntad divina, y que se usaban a veces como una especie de prueba divina para descubrir la culpabilidad o inocencia de personas sospechosas. Siendo dos las posibles respuestas, se ponía en cuestión una sola pregunta a la vez (vea I Samuel, 14, 41-42; ibid 23, 6-12). Muchos estudiosos sostienen que en la mayoría de pasajes donde se usa la expresión “consulta a Yahveh” o sus equivalentes, se recurre al Urim y al Tummim (vea Jueces 1, 1-2; ibid 20, 27-28; I Sanuel 10, 19-22; II Samuel 2, 1, etc.). Las especulaciones de escritores judíos posteriores, incluyendo a Filo y a Josefo, no nos enseñan nada de valor en cuanto el Urim y el Tummim. Son muchas veces fantasiosos y extravagantes, tanto en este como en otros temas (vea “Enciclopedia Judía”, s.v.). La única instancia en el Nuevo Testamento de algo que recuerde el uso de la suerte sagrada como medio para descubrir la voluntad divina aparece en los Hechos (1, 24-26) en conexión con la elección de Matías.


GIGOT, "Outlines of Jewish Hist." (New York, 1903); 87, 316; MUSS-ARNOLT, "The Urim and Thummim, a Suggestion as to their original Nature and Significance" in "American Journal of Semitic Literature, XVI (Chicago, 1900), 218 seq.


JAMES F. DRISCOLL Transcrito por John Looby

Traducido por Armando Llaza Corrales